Cáncer,
 los pasos hacia atrás

24 de Abril de 2024

Cáncer,
 los pasos hacia atrás

Cáncer

Esta enfermedad es combatida de muchas maneras y los científicos exploran nuevas posibilidades, como el uso de virus específicos, pero el obstáculo más grande para su erradicación es la respuesta del cuerpo humano y la gran inversión e investigación que requiere

El metotrexato, sobre todo en dosis altas, es un veneno. Que sea un veneno más eficaz contra las células cancerígenas que contra las células normales no quita el hecho de que es un veneno.

cáncer

Esta sustancia, que ha sido emblemática del desabasto de medicamentos en México desde que destacó en las primeras protestas de los padres de familia cuyos hijos enfermos la necesitaban, funciona bloqueando o haciendo más lenta la producción de ADN en las células y por lo tanto su duplicación, y afecta más a las células cancerosas debido a que estas, justamente por ser cancerosas, se reproducen más que las células normales.

Las afectaciones a las células no cancerosas producen efectos secundarios como: llagas en la boca, náuseas y vómitos, falta de apetito, toxicidad renal, erupción cutánea, diarrea, caída del cabello, irritación ocular y alteración del funcionamiento del hígado. En general, estos efectos son predecibles y reversibles; pero a veces, sobre todo dependiendo de la dosis, no lo son. En ocasiones tampoco logran acabar con las células cancerosas.

›Las quimioterapias oncológicas son así, pues en los cánceres, que son muchas enfermedades parecidas y no sólo una, son nuestras propias células enfermas las que están causando problemas y no las de un organismo invasor, distinguir a unas de las otras no es sencillo.

Las radioterapias convencionales no son mucho más específicas que las quimioterapias. Aunque usan técnicas como irradiar los tumores desde tres ángulos distintos de manera que el daño se produzca principalmente en donde confluyen las emisiones, algo de daño producen en el camino.

Sin embargo, atacar cánceres sin dañar significativamente al resto del cuerpo es posible. Nuestro sistema inmunológico lo hace constantemente y elabora anticuerpos y células T que mantienen a raya a la mayor parte de las células que se salen de control, pero a veces se ven rebasadas, y es cuando la medicina interviene con métodos que aún son demasiado toscos.

Hay muchos y muy diversos intentos de, por decirlo de algún modo, “afinar la puntería” en los tratamientos contra el cáncer. Curiosamente, algunos de los avances más notables se han dado en sentido completamente contrario del que esperaríamos.

Dato: En 2019 se hizo la primera prueba clínica en la que se editaron genéticamente células inmunes de los pacientes para que pudieran detectar y eliminar mejor al cáncer.

Protones terapéuticos

Aunque es poco común en términos absolutos (cada año surge alrededor de un caso por millón de personas y el 60% de ellos en niños), el meduloblastoma es la forma más común y mortal de cáncer cerebral pediátrico. La metástasis en el revestimiento del cerebro o la médula espinal es responsable de prácticamente todas las muertes por esta enfermedad.

Un análisis de 50 años de registros del Instituto Nacional de Neurología muestra que la incidencia en México de los cánceres del sistema nervioso es similar a la que se detecta en otros países. Otro reporte indica que es también uno de los dos más abundantes.

En muchas ocasiones, por su ubicación, estos cánceres son difíciles o imposibles de eliminar por medios quirúrgicos, por lo que la llamada irradiación craneoespinal, resulta la opción más benigna (aunque sólo es aplicable a partir de los tres años, antes de eso se trata con quimioterapia).

Existen básicamente dos tipos de irradiación: con rayos X, o con protones emitidos por un acelerador de partículas.

Por un efecto de la mecánica cuántica (el pico de Bragg), los protones prácticamente no causan daño en los tejidos biológicos si viajan por ellos a alta velocidad; sin embargo, los tejidos van desacelerando a los protones hasta que llegan a una velocidad en la que resultan demoledores. Tiene la ventaja de que ahí se quedan y no tienen la “dosis de salida”.

Esta propiedad ha permitido desarrollar aceleradores de uso clínico que regulan la fuerza de la emisión de manera muy precisa, lo que permite eliminar el tejido enfermo y dejar casi intacto el sano. Aunque también tiene efectos secundarios, se ha demostrado que esta tecnología es considerablemente más benigna que los rayos X, que pueden ocasionar problemas de crecimiento y neurotoxicidad.

El problema con la terapia de protones, que es especialmente útil con cualquier tipo de cáncer en el sistema nervioso de difícil acceso, es que es cara, pues necesita el acelerador de partículas. Así, a pesar de que tiene unos 40 años de haberse inventado, actualmente sólo hay 111 instituciones en el mundo donde se practica y 37 que se están construyendo, de acuerdo con el Grupo Cooperativo de Terapia de Partículas actualizado a junio de 2021.

40 virus que destruyen células cancerosas se están estudiando en este momento; sólo hay dos que se han aprobado como terapias.

Ataque biológico

“Estos tumores no solo son inteligentes —dice Josh Neman, director científico del Centro de Tumores de la Universidad del Sur de California, sobre los meduloblastomas—, sino que también utilizan cualquier medio para crecer”.

›Neman y su equipo publicaron recientemente en la revista Cell Reports la identificación de un marcador clave para detectar a “las células rebeldes” del meduloblastoma, las que participan en la metástasis.

