Cronología: Antigua y sin presión, así era la toma de Tlahuelilpan

La toma clandestina era ordeñada constantemente por los huachicoleros, sin embargo, hace unos meses dejó de tener combustible

enero 21, 2019 •

Norma Montiel

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TLAHUELILPAN, Hidalgo.

Era una toma clandestina que “ordeñaban” casi a diario desde hace años, aunque tres meses atrás los huachicoleros la habían dejado en desuso por

la baja presión que mostró, aseguran vecinos de las zonas aledañas a Tlahuelilpan. La misma toma que el pasado viernes tras horas de una intensa fuga

provocó una explosión

por la que hasta esta mañana deja
89
muertos, 51 hospitalizados y restos calcinados de 68 personas, de las que solo 9 han sido identificadas y siente entregadas a sus familiares. En entrevista para ejecentral pobladores de Teltipan de Juárez relatan que la toma clandestina en el ducto Tuxpan-Tula, ubicada en el kilómetro 226 de Tlahuelilpan, fue abierta hace dos años, cuando el huachicoleo comenzó a tomar fuerza en la entidad. La toma hace unos meses dejó de tener combustible, refieren. Pero

fue el viernes 18 de enero cuando se detectó que de ella brotaba combustible y aproximadamente

a las cuatro de la tarde el brote era de tal fuerza que podía observarse desde la carretera Teltipan-Tlahuelilpan. Personas que pasaban por el lugar decidieron acercarse para tomar algo de combustible con los garrafones que normalmente cargaban en sus autos ante el desabasto en la zona, que los orillaba a aprovechar cualquier oportunidad de poder comprar algo de gasolina.

Iba a visitar a mi mamá que vive en Teltipan, cuando vimos que estaba saliendo gasolina de la toma, entonces bajamos con un garrafón que cargamos siempre en el carro para llenarlo en la primera gasolinera que encontráramos en servicio, porque ha escaseado desde hace un mes”, dijo Esther una habitante de la localidad de Presas.

De inmediato comenzó a correrse la voz con videos de Facebook, llamadas telefónicas, mensajes de WhatsApp, “aquí hay gasolina gratis” decían. Pasadas las cinco de la tarde la presión en el ducto aumentó, el combustible alcanzaba unos 10 metros de altura, relatan algunos testigos en lo que horas más tarde sería una tragedia para toda la comunidad de la zona aledaña. Unos 25 militares que habían llegado al lugar, permitían el acceso para evitar una confrontación.

Me acerqué porque uno de mis amigos me dijo que la gasolina estaba saliendo con tanta fuerza que había alcanzado unos 10 metros de alto, vamos le dije y bajé del carro”, dice Aldair un joven de 21 años quien llegó al lugar con un compañero de la escuela y su mamá.

Eran cientos de personas, hombres, mujeres, adolescentes y niños, que llegaron en autos, motos, bicicleta o caminando con todo tipo de contenedores. “Muchos fueron a recoger solo un poco de gasolina, para poder mover sus vehículos ya que el desabasto lo estamos viviendo desde el 25 de diciembre, no es que fueran rateros, la verdad es que muchos eran muy humildes y por ahorrarse algunos pesos fueron ahí ”, dice a ejecentral Ana, una de las jóvenes que también fue por algo de producto para su carro. El olor a gasolina era extremadamente fuerte, algunas de las personas que estaban en la zanja, de unos 30 metros de largo y metro y medio de altura llena de combustible, comenzaban a desmayarse, mientras otros con sus playeras se tapaban la nariz y boca mientras llenaban garrafones, bidones, botellas, cubetas o lo que tuvieran a mano. Minutos más tarde el olor comenzó a ser insoportable el color del líquido que salía del ducto de Pemex cambió de color, se tornaba azul. Se escuchó al fondo “esa madre ya no sirve, vámonos, en cualquier momento se va a prender”, comenta una de las mujeres que estaba a unos 400 metros de la zanja al momento del siniestro. Gente de Tlahuelilpan, Teltipán, Presas, Tezontepec, Mangas, La Loma, Munitepec, Huitel y otros poblados cercanos seguían llenando garrafones, algunos ya sólo observaban. Comenzaba a oscurecer, eran casi las siete de la noche, cuando se escuchó un estallido y una flama inmensa iluminó las milpas entre las que está la toma. Gente en llamas corría gritando y pidiendo ayuda, algunos lograron salir con quemaduras, otros quedaron tendidos mientras sus cuerpos eran consumidos por el fuego, algunos más gritaban los nombres de sus familiares y caminaban entre los cuerpos tratando de encontrar a sus seres queridos.

