¿Desangelado o maravilloso?

13 de Agosto de 2025

Diana Loyola

¿Desangelado o maravilloso?

FUERTE LLUVIA EN LA CIUDAD DE MÉXICO

50719404. México, D.F.- Las lluvias que se registraron la tarde de hoy en la ciudad de México provocaron encharcamientos en diversas arterias de la capital. NOTIMEX/FOTO/PEDRO SANCHEZ/PSM/WEA/LLUVIAS15

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PEDRO SÁNCHEZ MUÑOZ/NOTIMEX

Esta tarde cayó una lluvia tan fuerte que en pocas horas hizo que la ciudad colapsara. Mucha agua, tal vez demasiada. Mi hijo me pregunta: Mamá, ¿Alguien murió? ¿O por qué llora el cielo de esta manera?. Su pregunta me conmueve, me hace pensar si en algún momento le he dicho algo así; si él siente tristeza y lo proyecta de este modo; si a sus siete años percibe la tristeza de un país que se siente desconsolado e impotente… La respuesta no la sé, pero siento que tiene razón, que el cielo llora.

Son tiempos complicados para este país, desangelados dirían muchos. Yo sin embargo me pongo rebelde, me niego a instalarme en el desazón y el malestar. Paro oreja para escuchar a la vida, a la pulsión del Eros, al impulso creador. Pongo mi atención en lo que siento que sí me sirve, me pregunto constantemente ¿qué debo aprender de tal o cual situación?, procuro hacerme responsable de lo que pienso y siento, tengo lo más claro que puedo lo que quiero para mí y para mis hijos… Nos toca, nos toca a todos hacer lo propio. Creo que comenzando por uno podemos ver luz como comunidad. Ya sé, lo he dicho mucho, pero nunca suficiente.

Tuve la fortuna de ver, frente a la escuela de mis hijos, una mujer que recogió un par de envolturas de galletas que había tirado una adolescente un instante antes, las llevó directo al bote de la basura inorgánica y los depositó sin decirle una palabra a la adolescente. Ésta se apenó, bajó la cabeza y salió corriendo a buscar su mochila (¡ajá!). “Educar con el ejemplo” pensé. Sumando experiencias tan sencillas como esa, como darle prioridad a un peatón, agradecer si nos dan el paso, ceder el asiento… son cuestiones no sólo de educación y civismo, son actos que educan el alma, que ayudan a ver al otro. La señora me hizo pasar un momento agradable, recuperar la fe en que todavía se puede hacer mucho y sonreír en la confianza de que esa chica al menos, lo va a pensar la siguiente vez que quiera tirar sus envolturas. Parece bobo, lo sé, pero para mí ahí radica lo importante, en hacer lo que podamos siempre que podamos, por pequeño que sea el gesto. Conozco gente de condición muy humilde que es tremendamente generosa, regalan amabilidad, sonrisas y buena actitud a todo aquel que tenga a bien estar cerca.

Disto mucho de ser activista, de poner mi atención en causas mayores, de enrolarme en grandes empresas en pos de la justicia o la igualdad; sin embargo, con todo el amor que siento por este país (que igual veo lastimado que maravilloso), procuro serle útil; me ocupo en educar a tres ciudadanos conscientes; me informo pero me clavo más en ver qué está en mis manos hacer que en juicios y lamentaciones; me lleno de fe y amabilidad los bolsillos antes de salir y sobre todo, me pongo creativa a la hora de imaginar lo que quiero para esta bendita tierra.

Hace poco leí algo que me ha hecho eco: México es fuerte y grande, ha sobrevivido a toda corrupción y mal gobierno. No somos víctimas, somos causa y efecto.

Creo que haciendo más, quejándonos menos, poniendo al menos un acto al día al servicio del otro, siendo congruentes, amables e intencionados, podemos evitar que el cielo llore.

¡Hasta la próxima!

@didiloyola