Agenda 2030, el reto para Claudia o Xóchitl

5 de Mayo de 2024

Agenda 2030, el reto para Claudia o Xóchitl

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Cuando alguna de las dos termine su sexenio, México deberá rendir cuentas
al planeta sobre pobreza, hambre, cambio 
climático, seguridad, bienestar y equidad
de género; las proyecciones del Banco
Mundial muestran que la tarea será titánica

No importa si es Claudia Sheinbaum o Xóchitl Gálvez. Quien gane las elecciones presidenciales de junio próximo tendrá, sí o sí, la responsabilidad de cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sustentable 2030. Y la misión será cuesta arriba.

Al terminar el próximo sexenio, México deberá rendir cuentas a la comunidad internacional sobre las 17 metas que fijaron los integrantes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para reducir la pobreza, erradicar el hambre, garantizar la salud y la educación, frenar el deterioro ambiental, disminuir la violencia, entre otras.

De acuerdo con datos del Banco Mundial actualizados al último trimestre de 2023 (cutt.ly/FwSmqswr), México va en buena ruta para cumplir una meta (reducción de la pobreza) y tiene avances moderados en ocho objetivos (hambre cero, buena salud, igualdad de género, energía limpia, trabajo decente, y transporte sostenible, ciudades y comunidades sostenibles y acción climática).

En contraste, el país presenta estancamiento es seis metas (educación de calidad, vida submarina, ecosistemas terrestres; paz, justicia e instituciones sólidas, y alianzas para lograr las metas) y muestra retrocesos en una (reducción de las desigualdades).

La Agenda 2030 fue establecida en 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas como una hoja de ruta para “lograr un futuro mejor y más sostenible para todos”. Si bien los empresarios y la sociedad civil están convocadas a su cumplimiento, son los gobiernos quienes tienen la mayor responsabilidad para llevarlos a buen puerto.

Morena y la agenda 2030

Pese a que México muestra rezagos en el cronómetro fijado por la Agenda 2030, Morena —el partido gobernante y con mayor intención de voto rumbo a los comicios de 2024— no tiene a los Objetivos del Desarrollo Sostenible como una prioridad.

En su borrador de Proyecto de Nación 2024-2030, documento surgido de una serie de consultas a escala nacional y que sería la base de un hipotético gobierno de Claudia Sheinbaum, Morena no hace alusión directa a las metas internacionales, aunque sí traza algunos lineamientos que se ajustan a la agenda por el bienestar planetario.

Algunas acciones concretas son crear el Programa Cero Pobreza Extrema; lanzar una red nacional de comedores públicos gratuitos para garantizar que nadie padezca hambre y el Movimiento Nacional por la Alfabetización y la Educación, aunque no plantea una estrategia para recuperar los aprendizajes perdidos durante la pandemia de Covid-19.

›Adicionalmente, el programa tiene capítulos específicos sobre igualdad de género, salud, derecho a la educación, protección al medio ambiente, transición energética, temáticas que forman parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

No obstante, el borrador morenista no habla de acciones específicas para reducir las emisiones que provocan el cambio climático o para resolver la crisis del agua. De hecho, el programa contempla la construcción de una nueva refinería.

Brújula de la oposición

Del otro lado del ring electoral, el borrador del Frente Amplio por México, bloque formado por PAN, PRI y PRD, y que postula a Xóchitl Gálvez, sí toma en cuenta la Agenda 2030 y expresa la necesidad de incorporar los objetivos mundiales al Plan Nacional de Desarrollo:

México debe promover un multilateralismo que priorice las necesidades de los más vulnerables. La brújula de actuación internacional de México debe ser la Agenda de Desarrollo 2030 si esperamos obtener beneficios para el bienestar de los mexicanos”, dice el documento.

“La Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) deben formar parte del Plan Nacional de Desarrollo y de todos los planes sectoriales. Debe enmendarse la Ley de Planeación para subrayar el compromiso mexicano en la lucha contra el cambio climático, la preservación de la biodiversidad y el acceso al agua. El presupuesto federal debe elaborarse con perspectiva de sostenibilidad y de género”.

