Pasan los días y no se encuentra nada. No se da con la verdad. A reserva de las muchas preguntas que los mexicanos se hacen sobre el caso, me permito enumerar las mías
Lo que se busca en Ayotzinapa
Pasan los días y no se encuentra nada. No se da con la verdad. A reserva de las muchas preguntas que los mexicanos se hacen sobre el caso y los personajes que rodean esta historia, me permito enumerar las mías.
La PGR ha dado con varias fosas en las que se han encontrado cadáveres en aquella región, nos ofrece explicaciones sobre sus esfuerzos por dar rápido con la identidad de los mismos; hasta ahí, no conocemos sus acciones por encontrar vivos. Se empecinan en buscar debajo de la tierra ¿dan por un hecho que los estudiantes fueron asesinados en su totalidad? ¿Por qué? ¿Saben algo que nosotros no? Si la respuesta es sí, por qué no nos dicen todo lo que saben, pero si la respuesta es no, ¿por qué no se dan prisa para ver si encuentran aún con vida a los muchachos?
La muestra de la incapacidad o falta de voluntad de las autoridades federales, estatales y municipales para encontrar a presuntos delincuentes está en Michoacán. La ‘Tuta’ sigue campante y no hay inteligencia policial, militar y de los servicios del CISEN que den con su paradero. ¿Será la misma suerte que correrán el alcalde de Iguala y su esposa, ahora prófugos?
El gobernador guerrerense, Aguirre, defiende lo indefendible, pero da la casualidad que lo que defiende es a sí mismo. Por lo tanto, se cuelga de la silla de gobernador con lo que puede para no dejar el cargo, ¿por qué quiere ganar tiempo? ¿tiempo para qué? Su ineficiencia para gobernar está a la luz de todos, lo más honroso sería renunciar al cargo, será que lo que pretende esconder en el tiempo que le queda, no es muy honroso que digamos.
Hay personajes que abiertamente declaran sus intenciones de gobernar al país (directa o indirectamente) en un futuro, y otros presumen haberlo hecho, pero cuando se requiere que se manifiesten sobre hechos tan lamentables como los que ocurrieron en Guerrero, se van por un lado o de plano no dicen ‘esta boca es mía’. Acaso es que el fuego está cerca de casa; o bien, que no tienen cara para presentarse frente a la sociedad que pretenden gobernar porque alguna vez aparecieron de la mano del presunto alcalde asesino o el negligente gobernador.
¿Tendrá algo que decir Felipe Calderón ante el fracaso de su ‘guerra’, misma que más o menos ha sido copiada o continuada por la actual administración? ¿Sirvió de algo lo que el emprendió? No, pero ahora sí no tiene boca.
Es el caso de Miguel Ángel Mancera que no dice ni pío sobre la situación ¿pensará que los mexicanos deseamos un gobernante timorato en 2018? Ya hemos tenido muchos de esos, ahora queremos determinación y búsqueda de la verdad y aplicación de la justicia llegue donde llegue, que nos demuestre que él será ese paladín que estamos esperando.
López Obrador, en su muy particular estilo, sigue moviendo su dedito pero ahora para no salir embarrado, ¿qué hubiera pasado con el ‘líder moral’ de MORENA si los hechos hubieran ocurrido en una entidad gobernada por el PAN o el PRI? ¿Le va a dar otro infarto para zafarse y no darle la cara al pueblo bueno?
Por último, hemos sido testigos de las declaraciones del presidente Enrique Peña Nieto, en sentido de la profunda indignación que le ocasiona saber lo que pasó en tierras guerrerenses ¿eso es todo lo que tiene que decir? ¿Ninguna explicación preliminar? ¿Ningún anuncio sobre avances sustanciales? ¿Ninguna respuesta a la comunidad internacional, pero sobre todo a los mexicanos y en primerísimo lugar a las familias de las víctimas?
Estas son solo algunas de las respuestas que se buscan en Ayotzinapa.
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