Quiet on set: el lado oscuro de la fama infantil, horror en la industria del entretenimiento

15 de Mayo de 2024

Simón Sánchez
Simón Sánchez

Quiet on set: el lado oscuro de la fama infantil, horror en la industria del entretenimiento

Simón Sánchez

A mediados de los años 90, el canal de televisión de paga Nickelodeon producía un programa similar al legendario Saturday Night Live, es decir, un espectáculo de sketches, pero dirigido al público infantil y preadolescente llamado All That. Durante muchos años, este programa lanzó la carrera de varios actores y actrices como Drake Bell, Kenan Thompson, Amanda Bynes y Jamie Lynn Spears.

Dan Schneider, quien fue productor de este y otros programas exitosos del canal, como iCarly, The Amanda Show, Zoey 101 y Drake y Josh –series que marcaron la infancia de toda una generación–, ha estado en medio de la controversia debido a señalamientos por algunos comportamientos tóxicos, que incluyen discriminación de género, racismo y acciones inapropiadas hacia miembros femeninos de su equipo, además de bromas y chistes sexualmente sugerentes en sus programas dirigidos al público infantil.

En 2004, una denuncia anónima por abuso sexual contra Brian Peck, coach de diálogo, encendió las alarmas respecto a lo que sucedía detrás de cámaras. Nickelodeon ocultó los hechos, manejándolos internamente, lo que ayudó a que el asunto no cobrara la relevancia que debió tener.

La miniserie documental Quiet on set: el lado oscuro de la fama infantil nos cuenta este oscuro capítulo de la industria del entretenimiento, contándonos en voz de sus protagonistas las traumáticas experiencias vividas mientras fueron estrellas infantiles.

A esto se suma la revelación de la red de trabajo infantil que llevó a la cadena Nickelodeon a la cima de la industria, y cómo detrás de ese éxito había personas capaces de hacer cosas impensables con los jóvenes actores.

Entre las voces destaca la desgarradora entrevista a Drake Bell, en la que revela que fue la víctima anónima que denunció a Brian Peck.

El actor y cantante cuenta que por miedo a que se viera truncada su carrera, ya que su abusador era un personaje muy famoso en el medio, guardó silencio durante algún tiempo, hasta que, ayudado por su madre, acudió a denunciar ante las autoridades. Por ello resulta indignante saber que varias personalidades del medio abogaron por él a través de cartas al juez.

Lo más impactante es que después de pasar algún tiempo en prisión, Peck volvió a trabajar en televisión infantil, pero ahora para Disney Chanel.

En el centro de todo resalta la perturbada personalidad de Dan Schneider, un hombre controlador y manipulador con una extraña obsesión por sus estrellas infantiles y el silencio cómplice de parte de los ejecutivos de Nickelodeon.

En palabras de Drake Bell, la cadena conocía las denuncias de abuso contra Peck, pero no hizo nada para protegerlo.

Después del estreno del documental, Nickelodeon lanzó un comunicado en el cual afirma que “tomó muy en serio” las acusaciones y que ya habían iniciado investigaciones internas.

La respuesta ha sido criticada por no ofrecer acciones concretas para evitar que este tipo de situaciones se repitan. Quiet on set: el lado oscuro de la fama infantil está disponible en MAX.

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