¿El fantasma de una Tercera Guerra Mundial?

28 de Abril de 2024

¿El fantasma de una Tercera Guerra Mundial?

Tercera Guerra Mundial

Los países europeos vislumbran la posibilidad de intervenir en el conflicto desatado por Rusia; el eventual ingreso de Ucrania en la OTAN podría ser el desencadenante de un conflagración a gran escala

Comenzó como una “guerra relámpago”, pero ahora, a más de dos años de su inicio, la invasión a Ucrania por parte de Rusia no sólo no ha terminado, sino que amenaza con escalar a un conflicto internacional a gran escala, como no se ha visto en casi 80 años, desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

La tensión internacional inició desde aquel 24 de febrero de 2022, pero fue la puesta en marcha del plan Steadfast Defender lo que ha vuelto a generar incertidumbre. Se trata del mayor ejercicio militar de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN, por sus siglas en inglés) desde la Guerra Fría, y el cual comenzó en enero de este año y durará hasta mayo.

En Steadfast Defender participan 90 mil soldados provenientes de los 32 aliados de la OTAN, con dos objetivos en mente: disuadir a Rusia de cualquier acción bélica contra alguno de los países que conforman la alianza, y demostrar el poderío militar de Occidente.

La primera parte del plan en territorio europeo se realizó en Finnmark, al norte de Noruega y muy cerca de la frontera rusa, una ubicación que no ha pasado desapercibida para el gobierno encabezado por Vladimir Putin.

Pero el mensaje podría no ser suficiente. En un momento delicado, en el que el presidente Putin ha mencionado en más de una ocasión su poderío nuclear, son varios los líderes que ya comienzan a vislumbrar una guerra a gran escala.

Preparando el escenario

El pasado 14 de marzo, el presidente francés, Emmanuel Macron, se convirtió en noticia mundial con un incendiario mensaje. “Esta guerra es existencial. No podemos seguir viviendo como si nada hubiera pasado. Putin es responsable de la guerra. Estaremos dispuestos a tomar las decisiones necesarias para que Rusia nunca gane. Para tener paz no hay que ser débil. Habrá tropas francesas en Ucrania. No habrá líneas rojas. Soy el presidente de Francia y yo decido. Negociamos lo mejor que pudimos, pero no hay nada de qué hablar con ellos”, dijo en entrevista para el canal BFM TV.

Pocas horas después de este discurso, el mandatario galo insistió en la posibilidad de una guerra en el continente. En una entrevista para el diario Le Parisien, Macron aseguró contar con el apoyo de otros países europeos. “Puede que en un momento dado –yo no lo deseo, no tomaré la iniciativa– sea necesario realizar operaciones sobre el terreno, sean las que sean, para contener a las fuerzas rusas. La capacidad de Francia es que nosotros lo podemos hacer. Muchos países de Europa, y no de los más pequeños, están en nuestra línea”, fueron sus palabras.

En este sentido, calificó a Rusia como “una potencia mediana dotada de armas nucleares”, con un Producto Interno Bruto (PIB) muy por debajo del de naciones como Alemania y Francia. Más tarde informó que podría desplegar dos mil tropas de su país en Ucrania para ayudar a luchar contra Rusia

Hasta entonces, ningún otro líder había mencionado abiertamente la posibilidad de estar en guerra con Rusia. Pero no fue el primero en tocar el tema.

Días antes, Radoslaw Sikorski, ministro de Exteriores de Polonia, admitió que la OTAN ya ha desplegado tropas en Ucrania, en directo desafío a Rusia, incluso cuando el país gobernado por Volodímir Zelenski no forma parte de la alianza internacional.

“Ya hay soldados de la OTAN en Ucrania, y quiero agradecer a las embajadas que han asumido este riesgo. A diferencia de otros políticos, no diré qué países son”, dijo en alusión a Olaf Scholz, canciller de Alemania que anteriormente había asegurado que militares británicos y franceses ya se encontraban en el territorio invadido por el ejército ruso.

Aunque no se ha hablado abiertamente del tema, los soldados de la OTAN tienen presencia en Ucrania desde hace más de 10 años. Así lo admitió Petr Pavel, presidente de la República Checa, quien dijo que estos elementos realizan funciones de formación del ejército ucraniano, y que, hasta el momento, no se han involucrado de forma directa en los combates.

Asimismo, Boris Pistorius, ministro de Defensa de Alemania, anunció un paquete de ayuda de 500 millones de euros para Ucrania. La cifra equivale a 542 millones de dólares, aunque cabe destacar que la ayuda militar a Ucrania por parte de otros países occidentales data desde el inicio de la invasión de Rusia al territorio.

España ha sido otro de los países que vislumbra la posibilidad de una guerra. En una entrevista con el diario La Vanguardia, Margarita Roble, ministra de Defensa de ese país, fue directa al referirse a Putin: “La amenaza es total y absoluta. No hay más que oír las últimas declaraciones de Putin, en las que habla de la posibilidad de agresiones nucleares. Europa tiene que ser consciente de que el peligro está muy cerca; no es una pura hipótesis, es real. Los países fronterizos con Rusia lo perciben muy bien; quizá los del sur no tenemos esa conciencia, pero la civilización puede ser atacada por personas sin escrúpulos como Putin”.

