¿Socialmente responsables?

6 de Mayo de 2024

Enrique Del Val
Enrique Del Val

¿Socialmente responsables?

Como preámbulo a la gran decisión que tomó el Senado de la República el pasado 21 de octubre, respecto a la aprobación del etiquetado frontal de advertencia en la Ley General de Salud, se llevó a cabo una reunión de expertos para celebrar el Día Mundial de la Alimentación en la sede de la FAO en Roma, en la cual el economista estadounidense Jeffrey Sachs, especialista en estos temas, señaló: “la comida rápida y los productos ultraprocesados son de los que más contribuyen a la epidemia mundial de obesidad que estamos viviendo. Y esto no puede soportarse más. No podemos tener al sector de la alimentación matándonos. Tenemos que tenerlo alimentándonos y eso significa productos sanos. Las grandes compañías no están produciendo comida sana, producen comida basura y dicen que no es su responsabilidad”.

Palabras más claras no pueden expresarse con respecto al tema que está haciendo crisis en todos los sectores de la población en nuestro país, pero especialmente en lo más preciado que tenemos, los niños, niñas y jóvenes.

Según un estudio de la organización El poder del Consumidor, más de 50% de los alimentos y las bebidas que se venden en las escuelas son “chatarra”, es decir, perniciosas para la salud de quienes la consumen. El 26% de los escolares que ingresan a la primaria ya presentan sobrepeso u obesidad y lo terrible es que tal proporción aumenta a casi 40% cuando llegan al quinto año de estudios.

Lo que es increíble es que con tanta evidencia, todavía los fabricantes de alimentos y bebidas se muestren reacios a tomar medidas. Dónde está su tan cacareada responsabilidad social, si cuando se trata de proteger a los ciudadanos utilizan todos los medios a su alcance vía de asociaciones, cabilderos e incluso instituciones académicas para defender sus intereses económicos, no sólo en nuestro país, sino en todo el mundo.

En México tenemos a una de estas organizaciones cabilderas denominada ConMéxico, la cual agrupa tanto a las grandes compañías nacionales como a las extranjeras para “defender sus intereses” y en el tema del etiquetado siempre han estado muy activos utilizando argumentos falaces o que llevan a la confusión, tal como una vez más lo demostró la citada organización argumentando que la propuesta del etiquetado frontal “impedía describir al producto tal como es”, a pesar de que el etiquetado no es para describir el producto, sino para advertir al consumidor de manera clara y rápida cuando un producto es alto en azúcares, grasas saturadas, grasas trans, sodio y calorías, responsables de las condiciones de obesidad y diabetes que tenemos en nuestro país.

Como bien dice uno de los mayores expertos en el tema, el doctor Boyd Swinburn: “El gran opositor de la implementación de estas políticas públicas es la industria de alimentos y bebidas, que sigue una serie de estrategias para no ser regulada como crear evidencia científica a modo, realizar intenso cabildeo, financiar iniciativas a través de organizaciones que responden a sus intereses, argumentar barreras comerciales y amenazar con acciones legales, todo esto con el fin de dividir a la opinión pública”.

Por eso es que debemos reconocer al Senado de la República esta aprobación que sin duda es un gran avance, pero que necesita estar acompañada de otras acciones gubernamentales, principalmente en el área educativa, tanto para enseñar las mejores prácticas alimenticias, así como, por ejemplo, para proveer agua potable en todas las escuelas.

Lo que no puede continuar así es que tengamos, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2016, siete de cada 10 adultos, tres de cada 10 niños y cuatro de cada 10 adolescentes con sobrepeso u obesidad.

Ojalá el sector privado tomara conciencia de estos datos que indican su poca responsabilidad social.

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