Era miércoles y los estudiantes caminaban por los alrededores del gimnasio de Zacatenco. Un crujir llamó la atención de varios de ellos que comenzaron a tomar video de las instalaciones y eso permitió grabar, minuto a minuto, cómo se desplomó el techo del icónico lugar, a sólo unos metros de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA).
Este derrumbe no fue un accidente o provocado por condiciones externas, la falta de mantenimiento a las instalaciones era la razón y no es el único lugar en estado crítico. Ese 11 de mayo pasado, provocó que los alumnos intensificaran las discusiones internas sobre lo que pasaba en la institución. Era una crisis, concluyeron, y se lanzaron a frenarla.
Ahora, la tercera parte del Instituto Politécnico Nacional (IPN) está en huelga indefinida y el pliego petitorio es una radiografía de esa profunda crisis que enfrenta la institución en lo académicos, su infraestructura, la seguridad interna y corrupción.
Al analizar sus demandas, en las que se incluye la falta de transparencia y posibles actos ilícitos en el manejo de los recursos públicos, ejecentral revisó las finanzas de la institución y, en efecto, los números no coinciden.
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El conflicto ha ido extendiéndose poco a poco por el politécnico, lo que comenzó a finales de agosto en un par de escuelas, ahora suman 13 y un centro de investigación. El presidente Andrés Manuel López Obrador no ha mencionado el tema, en todo un mes de conflicto, en alguna de sus mañaneras, pero sí convocó a Palacio Nacional al director del Politécnico, Arturo Reyes Sandoval, para conocer los detalles y ordenar su solución.
Las demandas de los estudiantes han pretendido de ser atendidas por Reyes Sandoval, incluso con el despido de algunos funcionarios, pero no ha sido suficiente, apenas superficiales y sin compromisos serios, han dicho en sus asambleas lo politécnicos.
El Centro Nacional de Inteligencia sí está dando seguimiento al conflicto, porque lo considera un riesgo real que puede crecer, y ha advertido, de acuerdo a una fuente del gobierno federal, que sí existe un problema de corrupción en el que están involucrados directivos, sindicalizados y algunos profesores. La SEP, por su parte, ha preferido no inmiscuirse hasta ahora.
Los estudiantes han advertido que se mantienen en pie de lucha, hasta resolver todas sus demandas.
Los problemas
Los problemas para los estudiantes son severos: Actos de corrupción, desvío de recursos, acoso sexual a alumnos y alumnas, así como el hostigamiento escolar y deficiencias académicas que se profundizan cada vez más.
Para estos jóvenes, su nivel de estudios y su seguridad, están en juego, por eso están dispuestos a luchar por regresarle ese respeto a la institución creada por Lázaro Cárdenas hace 86 años.
“Creemos que lo que se pide está dentro del marco de la ley, no exigimos nada fuera de ella y sentimos que la autoridad no hace su parte aún”, mencionó uno de los alumnos de ingeniería eléctrica después de la respuesta a su pliego petitorio de 12 puntos que entregaron a la Dirección General del Politécnico.
Hay un pliego petitorio de 12 puntos de manera general, pero en lo particular, cada escuela que está en paro tiene extensiones o puntos agregados, ya que las exigencias son similares, pero en lo particular cada una presenta su problemática.
El propio director general no rechazó que existieran ese tipo de conductas al interior del Poli, y actuó en consecuencia para responder las exigencias del alumnado con respuestas “satisfactorias”, indicó la misma autoridad.
Por el momento, los alumnos y sus consejos de huelga mantienen la convocatoria a reunirse y discutir las promesas de los directivos. El panorama no apunta algún cambio en breve.
El contexto
Los alumnos al final del semestre 2021-2022 reiniciaron las clases presenciales y se encontraron con instalaciones olvidadas y en mal estado, pese a que en los presupuestos había recursos para el mantenimiento durante la pandemia y que de acuerdo al portal de Transparencia se ejerció.
Ya para el inicio del ciclo 2022-2023, dos instituciones superiores decidieron, a una semana de haber comenzado las clases, hacer un paro de actividades ante la negativa de resolver los problemas en que se encontraban las unidades académicas y los problemas escolares en los cambios de los planes de estudio en varias unidades académicas.
La Escuela Superior de Ciencias Biológicas (ENCB), unidad Zacatenco, y la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (ESIME), unidad Azcapotzalco, fueron las primeras en levantar el puño de una huelga, el 22 de agosto, a la que gradualmente otros centros de estudio se fueron uniendo y que prácticamente ya cumple un mes de haber estallado.
La Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería y Ciencias Sociales y Administrativas (UPIICSA), su exigencia es respetar el plan de estudios anterior para que los alumnos no queden en el limbo, ya que el director hizo el cambio sin aviso y dejó sin opciones a los alumnos que adeudaran materias del antiguo plan, cuando el reglamento lo impide. A ello se sumó que piden la destitución de su director por supuestos actos de corrupción, entre malos manejos de los recursos financieros y tráfico de influencias de ese servidor público.