En el capítulo de medio ambiente, agua y energía, el programa de gobierno de la alianza opositora deja de manifiesto que “es prioritario lograr el cumplimiento cabal y demostrable de los Objetivos de Desarrollo Sustentable y la Agenda 2030, principalmente en lo referente a la dotación universal de agua potable y saneamiento, así como la eliminación total de actividades ilícitas que contaminan o saquean los recursos naturales, en especial los forestales y pesqueros, que les pertenecen a todos los mexicanos”.

Panorama desafiante

Si a los equipos de campaña de Sheinbaum y de Gálvez les interesara saber el estatus en que se encuentra México respecto a las metas 2030 y si quisieran calcular el esfuerzo que deben hacer para salir bien librados dentro de siete años, una buena herramienta es el Atlas de los Objetivos de Desarrollo Sustentable 2023, elaborada por el Banco Mundial.

La plataforma tiene la virtud de analizar la situación por país, hacer un repaso de cuál ha sido el desempeño de las naciones en las últimas décadas y proyectar escenarios en caso de enfrentar o ignorar los desafíos internacionales.

Por ejemplo, el atlas muestra que el desarrollo de México ha sido insostenible entre 1996 y 2018, pues el crecimiento económico ha sido a costa de los recursos naturales. En 2018, el PIB del país creció 137% respecto de 1996, pero en ese lapso perdió 29% de su capital natural.

En cambio, hay países como Vietnam, con una población similar a la de México, cuyo PIB creció 452% en los años de referencia y, al mismo tiempo, sus recursos naturales crecieron 97%. Es decir, su auge económico no se dio a costa de la depredación de su capital natural, lo que lo convierte en referencia de desarrollo sostenible.

Una de las metas que se han estancado en México es la número 16, que plantea, entre otras cosas, reducir significativamente todas las formas de violencia y las tasas de mortalidad, y promover el Estado de derecho y garantizar la igualdad de acceso a la justicia para todos.

Al respecto, la base de datos del Banco Mundial permite observar que América Latina es la región del mundo con las tasas de homicidios más elevadas del planeta, y entre ellas México tiene la cuarta más elevada, lo que nos convierte en el quinto país más violento del mundo con 29 homicidios por cada 100 mil personas; sólo nos superan Jamaica (47.3), Honduras (35.8), Sudáfrica (34.0) y San Vicente y las Granadinas (31.5).

Respecto al número de personas muertas como resultado de conflictos armados, México también está en los primeros lugares. Con 9 mil 277 muertes por eventos violentos organizados entre 2018 y 2022, México sólo es superado por Afganistán (41 mil 422 casos), Yemen (27 mil 875) y Siria (15 mil 576).

Último tramo

En la mayoría de los países del mundo el tiempo se acaba y las expectativas no son buenas para cumplir con los 17 objetivos y las 169 metas vinculadas.

Un balance publicado en septiembre por la revista Nature (acortar.link/7vhEfk) alertó que en los primeros años después de 2015, el mundo avanzaba poco a poco: la mortalidad infantil y la pobreza extrema estaban disminuyendo, y el acceso a la electricidad estaba aumentando. Pero la llegada de gobierno autoritarios, la disputa entre Estados Unidos y China, la pandemia de Covid-19, las manifestaciones destructivas del cambio climático, la guerra en Ucrania y el choque bélico entre Israel y el grupo palestino Hamás han socavado la mayoría de los logros.

Ahora es probable que sólo alrededor del 12% de los objetivos se cumplan antes de la fecha límite, y en alrededor del 30%, el progreso se ha estancado o ha retrocedido. Se estima que en 2030, 575 millones de personas seguirán viviendo en la pobreza extrema”, refiere la publicación.

Para 2030, “es probable que el mundo también haya incumplido el objetivo de limitar el calentamiento global a 1.5 °C de las temperaturas preindustriales, que se acordó en la Cumbre de 2015. Y si seguimos la trayectoria actual, las brechas de género y la discriminación no se eliminarán hasta dentro de 286 años”, añade la revista.

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