Trump, el talibán

31 de Octubre de 2025

Sergio Muñoz Bata

Trump, el talibán

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Explorando el porqué del machismo extremo de Trump me topé con un símil escalofriante: él, al igual que la mayoría de los hombres musulmanes cree que las mujeres le deben obediencia total a los hombres.

En la larga lista de agraviados por Donald Trump las mujeres ocupan un lugar prominente. Tanto las que dócilmente se someten a sus deseos como aquellas mujeres de carácter fuerte que se niegan a ser tratadas como objetos son víctimas de su maltrato. Por más espeluznante que suene esta comparación es evidente que Trump tiene una perspectiva machista de la vida semejante a la de los hombres musulmanes que siguen creyendo que el deber de las mujeres es callar y obedecer. No deja de ser irónico que el hombre que cerraría las puertas a la inmigración musulmana a Estados Unidos se comporte como un talibán en su trato con las mujeres.

Con las mujeres dóciles, generalmente mujeres muy guapas que momentáneamente satisfacen su monumental ego y su insaciable líbido, por lo general no tiene problemas. A cambio de su obediencia ciega, les da una réplica de las llaves del reino que temporalmente les servirá para abrir puertas, mismas que se cerrarán pasado cierto tiempo cuando la reina provisional sea reemplazada por otra más joven. Hoy Trump va en su tercer matrimonio y aparte de jactarse de sus conquistas sexuales con mujeres solteras y casadas, ha llegado a confesar atracción física por su hija. “Si no fuera mi hija, quizá estaría saliendo con ella”.

Las mujeres que se le atragantan son las indomables, las que le miran de frente y le cuestionan sin temor. Cada vez que Trump tiene que lidiar con este tipo de mujer, la furia le obnubila el cerebro y su reacción instintiva es recurrir al insulto y a la descalificación. Le irritan las mujeres inteligentes como Megyn Kelly, una abogada que hoy es periodista de la cadena Fox y quien enfrentó a Trump con una pregunta dura durante uno de los debates entre los aspirantes republicanos. Después del debate Trump intentó descalificar a Kelly describiéndola como una “rubia tonta” (Bimbo) que le cuestionaba agresivamente por estar en su período menstrual. Con Arianna Huffington, la influyente dueña del Huffington Post, el pleito se inició hace años cuando respondiendo a una historia crítica sobre Trump en el sitio, este reaccionó diciendo que Arianna “era fea por dentro y por fuera”.

También habla mal de las mujeres que no cumplen sus ideales de belleza. Señalando con el dedo a la mujer de negocios y aspirante a la candidatura republicana Carly Fiorina, Trump preguntó retóricamente, “miren esa cara, ¿habría alguien que votaría por eso? De la actriz y cantante Bette Midler ha dicho que le parece “extremadamente desagradable”; y a la comediante Rosie O’Donnell le ha dicho que parece “un cerdo gordo”. ¿Alguna vez ha oído a un candidato presidencial hablar así de las mujeres?

Sé muy bien que el machismo es una aberración que existe en muchos países pero explorando el porque del machismo extremo de Trump me topé con un símil escalofriante. Según las encuestas que el Pew Center ha hecho entrevistando a 38 mil hombres musulmanes entre 2005 y 2012, la mayoría de ellos sostiene que las mujeres no tienen los mismos derechos que los hombres, y un alarmante 87% de los entrevistados en el Oriente Próximo y en el norte de África, está convencido de que las mujeres le deben obediencia total a los hombres, sobre todo a sus maridos.

En Alemania, la indignación por las agresiones sexuales a mujeres por hombres mayoritariamente con rasgos “árabes y del norte de África” durante las celebraciones de la noche vieja, ha obligado a las autoridades a investigar a fondo las costumbres que atentan contra la igualdad de género, a plantear las medidas correctivas pertinentes y a castigar a los culpables. En Estados Unidos no existe un mecanismo de introspección semejante pero sí hay formas de castigar el machismo. En una elección nacional, Trump corre el riesgo de que su misoginia y sus insultos a todas las minorías acaben con sus aspiraciones presidenciales. Una encuesta nacional reciente de la cadena televisiva CNN encontró que el 64% de las mujeres entrevistadas dijeron tener una impresión desfavorable del candidato.

Yo sigo creyendo que si el talibán estadounidense llegara a ganar la nominación republicana sus altos índices de desaprobación entre el electorado blanco, femenino, gay, hispano, Afroamericano y asiático le impedirían llegar a la Casa Blanca.