El “nearshoring” está de moda

6 de Junio de 2025

Janneth Quiroz Zamora

El “nearshoring” está de moda

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En los últimos meses, la palabra nearshoring se ha puesto de moda en la agenda económica en México. Algunos han mencionado que implica una de esas oportunidades que aparecen una vez cada década, e implica un cambio en el paradigma de cómo se establece el comercio internacional.

Anteriormente se pensaba que buscar aprovechar las ventajas comparativas que tiene cada país era la principal motivación para establecer cadenas de producción fragmentadas internacionalmente. Sin embargo, factores como las medidas heterogéneas implementadas por los países para mitigar la pandemia, los desastres naturales, la guerra entre Rusia y Ucrania y las represalias económicas por conflictos geopolíticos sacaron a la luz la necesidad de reconfigurar el actual sistema de comercio mundial.

Recientemente, las empresas transnacionales están diseñando estrategias para mitigar dichos riesgos y fortalecer la resiliencia de su producción, mediante: i) la contratación de proveedores de insumos en distintas áreas geográficas; ii) la acumulación de inventarios, principalmente de insumos; y, iii) la reubicación de la producción, regresando la operación de las fábricas a su lugar de origen (reshoring) o localizándola en países más cercanos al lugar de consumo (nearshoring) y que sean confiables y compatibles políticamente (friend-shoring).

Ante esta nueva visión, México tiene una gran oportunidad de beneficiarse, gracias a la cercanía territorial que tiene con Estados Unidos, que es la economía más grande del mundo, y a su integración en el TMEC. No obstante, trasladar la infraestructura y relocalizar la capacidad instalada implicará elevados costos y mucho tiempo. Por ello, de concretarse, sus efectos en la economía serán graduales.

Hasta el momento, existen algunos indicios que alimentan las esperanzas de que nuestro país podría convertirse en uno de los destinos a los que se muden las cadenas de producción. En la semana, la Secretaría de Economía publicó la cifra preliminar de Inversión Extranjera Directa (IED) del cuarto trimestre del año, la cual muestra un monto acumulado de 35 mil 292 millones de dólares en 2022. Con ello, se tiene un crecimiento de 12.0 % respecto a 2021 y el mayor monto acumulado desde el 2015.

Al interior, se observa que el 48.0 % corresponde a nuevas inversiones, el 45.0 % a reinversión de utilidades y el 7.0 % a cuentas entre compañías. Mientras que, casi el 25.0 % de la IED provino de 5 países: Estados Unidos (15.0 % del total), Canadá (3.8 %), Argentina (2.3 %) y Japón y Reino Unido (cada uno 1.8 %).

Entre los principales destinos de inversión se encuentran la Ciudad de México (31.0 % del total), Nuevo León (12.5 %), Jalisco (8.2 %), Baja California (5.3 %) y Chihuahua (5.25 %). Mientras que los sectores que han capturado el mayor porcentaje de la IED son: el de manufacturas (36.0 % del total), transporte (15.0 %), información en medios masivos (13.0 %), servicios financieros y de seguros (13.0 %), comercio (6.0 %) y minería (5.0 %).

Aunque es difícil medir cuál ha sido el impacto aislado del nearshoring dentro de estas cifras, una encuesta realizada por el Banco de México a diversas empresas muestra que se han comenzado a observar beneficios en la producción e inversión de nuestro país a consecuencia de la reubicación de las empresas que busca acercar su producción a EE.UU., lo que es consistente con el incremento de la IED.

Hacia adelante, será indispensable promover un ambiente que atraiga la inversión, al fortalecer el estado de derecho, facilitar los procesos para establecer nuevos negocios, combatir la inseguridad, ampliar la infraestructura de carreteras y electricidad. De tal manera, que México pueda aprovechar la coyuntura y posicionarse como un nuevo centro de producción de América del Norte.

@Janneth_QuirozZ