Vi como gente en llamas corría, gritando por ayuda, un hombre arrastrándose llegó a pocos metros de donde estaban, pero no podía hacer nada por él, a los pocos minutos ya había muerto”, dice Aldair a quien su curiosidad lo había llevado al lugar, pero ahora solo quería encontrar a su mamá. El lugar olía a cuerpos quemados, todos gritaban y corrían, el ambiente se tornó tenso, la preocupación, el miedo y la impresión se veía en las personas”, agrega.

Los militares que antes habían permitido el paso, ahora resguardaban la zona, ambulancias y policías municipales comenzaron a arribar al lugar, pronto elementos del cuerpo de bomberos de Tlahuelilpan que recibieron el reporte de explosión e incendio por toma clandestina intentaban apagar el incendio.

Pasadas las 20:30 horas llegan las primeras 16 ambulancias de la Cruz Roja Mexicana que no se daban abasto en el traslado de heridos con quemaduras de segundo y tercer grado, muchos de gravedad. Inicia el traslado de un número adicional de heridos a hospitales con capacidad para recibirlos, algunos se trasladan a la Ciudad de México, donde la jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum dio la orden de enviar cuatro helicópteros equipados con ambulancias, médicos y paramédicos para apoyar la emergencia. Dos horas y media después del incendio llegan los secretarios de Marina, Seguridad y Defensa. Se suman cuatro helicópteros cóndores para el traslado de heridos y arriba personal de la Comisión Nacional de Protección Civil para sumarse al puesto de Comando. Mientras peritos en criminalística con especialidad en fotografía y química llegaban al área del siniestro para levantar los cuerpos y pertenencias que permitieran su reconocimiento. Muchos lugareños se mantuvieron en el lugar con la esperanza de saber algo de sus familiares o amigos de los que no sabían nada. Las horas transcurrieron entre la angustia y el impacto, pasada la media noche del sábado llegó el presidente Andrés Manuel López Obrador, luego de la conferencia que ofrecieron los secretarios e Seguridad Pública, Alfonso Durazo; de la Sedena, Luis Crescencio Sandoval; de la Seman, José Ojeda Durán,

así como

Octavio Romero Oropeza, director de Pemex, y el gobernador Omar Fayad. Al amanecer la gente continuaba a la espera de alguna noticia, mientras 314 elementos de la PGR hacen levantamiento de cuerpos y recogen 67 cadáveres. Pese a las labores, los familiares de desaparecidos enfurecen al denunciar que Pemex tapó la zanja en dónde aún quedaban muchos restos por sacar, piden que sigan con los trabajos de levantamiento y recuperación de restos, o de lo contrario lo harían ellos mismos, ante tales consignas abren nuevamente la zanja. Es a las 21: horas del sábado cuando Pemex y peritos dan por concluida, mientras solo quedan elementos militares y de la Marina resguardando el lugar. https://youtu.be/y_HXp6229K8

Inicial el despido de sus difuntos

Con misas de cuerpo presente la gente

comenzó

a despedir a sus muertos. En Teltipan, Tlahuelilpan, Presas, Mangas, La Loma, Munitepec y Huitel, los sacerdotes también piden por la recuperación de aquellos que siguen en los hospitales luchando por sobrevivir y recuperarse. Sin embargo, hay otros que siguen sin saber de sus familiares. En su impotencia y desesperación, fue cerca de las 15 horas del domingo que entraron con picos y palas a remover la tierra de la zanja en la que poco a poco fueron encontrando huesos, dedos y restos de carne que entregaban a los peritos que no hacían mucho más que observar. La búsqueda sigue también afuera de la llamada “zona cero”. Las familias recorren los hospitales aledaños, también en Tula, Pachuca y otros en la Ciudad de México.