En su entrevista, Roble aseguró que “las tropas españolas ni están ni van a estar sobre el terreno ucraniano”, pero hizo un llamado a seguir apoyando al país gobernado por Zelenski. “Trabajar por la paz implica invertir en defensa”, puntualizó.

La idea de extender la guerra está presente incluso en el ámbito intelectual. Slavoj Žižek, el filósofo y psicoanalista esloveno, pidió el pasado 18 de marzo que se le otorgaran armas nucleares a Ucrania. “Denle armas nucleares a Ucrania. (...) Tenemos que hacer de todo (para detener a Putin), dijo ante la audiencia del presentador británico Piers Morgan. Su mensaje fue casi de inmediato rechazado en redes sociales, donde se le calificó de racista por los calificativos que dio a los líderes rusos. “No son nada menos que árabes”, aseguró.

Pero esto no se trata de líderes de países aislados: Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, pidió a los países miembros este 21 de marzo que se pasen a un “régimen de economía de guerra” y mejoren sus capacidades de defensa ante la amenaza que representa Putin para ellos.

›En un artículo publicado en periódicos europeos y en el sitio web Euroactiv, Michel escribió que “si la Unión Europea no puede mostrar la reacción correcta y no da a Ucrania el apoyo que necesita para detener a Rusia, será nuestro turno. Por lo tanto, debemos estar preparados para la defensa y pasar a un régimen de economía de guerra”.

Incluso los medios de comunicación europeos y estadounidenses han replicado los mensajes, al aumentar así la preocupación por la expansión de una guerra a gran escala.

Las palabras están muy cerca de convertirse en acciones: tan sólo entre 2022 y 2023, las importaciones europeas registraron un incremento del 21%, y es Estados Unidos el que encabeza la venta de armamento al continente, con el 55% del total durante los últimos cinco años, según datos del Instituto Internacional de Investigaciones para la Paz de Estocolmo.

La respuesta de Rusia

Tras la más reciente reelección del presidente Putin, las cosas no han cambiado mucho en su país. En una de sus primeras apariciones tras los resultados electorales que le dieron la victoria, y ante un reportero que le preguntó sobre la posibilidad de un conflicto a gran escala entre Rusia y la OTAN, el mandatario dijo que “todo es posible”, aunque de inmediato matizó que “casi nadie está interesado en una Tercera Guerra Mundial”.

También reconoció que está al tanto de la presencia de miembros de la OTAN en Ucrania. Al respecto dijo que “no hay nada bueno en esto, en primer lugar para ellos, porque están muriendo allí y en gran número”, por lo que habló sobre la construcción de una “zona de contención” en los territorios que pertenecientes a Kiev, y cuyo objetivo sería impedir que armamento de fabricación extranjera llegue a Rusia.

Pero su mensaje más directo fue para el presidente Emmanuel Macron, a quien hizo un llamado para desempeñar un probable papel de pacificador. “Parece que Francia podría desempeñar un papel. Aún no está todo perdido. Lo he dicho una y otra vez y lo diré de nuevo. Estamos a favor de las conversaciones de paz, pero no sólo porque el enemigo se esté quedando sin balas”, dijo, antes de hacer hincapié en la posibilidad de mantener buenas relaciones entre los países europeos, “y no simplemente hacer una pausa para el rearme durante un año y medio o dos años”.

Cabe recordar que, desde el inicio de su ofensiva en Ucrania, Putin ha recordado en público más de una vez su posesión de armas nucleares, y su alianza con Corea del Norte y China –potencias nucleares por derecho propio– ha sido motivo de preocupación en Occidente, especialmente en Estados Unidos.

Mas allá de los discursos y los ejercicios militares, lo cierto es que las fuerzas occidentales no están del todo preparadas para un conflicto de larga duración. La OTAN no cuenta con suficientes arsenales ni capacidad de fabricación para abastecer una guerra como la que se teme, mientras que del lado de Rusia, el equipamiento anticuado y la falta de reclutas son algunos de los principales problemas.

Por su parte, Estados Unidos enfrentaría serias dificultades para movilizar a sus tropas por el territorio ucraniano. Incluso dentro de ese país, el personal de la embajada estadounidense necesita un permiso especial para entrar a Odesa debido a la presencia de soldados e inteligencia de Rusia.

A estos desafíos se suma el rechazo generalizado de un involucramiento de Europa en la guerra ruso-ucraniana. Ya sea en Francia o en España, los ciudadanos han manifestado claramente su oposición a los mensajes de sus líderes, y dentro y fuera de las redes sociales han insistido en mantenerse alejados de todo conflicto.

El panorama es incierto, y de conseguir ser aceptado como país miembro de la OTAN, Ucrania podría recibir ayuda activa del resto de los socios, una posibilidad a la que Putin se ha negado hace varios años, y que podría ser un desencadenante para la expansión del actual conflicto en el territorio de Zelenski.