Taiwán se resiste a pertenecer al territorio chino
Mientras Jinping ha llamado a que los taiwaneses se pongan “del lado correcto de la historia”, la presidenta taiwanesa señala que China no ofrece “un estilo de vida libre y democrático”
La tensión entre Taiwán y China no para, y de nueva cuenta los mandatarios de ambos países han expresado sus posturas a propósito del desfile civil y militar que conmemora la Revolución de Xinhai (1911), celebrada en ambos territorios.
Por un lado, Tsai Ing-wen, presidenta de Taiwán, ha subrayado que no permitirá que su territorio forme parte de China. En contraste, el presidente chino Xi Jinping precisó que intentará una reunificación que buscará que sea pacífica. “Nadie puede obligar a Taiwán a tomar el camino que China ha elegido para la isla”, demandó Tsai antes de añadir que Pekín “no ofrece un estilo de vida libre y democrático para Taiwán ni soberanía para sus 23 millones de habitantes”.
Por su parte, Jinping hizo un llamado a los taiwaneses para que se pongan “en el lado correcto de la historia”, y afirmó que la reunificación puede conseguirse. La idea del mandatario chino es incorporar a Taiwán bajo el marco conocido como “un país, dos sistemas”.
Taiwán se gobierna de manera autónoma desde que los nacionalistas del partido Kuomintang (KMT) se replegaran allí en 1949 tras perder la guerra civil contra los comunistas antes de continuar con el régimen de la República de China, que culminó con la transición a la democracia en la década de 1990. Desde entonces, han tomado fuerza las voces que reclaman declarar la independencia de Taiwán como Estado soberano.
Las tensiones entre estas dos naciones tienen factores internacionales importantes por sus posibles consecuencias geopolíticas. Por ello, la presidenta taiwanesa celebró que “cada vez más amigos democráticos están dispuestos a alzarse en favor”, y en más de una ocasión ha destacado su buena relación con Estados Unidos, Japón y la Unión Europea.
Estados Unidos es clave, ya que Washington está comprometido por ley a ayudar en la defensa de la isla y a suministrar equipos bélicos, un compromiso que ha generado numerosas fricciones entre Pekín y el país norteamericano.