Los gobiernos en el mundo han generado información que se usa para la toma de decisiones estratégicas, para políticas públicas y para proyecciones a corto y mediano plazo; también los ciudadanos más participativos se convierten en usuarios constantes.
Esta información se produce con la interacción de diferentes áreas de la administración pública, por ejemplo, el registro civil y los servicios de salud, hasta la participación respondiendo encuestas de hogares y los censos de población.
20 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Estadística.
Pero en Latinoamérica, con el avance de la tecnología y del mundo digital, la ciencia de los datos ha experimentado un auge en la última década.
La necesidad de recolectar, procesar y almacenar información sobre la población y la economía es una tarea que atañe a organismos públicos como a entidades privadas.
En estos tiempos, la estadística es una herramienta crucial para identificar y resolver los problemas de la vida cotidiana, pero no todas las naciones cuentan con las mismas capacidades en materia de desarrollo estadístico, ni los mismos espacios de transparencia.
›El Banco Mundial, a través del estudio titulado Statistical Capacity Indicator, ha analizado la capacidad del sistema estadístico de las naciones, con la evaluación de su desempeño en áreas como la metodología, las fuentes de información, la periodicidad de los datos, la asignación de recursos públicos y la inversión privada para su desarrollo.
En el estudio se observa que por casi una década, México se colocó como el país más avanzado en capacidades estadísticas en Latinoamérica, con una puntuación que en 2019 marcó 93 unidades en una escala de cero a 100.
En segundo lugar se ubicó Costa Rica, con 91 puntos, seguida de Chile, con 90. En contraste, Nicaragua alcanzó 51.1 puntos en el conteo, ubicándose en el último sitio, junto con Honduras con 56.7 unidades.