Las protestas contra la violencia policiaca y la desigualdad racial en Estados Unidos han trascendido las fronteras y en México encendió el tema en redes sociales.
Uno de los momentos en los que la conversación, principalmente expuesta en Twitter, alcanzó un punto de confrontación en el discurso ocurrió el 1 de junio, cuando el actor Tenoch Huerta refirió que antes de hablar del racismo en Estados Unidos, el tema debía trasladarse a México, donde además de la discriminación, persiste el racismo y el clasismo.
Pero en el caso de México, según un ensayo publicado en la revista Nexos, titulado “Élites y racismo: el privilegio de ser blanco (en México) o cómo un rico reconoce a otro rico”, el color de piel es un referente de jerarquía social: las personas indígenas (tono de piel oscura) “tienen cuatro veces más probabilidad de vivir en pobreza y una probabilidad casi seis veces menor de alcanzar la educación superior que las personas no-indígenas”.
Dato. Personas con tonos de piel muy oscuros sólo llegan a la educación superior en 12.4% de los casos; las indígenas en 8.5 por ciento.
Al respecto, la organización internacional Oxfam, en su informe Por mi raza hablará la desigualdad, analizó la desigualdad en los espacios de educación.
Así, el 21.4% de los habitantes con tonos de pieles oscuros no logró terminar la escuela primaria, frente a 14.7% de la población de piel clara, y sólo el 11.7% de las personas con tono de piel oscuro tiene educación superior.
La probabilidad de tener estudios superiores para las personas de tonos de piel oscuros es 23% menor para hombres y 50% menos para mujeres, comparado con aquellos de piel clara.