¿Saben como funcionan las competencias? Digamos por ejemplo, un torneo de soccer: Pagas tu inscripción y juegas para intentar ganar un premio. En el caso del póker típico, pagas una compra, que es tu derecho de entrada y a cambio, se te dan ciertas fichas para usar durante el juego, mismas que debes multiplicar y gana quien más tenga al final.
El diccionario define la competencia como la oposición o rivalidad entre dos o más, que aspiran a obtener la misma cosa. Eso. Pero te confieso y lo reconozco aquí sólo entre nos —jamás lo repetiré en público—, que yo juego para perder. Suena raro, es cierto. ¿Qué soy un desvergonzado en el mentir para defender mi práctica? ¿Ves? Por eso no lo digo abiertamente.
Pero así es esto de la política. Y no es fácil. Cualquiera cree que podría hacerlo, pero no es cierto. Es un arte, esto de jugar a perder. Me explico: necesitas ser lo mismo actor, que escritor, que empresario, que estratega, que abogado y que emprendedor.
Cobramos un buen dinero del INE en cada campaña y hay que administrarlo correctamente para que nos dure hasta que venga la siguiente piñata electoral. Para ello, hay que hacer muchas cosas, malabarear muchas pelotas, siendo la más importante, mantener el registro electoral. Para ello, acaso será necesario poner candidatos famosos, actores, deportistas, escandalistas profesionales, acaso también, hacer alianzas, sumar proyectos, defender lo indefendible, lamer botas llenas de tierra y sangre, y asociarme con gente asquerosa. Ni modo. Me gusta la buena vida y me gusta el poder. Todo sea por el beneficio mayor.
Y tampoco he descubierto el hilo negro, lo reconozco. Se trata de hacer lo mismo que Slim hace en todos sus negocios: desarrollo horizontal. Es decir, si voy a consumir publicidad, poner una empresa de marketing, una agencia de compra de medios, una empresa de divulgación, una empresa de creativos, una empresa de marketing y una consultoría que haga encuestas. ¿Qué necesito 1 millón de pendones y banners para colgar de postes? Pongo un estudio de diseño, una imprenta, una consultoría de imagen, una distribuidora de publicidad para que los cuelguen y sí, también una empresa de reciclaje para cuando los quitemos y revendamos como materia prima. Así, en total, logro quedarme con el 80% de lo que recibimos del erario. Dinero limpio, constante, sonante, para comprar propiedades en Nueva York, o California.
Te digo, no es fácil, pero contiendo para perder. Porque además, al jugar, no solo logro hacerme rico, sino que ayudo a fortalecer la democrajajajajaja. Okey, ya, en serio. Al competir para perder, logro hasta negociar declinar mis campañas a favor de alguno de los que realmente compiten, a cambio de algunas prebendas: puestos, dinero, negocios, concesiones. “Para fortalecer la democracia y porque México está en una etapa de crisis donde el interés de mi partido son los mexicanos, hemos decidido declinar nuestra campaña por los más pobres y sumarnos al proyecto de________________________ para derrotar a ________________________ y por fin, ser motores de cambio.”
¿Qué no ves que soy un genio? ¿Me llamas sinvergüenza? ¿desfachatado? Eres un envidioso sólo porque yo viajo en primera clase, traigo carro con guaruras y propiedades en el extranjero. ¿Sabes lo que eres? ¡Un desestabilizador!¡Deja de desprestigiarnos a los políticos o nos irá mal a todos! ¡Yo soy un soldado de la democrajajajajajaj!, ya, en serio, cómo me haces reír, ¿otro tequilita?