Universidades ‘patito’ de AMLO, un engaño para estudiantes
PINOS, ZACATECAS, 26FEBRERO2021.- Andrés Manuel López Obrador, presidente de los Estados Unidos Mexicanos, encabezó la inauguración de la Universidad para el Bienestar “Benito Juárez García” sede Pinos. Lo acompañaron Anthon Araujo Velázquez, director de la Universidad para el Bienestar ‘Benito Juárez García’ sede Pinos; Alejandro Tello, gobernador Constitucional del Estado Libre y Soberano de Zacatecas; Raquel Sosa, Raquel Sosa, coordinadora de las Universidades “Benito Juárez"; Ricardo Monreal, senador y Herminio Briones Oliva presidente municipal de Pinos, Zacatecas. FOTO: PRESIDENCIA /CUARTOSCURO.COM
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Las “Benito Juárez” no cuentan con el Reconocimiento de Validez Oficial de Estudios que emite la Secretaría de Educación Pública, por lo cual no pueden tener ni título profesional ni tesis
El principal objetivo del Programa de las Universidades para el Bienestar Benito Juárez es contribuir al bienestar social e igualdad mediante su implantación y operación en municipios de muy alta marginación, que brinden servicios de educación superior gratuitos y de calidad a jóvenes con bachillerato terminado que no tienen posibilidades de ingresar a las instituciones de educación superior actualmente existentes, es lo que se dice en el documento emitido por el gobierno federal.
Sin embargo, las “Benito Juárez” no cuentan con el Reconocimiento de Validez Oficial de Estudios que emite la Secretaría de Educación Pública, por lo cual no pueden tener ni título profesional ni tesis, afirma Raymundo Riva Palacio en su columna para ejecentral llamada “Crimen social”.
Al no tener el reconocimiento de la autoridad educativa, los jóvenes que son beneficiados por el programa de gobierno no podrán ser considerados profesionistas. La “mentira”, como lo llama el autor, no solo va en las posibilidades profesionales de los beneficiarios, sino en que el sistema carece de requisitos que son necesarios en las universidades de verdad, como espacios de trabajo, infraestructura y equipos para las carreras.
Las administran mayoritariamente los padres de los estudiantes, pero se desconocen los requisitos y mecanismos de verificación para que los recursos que se les entregan se apliquen adecuadamente.
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A la par, en la mayoría de estas no cuentan con la planta docente suficiente para operar según lo prometido. Por ejemplo, hay casos como el del plantel Juan R. Escudero, la más grande, hay un promedio de 19 alumnos por maestro, lo que no está mal, siempre y cuando no haya enfermos o bajas. Pero hay otras, como en Malinaltepec, Guerrero, donde hay dos maestros para 112 alumnos (56 cada uno) que estudian la “licenciatura en Medicina Integral y Comunitaria”. Casi una tercera parte tiene menos de cuatro docentes.
Una de las complicaciones que tiene el sistema es que el plan de estudios es desarrollado por un solo profesor y no por distintos como ocurre en una universidad común. El columnista argumenta que los alumnos que egresan de las universidades para el Bienestar Benito Juárez “no podrán ser agentes de cambio porque ni les están dando la capacitación adecuada en herramientas y conocimientos”; lo cual implica que los egresados de las universidades como la UNAM sí lo son. DJ
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