La guerra entre Rusia y Ucrania ha elevado la volatilidad financiera global y presionado al alza el precio de los energéticos. Lo anterior se suma a la afectación que tienen otras variables macroeconómicas desde el año pasado.
La economía mexicana cerró 2021 con un crecimiento de 4.8%, de acuerdo con el INEGI, lo cual fue menor al 6.3% que anticipaba Hacienda en los Criterios Generales de Política Económica (CGPE) 2022. En el mismo documento, Hacienda preveía un crecimiento de 4.3% para este año; sin embargo, el promedio de la Encuesta sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado de Banxico, a febrero de 2022, lo ubica en 2.04%.
Otra variable que se ha visto alterada son los precios. La inflación cerró 2021 en 7.36%, cuando Hacienda anticipaba 5.7%, y en enero se ubicó en 7.07%. Lo anterior ha presionado al alza las tasas de interés.
Para 2022, la Secretaría de Hacienda anticipaba que la tasa de cetes a 28 días promediara 5.0%; sin embargo, actualmente se ubica en 6.06% y la misma Encuesta de Especialistas anticipa que sea de 7.23% al cierre de este año. Ambas variables, crecimiento y tasa de interés, presionarán las finanzas públicas, tanto por una menor recaudación como por un mayor pago por el servicio de la deuda.
En los propios CGPE, Hacienda publica un cuadro con la sensibilidad de los ingresos y egresos públicos ante cambios en distintas variables, entre ellas, el crecimiento y la tasa de interés. De acuerdo con esos datos, si el crecimiento económico cerrara 2022 en los niveles anticipados por el sector privado en la encuesta, es decir, 2.04%, se recaudarían 85 mil 633.8 millones de pesos (mdp) menos (0.29% del PIB). Por otro lado, si la tasa de interés se mantuviera en niveles promedio de 6.65%, tendrían que pagarse 40 mil 449.5 mdp más por costo financiero (0.15% del PIB).
A estas presiones se añade la impuesta por los estímulos fiscales a los combustibles automotrices que últimamente han rondado casi el 100% de la cuota del IEPS por litro de gasolina. El porcentaje del estímulo publicado el 25 de febrero pasado fue de 99.1% para la gasolina Magna; 77.46% para la Premium y 78.64% para el diésel. Aunque en el documento relativo a Renuncias Recaudatorias (2021), Hacienda pronosticaba que se dejarían de recaudar 81 mil 687 mdp por este concepto en 2022, dicha cantidad podría quedarse corta si los estímulos se mantienen elevados a lo largo del año.
Lo anterior se ve contrarrestado por el mayor precio de la mezcla mexicana de petróleo, que actualmente ronda los 105 dólares por barril (dpb), esto es 50 dpb más de lo previsto en los CGPE (55.1 dpb).
De acuerdo con los datos de la Secretaría de Hacienda, si este precio se mantuviera todo el año y no se redujera la plataforma de producción y exportación, se obtendrían 679 mil 405 mdp adicionales.
No obstante, si consideramos un precio menor como el que anticipaba la Agencia Internacional de Energía (EIA) en enero pasado (71 dpb), los ingresos adicionales rondarían los 216 mil 049.2 mdp, lo que compensaría, de cierta forma, la menor recaudación y el mayor pago por intereses de la deuda.
Los impactos ya comienzan a observarse. A enero de 2022, aunque los ingresos petroleros aumentaron 35.1% respecto del año previo, los ingresos tributarios se redujeron 0.2% y el total de ingresos públicos fue menor en 8.4% respecto de lo que se tenía planeado. El gasto neto total aumento 12.4% y el balance público fue de -58 mil 837 mdp, 7.4 veces el reportado hace un año (-7 mil 956.6 mdp).
Será relevante dar seguimiento a estas variables los próximos meses, así como a los riesgos internos y externos que enfrenta la economía y la forma en que presionan a las finanzas públicas, un tema del que todas y todos formamos parte.
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