Para las células cancerosas del sistema nervioso central no es fácil propagarse, pues el líquido cefalorraquídeo carece de nutrientes; sin embargo, igual que las neuronas sanas del cerebelo, pueden descomponer un aminoácido llamado GABA, que funciona como neurotransmisor, para alimentarse.

El estudio encontró que en las metástasis del meduloblastoma, es decir, cuando se difunde más allá del tumor, las células viajeras tienen una producción elevada de la enzima que degrada el GABA. Esta enzima tiene además un efecto paradójico, pues ralentiza la división celular, lo cual parecería una desventaja para una célula cancerosa.

Sin embargo, para las metástasis del meduloblastoma es una ventaja, pues tanto la radioterapia como la quimioterapia afectan sobre todo a las células de crecimiento más rápido, por lo que el aumento de la enzima ayuda a que las metástasis resistan el tratamiento.

De momento, los investigadores no saben exactamente cómo este descubrimiento podrá convertirse en una terapia, pero sí que la metástasis ya no pasará inadvertida.

1976 inician las primeras terapias protónicas de cáncer de ojo en el Laboratorio del Ciclotrón de Harvard en Estados Unidos. En 1977 se hicieron en el Instituto Kurchatov de Física Teórica y Experimental en Rusia.

Los virus como aliados

Con el SARS-CoV-2, el causante de la pandemia de Covid-19, hemos visto que los virus son muy específicos en su forma de atacar. Esto puede sugerir que, así como el coronavirus solo ataca a las células que tienen el receptor ACE2, ¿sería posible hacer o encontrar virus que atacaran sólo células cancerosas?

›Esta idea de generar virus “buenos” que pueden infectar, replicarse y matar a las células cancerosas, aunque puede parecer descabellada, se empezó a trabajar desde principios del siglo pasado, y las primeras pruebas clínicas se hicieron en los años 50, pero fue hasta este siglo que se empezaron a aprobar viroterapias.

En 2005, un adenovirus modificado fue autorizado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de China (CFDA) para su uso junto con quimioterapia en sujetos con carcinoma refractario de cabeza y cuello, y en 2015 la FDA de Estados Unidos aprobó el uso del virus del herpes modificado para tratar los melanomas inoperables.

Actualmente más de 40 virus oncolíticos (destructores del cáncer) están en diferentes fases de pruebas. Entre las dificultades para usarlos, además de generarlos, están, primero y por decirlo de algún modo, “convencer” al sistema inmune de que este virus es un aliado y no un enemigo; después, entender perfectamente qué está haciendo el virus en el cuerpo para prevenir posibles desvíos, y en tercer lugar, dado que se ha visto que por sí solas las viroterapias no eliminan los tumores, encontrar cómo combinarlas con otras terapias de la manera menos tóxica posible.

Un equipo del Laboratorio de Inmunoterapia de Virus Oncolíticos del Instituto de Salud de Luxemburgo publicó en la revista Nature Communications a finales de junio el mecanismo por el cual el parvovirus de rata H-1 (H-1PV) destruye selectivamente las células tumorales sin dañar los tejidos sanos normales, encontró a la familia de proteínas que actúa como “puerta” por la que el virus entra en las células (este virus, además, estimula una respuesta inmunitaria contra el cáncer).

›El trabajo utilizó una técnica conocida como interferencia de ARN, que permitió “apagar”, de uno en uno, cerca de siete mil genes en células de carcinoma del cuello uterino para detectar aquellos que modulan la capacidad infecciosa del H-1PV. Identificaron 151 genes y sus proteínas resultantes como activadores y 89 que reprimen la capacidad de H-1PV para infectar y destruir células cancerosas.

El equipo evaluó las implicaciones clínicas de su descubrimiento y detalla que las proteínas “puerta” se reportan en altos niveles en otros tipos de cáncer, como el de páncreas y el glioblastoma, por lo que probablemente serían “más susceptibles de ser infectados y destruidos por el H-1PV y que, por tanto, los pacientes con estos tumores tienen más probabilidades de responder a esta terapia “, dijo Antonio Marchini, líder de la investigación.

60% de los pacientes de meduloblastoma son niños. Este cáncer es la forma más común y mortal de cáncer cerebral pediátrico.

Epílogo de contraste cubetero

Cáncer

Esta es una lista muy breve de algunos de los avances que se están proponiendo para combatir a los cánceres. Entre los muchos intentos que hay, estos tres destacan porque tienen esa característica de “ir en sentido contrario” a lo que se esperaría, como los cangrejos a los que el cáncer debe su nombre.

Pero estos avances también fungen como ejemplos para demostrar que la ciencia es capaz de ayudar a las personas si se destinan recursos en ella, como en las terapias protónicas, y si acepta que las inversiones rendirán resultados útiles en el largo plazo, como las viroterapias, y que, por su magnitud y posibles pérdidas, los estados son los encargados de realizar la parte fuerte de esas inversiones.

Eso hace un terrible contraste con las familias mexicanas, por hablar sólo del más notable de los grupos afectados, que esperan la llegada de los venenos que pueden ayudar a sus hijos a sobrevivir en un país que ni siquiera ha podido restablecer la compra de medicinas que canceló de manera apresurada y arbitraria… y ya para qué hablar de la reducción general del gasto en salud y en investigación.