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El 31 de agosto, la UPIICSA entró en el paro de actividades, su director, el maestro en ciencias Sergio Fuanlabrada Velázquez, es señalado por los alumnos de presuntos desvíos de recursos y han pedido que dimita y se le investigue. Aunque había habido elecciones para nuevo director y haber perdido, se especuló que la Secretaría Académica impondría nuevamente a Fuenlabrada, situación que fue la gota que derramó el vaso para que estallara la huelga.
Los docentes mencionan que la dirección de esa escuela al inicio de la huelga les prohibió cualquier interacción con los alumnos. Otros han sido testigos de actos de corrupción disfrazados de órdenes ambiguas por parte de Fuenlabrada para “ayudar” a alumnos a pasar las materias, menciona en una charla con ejecentral uno de los académicos.
Apenas a finales de esta semana, la penúltima de septiembre, Reyes Sandoval nombró al nuevo director de la UPIICSA, Emmanuel González Rogel. Ahora lo que exigen los estudiantes, son resultados en las investigaciones por corrupción.
Así, una situación similar en la escuela de Ciencias Biológicas, donde ya se removió a su directora, la doctora Yadira Rivera Espinoza, a quién acusan los estudiantes de abusar de su cargo y beneficiarse en lo personal.
Otras escuelas se han unido y han tomado la bandera rojinegra. La Escuela Superior de Cómputo (ESCOM), hace sus propias exigencias; sin embargo, aún hay diferencias entre los alumnos, particularmente en las demandas académicas.
Bastante dinero para el politécnico
El Instituto Politécnico Nacional es una de las casas de estudio que más recursos recibe por parte del Gobierno Federal, tan solo para el ejercicio fiscal 2022 se le asignó un gasto de 19 mil 083.5 millones de pesos, de los cuales 15 mil 299.6 millones son para el pago de nómina, sea sindical o no sindical.
Sólo 2 mil 917.2 millones de ese presupuesto son gastos de operación, es decir, recursos para pagos de servicios externos, como mantenimiento o reparación de instalaciones, equipos o actualización de licencias de software, por mencionar algunos ejemplos, los que deben compartir partida con compra de nuevos equipos o insumos para que el alumnado pueda desarrollar habilidades y cualidades para el mercado laboral o científico.
Muy poco dinero en ese rubro si consideramos que el Politécnico tiene una matrícula vigente de 187 mil 999 estudiantes, lo que significa que por cada uno para infraestructura se destinan 15 mil 517 pesos.
Además del presupuesto del IPN, se debe considerar otros rubros que pertenecen también al instituto, pero que tienen su partida separada, como el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del IPN, Canal 11, el Patronato de Obras e Instalaciones, así como la Comisión de Operación y Fomento de Actividades Académicas, que en conjunto con lo que se le asignó al Politécnico suman 23 mil 703.2 millones de pesos.
Por ejemplo, a la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) se le otorgó un presupuesto de 8 mil 138.5 millones de pesos, con una plantilla de casi 61 mil estudiantes. A la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se le asignaron 44 mil 823.8 millones de pesos, casi el doble que el Politécnico, pero con una matrícula de 349 mil 515 estudiantes.
Dónde está la bolita
ejecentral revisó los gastos que hace el IPN en mantenimiento y lo que aparecieron fueron contratos de servicios de limpieza, de recolección de residuos, de fumigación, entre otros. En 2021 en los servicios de limpieza se gastaron 65 millones 479 mil 967 pesos, considerando que las instalaciones estaban vacías y no se generaba la necesidad de una limpieza constante.
El gasto general de mantenimiento ascendió el año pasado a 105 millones de pesos, poco dinero en comparación con el presupuesto, pero que fueron conceptos algo fuera de contexto dada la situación de que no había clases aún.
De ese recurso de casi tres mil millones de pesos para cuestiones operativas, según la Plataforma de Transparencia, el IPN realizó pagos en 2021 por compra de acervo bibliográfico por 400 mil 782 pesos a Grupo Educativo Minerva, otro por 165 mil 906.5 pesos por el mismo concepto a la empresa Todos los libros S.A de C.V. El mismo tipo de compra por 433 mil 806 pesos a Alfaomega Grupo Editor. A Mc Graw Hill Interamericana Editores, una compra por 2 millones 706 mil 232 pesos.
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Además, ha gastado en otras actividades ajenas a la educación con más de 60 millones de pesos, solo en 2021. Compras y pagos de servicios que son cotidianos dentro de la institución, pero que la Auditoría Superior de la Federación (ASF) ha indicado podrían estar incurriendo en fraude, por lo que ha pedido se inicien auditorías forenses a una de las máximas casas de estudio de México. Las auditorías forenses se practican cuando ya se tiene información de un posible fraude.
Por el momento, hay una investigación en curso que señala a Carlos Ruiz Vique Cuevas, coordinador del Centro Nacional de Cálculo del Politécnico, de ser presunto participe de una acción fraudulenta en materia de conectividad de internet y telefonía digital, ha señalado la ASF.
Otras escuelas padecen de lo mismo, poca inversión en mantenimiento y recursos que no cuadran entre lo gastado y lo asignado por la Hacienda Pública que sí es un presupuesto considerable.