El 11 de julio de 2025 Donald Trump envió una carta a sus aliados comerciales, informando de una nueva alza arancelaria, que de acuerdo a un reporte de CNN en algunos casos incluía tasas de hasta el 40%, mientras que en el caso de México y la Unión Europea, el incremento arancelario a las importaciones sería del 30%, excluyendo los aranceles sectoriales, como el automotriz del 25%; entrando éstos en vigor a partir del 1 de agosto, de acuerdo a las cartas enviadas por la Casa Blanca.
En cuanto a las cartas enviadas por parte de los Estados Unidos, tanto en la dirigida a la Unión Europea, como la enviada a México, se busca generar un encuadre que posicione a los Estados Unidos como víctima de unos socios comerciales ventajosos que han sacado provecho de la buena voluntad del país norteaméricano en materia comercial durante un largo tiempo, y esto lo podemos apreciar en fraseos como “Estados Unidos ha decidido continuar trabajando con la Unión Europea a pesar de tener uno de nuestros mayores déficits comerciales con ustedes. Continuaremos trabajando con ustedes pero solo a partir de un comercio más equilibrado y justo”, o “nuestra relación ha sido todo menos recíproca, por lo que empezando el 1 de Agosto, aplicaremos a la Unión Europea un arancel de solo 30% a productos europeos enviados a Estados Unidos, separado de todos los aranceles sectoriales”, donde además tratan de minimizar lo que significa un arancel de esa magnitud al usar el adverbio “solo”, antes de la cantidad que representará el arancel.
Por otra parte, los Estados Unidos están más cercanos a un tipo de negociación suma cero que a una de un estilo ganar-ganar, pues si bien ponen posibles escenarios en los que podrían contemplar modificaciones a los aranceles mencionados, lo que hacen es prácticamente una imposición sin derecho a réplica, pues son claros de forma contundente en fraseos como el que se puede leer en la carta enviada a México, que dice “si por cualquier razón deciden elevar sus aranceles, entonces sumaremos al arancel del 30% cualquier cantidad de arancel que ustedes apliquen”, o en el caso de la carta enviada a la Unión Europea, donde además los empuja a ceder espacios comerciales señalando que “La Unión Europea permitirá acceso completo de mercado a los Estados Unidos, sin aranceles impuestos hacia nosotros. Si por cualquier razón deciden elevar sus aranceles de manera retaliatoria, entonces sumaremos al arancel del 30% cualquier cantidad de arancel que ustedes apliquen”.
En ambos casos, Trump deja claro que quien debe verse más beneficiado de acuerdo a sus planteamientos es Estados Unidos y lo leemos en sus cartas al decir, “como es de su conocimiento, no habrá aranceles si las empresas dentro de su país deciden construir o manufacturar productos dentro de los Estados Unidos”, dejando claro que el libre mercado, el capitalismo y la globalidad existen únicamente si sucede dentro de sus fronteras. En el caso específico de México, sube la apuesta a las negociaciones, pues pone como condicionante los resultados que se han obtenido en el tema de mantener la seguridad en la frontera, pues reconoce hasta cierto grado la colaboración del gobierno mexicano para enfrentar dicha problemática, pero asegura que no ha sido suficiente, y lo dice de la siguiente manera: “México me ha ayudado a mantener la frontera segura, pero, lo que México ha hecho no es suficiente”, haciendo un guiño a que si hubiera más resultados en la materia, podría pensarse en menos candados al comercio entre México y Estados Unidos.
Lo que hace Trump es dejar de lado formalidades y sin ningún tipo de tacto, dejar en claro que tanto él como el resto del mundo saben lo que representa Estados Unidos en lo político, económico y militar, manejandose más a modo de imposiciones que de negociaciones, también teniendo en claro que quienes deben adaptarse son todos los demás, pués su país mantiene dominio de la gran mayoría del campo de juego, volviéndose un costo hundido para el resto de naciones, pues si bien se podría pensar que la solución es buscar nuevos socios comerciales para solucionar las pérdidas que los aranceles impuestos causarían a quienes se les aplican, no hay forma de realizar dichas transiciones de forma inmediata, por lo que en este sentido, Estados Unidos se vuelve inevitable. En el caso específico de México se mantienen cuestionamientos sobre si aún existirá en 2026 algún acuerdo comercial que renegociar, pues se espera que la renovación, renegociación o eliminación del T-MEC se discuta el próximo año, sin embargo, al tiempo lo sabremos.