Trump alienta insurrección

27 de Abril de 2024

Trump alienta insurrección

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Simpatizantes del presidente Trump asaltan el Capitolio y causan un terremoto político que dejó una mujer muerta, causó destrozos en el inmueble
y detonó el repudio global

Lo que sería una ceremonia protocolaria de certificación de Joe Biden como presidente de Estados Unidos terminó en una violenta protesta que dejó una mujer muerta, el desalojo del vicepresidente Mike Pence y de congresistas, ataques a periodistas, destrozos, arrestos, implementación de toque de queda en Washington y la toma del Capitolio por espacio de tres horas, un hecho inédito que mereció la condena internacional.

El detonante de la rebelión, que fue calificada como “ataque a la democracia” e “intento de golpe de Estado” fue el presidente saliente Donald Trump, cuyos simpatizantes respaldan su teoría del “fraude electoral” que ha sostenido el mandatario desde los primeros resultados de las elecciones presidenciales del pasado 3 de noviembre.

La insurrección comenzó a gestarse cuando Donald Trump pidió desconocer la victoria de su rival demócrata, justo antes de que comenzara la sesión en el Congreso para confirmar los resultados del Colegio Electoral.

A través de Twitter, el presidente lanzó incendiarios comentarios hacia el sistema electoral estadounidense y sus adversarios, e incluso aseguró que el proceso de elecciones es peor que el de “los países de tercer mundo”.

La reacción a estos mensajes se sumó a la que despertó al describir a su vicepresidente como alguien “que no tuvo el coraje para proteger a nuestro país y la Constitución”, ya que Pence le había hecho saber que no había base constitucional para boicotear la confirmación de Biden como presidente electo.

Cerca de las 13:00 (hora local), las barricadas alrededor del Capitolio cedieron, y cientos de manifestantes ingresaron a la fuerza al recinto para impedir la sesión. Ante el despliegue de violencia, Mike Pence fue desalojado bajo un operativo de seguridad especial y se decretó un toque de queda a partir de las 18:00 horas.

Mientras tanto, al interior del lugar, los manifestantes hicieron patente su lealtad al republicano con destrozos y acusaciones de fraude, mientras portaban la bandera de Trump y la bandera confederada. Y aunque el personal de seguridad en el sitio abrió fuego, los manifestantes también estaban armados, lo que resultó en la muerte de una mujer.

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Fue hasta cerca de las 16:00 horas cuando las fuerzas de seguridad desalojaron a los manifestantes, muchos de los cuales fueron arrestados.

Como reacción, Jay Timmons, líder de la Asociación Nacional de Fabricantes del país, hizo un llamado al vicepresidente Mike Pence para destituir a Trump bajo la enmienda 25. A esta petición se sumó Ted Lieu, representante demócrata de la Cámara de Representantes por el estado de California, que calificó el enfrentamiento como un intento de golpe de Estado.

Los hechos violentos también provocaron la dimisión de Stephanie Grisham, secretaria de prensa y actual jefa de personal de la primera dama Melania Trump.

›Tras la difusión de imágenes de la violenta protesta, Trump publicó un discurso en video para calmar los ánimos, y pidió a sus seguidores irse a casa, pero no dejó pasar la oportunidad de señalar nuevamente un fraude electoral. Sin embargo, Twitter eliminó tres de sus tweets y anunció que su cuenta quedaría suspendida por 12 horas.

El desalojo del Capitolio no ha frenado las protestas violentas: al cierre de esta edición se han reportado incidentes violentos protagonizados por aliados del presidente en los capitolios locales. Desde Arizona, en donde intimidaron al gobernador Doug Ducey; Oregon, en donde una persona fue arrestada al participar en agresiones con gas, hasta Colorado, que también reportó el arresto de una persona.

Expresidentes de Estados Unidos, como Barack Obama, George W. Bush y Bill Clinton; dirigentes de organismos internacionales como la ONU, la OEA y la OTAN, así como jefes de Estado de países europeos y latinoamericanos condenaron los actos de violencia, calificándolos como “vergonzosos”, “preocupantes” y como un atentado contra la democracia.