Hace casi ocho años se creó el Sistema Nacional Anticorrupción (SNA), durante la administración del expresidente Enrique Peña Nieto, y como respuesta a la exigencia de controles y transparencia, para lo que participaron organizaciones de la sociedad civil y varias secretarías de Estado, coordinadas por la de Función Pública.
Su implementación sería gradual y a esta administración le tocaba concluir ese proceso, pero el presidente Andrés Manuel López Obrador se resiste a hacerlo y sin que entre en vigor en su plenitud lo sigue atacando y no está en sus prioridades.
Como otras veces, con organismos como el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) o el mismo Instituto Nacional Electoral (INE), el mandatario acusó que fueron creados para simular y mantener la corrupción.
El Presidente aseguró que este sistema fue creado en plena corrupción y cuando este delito no estaba tipificado como grave. Y es cierto, fue hasta diciembre del 2018, a unos días de que tomara posesión del cargo, cuando el Senado de la República aprobó que la corrupción, el enriquecimiento ilícito y el ejercicio abusivo de funciones de los servidores públicos, fueran elevados a categoría de delitos graves y sean objetos de prisión preventiva.
Era parte de la construcción del sistema la adecuación de una serie de delitos de corrupción.
Lo que no mencionó el mandatario es que se creó como un mecanismo para frenar y castigar los casos de corrupción, en una coordinación entre los tres niveles de gobierno y responsabilidades interinstitucionales.
Pero, ante el cuestionamiento de cuándo se avanzará, cuándo se tendrá el SNA que brinde a los mexicanos su función, porque incluso ni el sistema de cómputo del organismo está funcionando, a casi ocho años de su creación y poco más de cuatro de esta administración, el mandatario pareció molestarse.
“Pues, hay que seguir insistiendo en eso, aun cuando este gobierno tiene como propósito fundamental evitar la corrupción (…) Es que hay que verlo con las instancias legislativas y resolverlo, aunque, también le quiero decir con toda franqueza, ese sistema se creó en plena corrupción, para simular de que se iba a combatir la corrupción”, advirtió el mandatario.
Y es verdad, en parte, porque ni el Presidente ha hecho su parte ni el Congreso, por ejemplo para el nombramiento del Comité de Participación Ciudadana, los magistrados anticorrupción de las salas especializadas o los recursos suficientes para la operación del SNA.
En 2015, cuando se aprobó la creación del Sistema, Morena ya tenía representación en el Congreso de la Unión, por lo que López Obrador afirmó esta mañana que cuando se trata de combate a la corrupción, todo se aprueba, pero que no es necesaria la creación de un aparato cuando ya existen otros que pueden evitarlo, como la Fiscalía Anticorrupción, la Secretaría de la Función Pública o la Auditoría Superior de la Federación, entre otros.
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