El agente infiltrado Fonseca y Lima XL

24 de Abril de 2024

J. S Zolliker
J. S Zolliker

El agente infiltrado Fonseca y Lima XL

js zolliker

Reporta el agente infiltrado Pedro Fonseca y Lima que salió a desayunar en un restaurante cercano para llenar el estómago e intentar constatar que no lo estuviesen vigilando. ¿La nota habría sido para él? ¿De parte de quién? Por sugerencia del mesero, ordenó un jugo de tomate de árbol (tamarillo), una humita (que resultó ser un tamal relleno de queso) y un motepillo: un revueltillo de huevo con maíz pozolero, cebolla, ajo y achiote.

Reporta el agente Fonseca y Lima que después, deambuló unas cuadras y pudo notar en el reflejo de los aparadores que lo seguía una pareja que le resaltó por fingida. Por ello, intempestivamente, se subió en el primer trolebus que vio en sentido sur-ecovía y se fijó que la pareja no hiciera lo mismo. Dos estaciones adelante, se apeó y rápidamente abordó un taxi en sentido opuesto.

Reporta el agente Fonseca y Lima que al llegar a la torre Suiza entró en Biodilab, una clínica de especialidades médicas ambulatorias que se encontraba a nivel de calle del edificio y después de verificar que nadie lo siguiera, se animó a entrar en el inmueble por el acceso principal.

›Reporta el agente Fonseca y Lima que después de presentarse como periodista, la venezolana encargada de relaciones públicas del CELAG (Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica), lo pasó a su lujosa y amplia oficina y le obsequió un kit de prensa, que afirmaba que el instituto se había constituido en el 2014, lo cual resultaba incongruente con el año 2011 de la ficha bibliográfica foliada que mencionaba a Andrés Salar en la biblioteca de la Universidad de Chapingo…

Reporta el agente Fonseca y Lima que le llamó poderosamente la atención que el CELAG, tenía entre su consejo y profesores invitados, al expresidente ecuatoriano Rafael Correa, al colombiano Ernesto Samper, al vicepresidente boliviano Linera, además de los radicales Gustavo Petro y Rubin Godoy, a los españoles Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero y al recalcitrante mexicano, Héctor Díaz Polanco. ¡Que importante organismo! ¿Sabrían ellos algo del personaje que andaba investigando? ¿Lo conocerían?

Reporta el agente Fonseca y Lima que la venezolana revisó en el ordenador y le aseveró no conocer a ningún Andrés Salar, pero le confirmó de inmediato y sin necesidad de consultar, que el académico argentino con doctorado en Barcelona, trabajaba para la organización y que había partido justo esa mañana hacia el Perú, junto con una importante delegación de funcionarios mexicanos, al parecer, por un llamado de auxilio del presidente populista peruano, Pedro Castillo.

Reporta el agente Fonseca y Lima, haber dado con información muy valiosa y a la vez, encontrarse altamente desorientado. ¿Será que al final todo es como al principio? Al momento de salir de la torre y a falta de más datos sobre Andrés Salar en Quito, decidió buscar información sobre el académico argentino. Dice que caminó sin rumbo fijo por la avenida Suiza, envuelto en sus cavilaciones, hasta que de pronto vio que de frente venía caminando hacia él, la misma pareja de la que creyó haber huido hacía apenas unas horas. Carajos pacos. ¿Estaba en peligro?

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