“A los niños, antes de enseñarles a leer, hay que ayudarles a aprender lo que es el amor y la verdad” Mahatma Gandhi
La Organización de las Naciones Unidas declaró el 20 de noviembre como el Día Universal de los Niños, sin embargo, exhortó a los países ha establecer un día dedicado a la niñez, es así como en el caso de nuestro país se instituyó el día 30 de abril, fecha que hace alusión al decreto firmado en 1924 por el entonces Presidente de la República, Álvaro Obregón Salido.
Cada último de abril tanto las instituciones escolares como padres de familia realizan actividades para celebrar este importante día, que nos recuerda los compromisos que tenemos con ellos y con su futuro. Desafortunadamente, mañana los festejos serán atípicos, y quizá en muchos casos ni siquiera existan.
La cuarentena establecida por las organizaciones de salud como una de las medidas para evitar la transmisión del virus Covid-19, ha causado una situación singular, que con el paso de los días ha repercutido en las niñas y niños, alterando su entorno, sus dinámicas cotidianas e incrementando la ansiedad; situaciones que han contribuido a que en algunos casos la niñez esté siendo víctima de maltrato, violencia y descuido.
Podría parecer difícil de creer, pero de acuerdo a la UNICEF la violencia en los niños y adolescentes pareciera una situación habitual, ya que a nivel mundial 1,100 millones de cuidadores (algo más de 1 de cada 4) afirman que el castigo físico es necesario para criar o educar adecuadamente a los niños, a lo anterior agreguemos las circunstancias derivadas de la pandemia como el cierre de escuelas, las restricciones de movilidad, el aislamiento social o la disminución de ingresos y lo que probablemente tendremos como resultado es la generación de un mayor nivel de estrés, tensión y agresiones al interior del núcleo familiar.
Es así como en el documento titulado “Nota técnica: Protección de la infancia durante la pandemia de coronavirus” emitido porThe Alliance for child protection in humanitarian action se mencionan algunos de los principales riesgos a los que se enfrenta la niñez durante esta pandemia, como son: Aumento del abuso infantil, supervisión disminuida, trato negligente, incremento de riesgo de explotación sexual, violencia física y mental, envenenamiento y otros peligros de riesgo de lesión.
Por otro lado, Human Rights Watch en su informe COVID-19 and Children’s Rights menciona dos puntos de suma importancia para ser analizados: 1) la situación de orfandad causada por la tasa de mortalidad deja a las niñas y niños, entre otras injusticias, expuestos a trabajos forzados y matrimonios infantiles y 2) la poca posibilidad de que se detecten casos de abuso infantil durante esta crisis, resultado de la limitación de acciones de los organismos de protección infantil para evitar propagar el virus, y por el cierre de las escuelas, lo cual genera que los docentes tengan menos oportunidad de identificar signos de maltrato.
La situación es complicada, incluso la Oficina Europea de Policía (Europol) en el documento titulado Pandemic profiteering how criminals exploit the COVID-19 crisis menciona que se ha registrado un aumento de la actividad en línea de quienes buscan material relacionado con la explotación sexual, información que ha sido contrastada con publicaciones en foros donde los criminales buscan relacionarse con los niños usando su vulnerabilidad debido al aislamiento, menos supervisión y mayor tiempo en línea.
México no queda exento de la violencia hacía la niñez, tan sólo a principios de este mes dos homicidios conmocionaron al país ya que una niña de 13 y otra de 5 años fueron asesinadas mientras, irónicamente, seguían la recomendación de quedarse en casa.
El confinamiento no sólo es difícil para los adultos sino también para los menores, hoy tenemos que pensar en formas de impulsarlos, dentro de las recomendaciones emitidas por Child Mind Institute se encuentran: Mantener las mismas rutinas, ser creativo con ejercicios y nuevas actividades, limitarles el uso de noticias, mantenerlos informados pero de manera simple, procurar el contacto virtual con familiares y hacer planes.
No solo mañana, sino todos los días, recordémosles lo importante de su existencia en nuestra vida, hagamos presente nuestro amor de formas sencillas pero contundentes, consideremos sus sentimientos y mantengamos comunicación, porque al igual que nosotros ellos esperan que esto termine pronto para abrazar a sus abuelos, convivir con sus amigos y volver a la vida en comunidad.