En un preocupante fenómeno revelado por un estudio de la fundación madrileña iO, al menos 379 personas han perdido la vida entre enero de 2008 y julio de 2021 mientras se tomaban selfies. El afán de capturar momentos extremos para compartir en redes sociales ha llevado a muertes principalmente causadas por caídas desde lugares elevados, ahogamientos y accidentes relacionados con diversos medios de transporte.
Este informe, elaborado por científicos españoles, destaca que los accidentes mortales son más comunes en adolescentes hasta los 19 años (41% del total) y veinteañeros (37%). La edad promedio de las víctimas no supera los 24 años. Aunque los datos de 2022 aún no están disponibles, el CEO de la Fundación iO, Manuel Linares Rufo, ha adelantado un aumento continuo en el número de víctimas, con aproximadamente 40 fallecidos en 2021 y cerca de 100 en 2022.
El estudio también señala lugares turísticos peligrosos para estas “selfies extremas”, incluyendo las cataratas del Niágara, los montes Urales de Rusia y el Taj Mahal en India. La tendencia alarmante revela un patrón creciente de incidentes, especialmente cuando las víctimas son influencers.
Aunque los investigadores admiten limitaciones en su alcance, al depender de datos de noticias en una selección de idiomas, advierten que la cifra real podría ser aún mayor si se consideraran eventos no publicados o reportados en otros idiomas. Este informe arroja luz sobre los riesgos mortales asociados con la búsqueda implacable de la imagen perfecta en entornos potencialmente peligrosos, planteando preguntas cruciales sobre la conciencia y la responsabilidad en la era de las redes sociales.
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