Benigni confiesa ser fan del Papa
En su espectáculo dijo que la acción del pontífice es un desafío social y político porque va a buscar la misericordia
El cómico italiano Roberto Benigni se declaró hoy admirador del Papa Francisco durante la presentación del primer libro-entrevista del pontífice, en el cual el premio Oscar condujo un inédito y desopilante espectáculo.
El protagonista del filme “La vida es bella” hizo reír a cientos de periodistas, clérigos y críticos literarios con un comentario histórico-teológico del texto “El nombre de Dios es misericordia”, que salió esta semana a la venta en 86 países distintos.
“El Vaticano es el Estado más pequeño del mundo y tiene adentro al hombre más grande del mundo. No se puede hablar moderadamente del Papa, es un revolucionario, es maravilloso. Hice de todo para verlo”, confesó.
Con su característico estilo expansivo, comentó algunos pasajes del libro producto de una conversación de Jorge Mario Bergoglio con el periodista italiano Andrea Tornielli sobre el tema que más preocupa al pontífice: la misericordia.
“De pequeño quería ser sacerdote. Cuando en la escuela me preguntaban, ¿qué quieres ser de grande? Respondía: Papa. Todos se reían y entonces entendí que debía ser cómico”, recordó.
“Me llamaron del Vaticano y me dijeron: Quisiera Su Santidad (...) respondí inmediatamente que sí y no quise saber más. Estoy dispuesto a ser guardia suizo, chofer del Papa, llevarlo en papamóvil, lo que sea”, apuntó.
En la presentación participaron el “número dos” del Vaticano, el secretario de Estado, Pietro Parolin, y el portavoz papal Federico Lombardi.
Con ellos, un preso de origen chino, el joven Zhang Agostino Jianqing, quien contó su paso por la cárcel y su conversión al cristianismo.
Cuando tocó el turno a Benigni, el cómico aseguró que Francisco a veces se ve cansado porque está empujando a la Iglesia hacia un lugar un tanto olvidado: “hacia la misericordia”.
“El Papa encuentra la misericordia en el dolor, porque el dolor es más fuerte del mal, el sufrimiento es la única fuerza superior al mal. Sin dolor la vida sería enigmática, el gozo inaccesible”, aseguró.
Precisó que la acción del pontífice es un desafío social y político porque va a buscar la misericordia entre los últimos de los últimos.
Insistió que Bergoglio es como “una cascada de misericordia”, está lleno de ella y si uno “quiere 100 gramos de misericordia, él te la da”.
En cambio, el mundo quiere el dolor y la condena, mientras cada acto de misericordia es una resurrección y cada acto de odio es un acto de muerte, abundó.
“La alegría es el gigantesco secreto del cristianismo. Es el elemento constitutivo. Quien ha sufrido sin perder la alegría cristiana está cerca del señor. Debemos desconfiar de los infelices. Amén a las personas felices que son humildes, alegres y cercanas a Dios”, apuntó.