El deseo de morir. Las tasas de suicidio continúan irreversibles

20 de Abril de 2024

Simón Vargas
Simón Vargas

El deseo de morir. Las tasas de suicidio continúan irreversibles

simon vargas

“Abandonarse al dolor sin resistir, suicidarse para sustraerse de él, es abandonar el campo de batalla sin haber luchado.” Napoleón I

Mañana jueves 10 de septiembre, se conmemora el Día para la Prevención del Suicidio, esta fecha fue designada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) junto a la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP) con la intención de dar a conocer las causas más numerosas de muerte prematura.

En definición de la OMS el suicidio se entiende como un acto con resultado de muerte, que es deliberadamente iniciado y llevado a cabo por el fallecido, situación que en algunos casos se encuentra relacionada con desesperación o sufrimiento psíquico, ocasionado por problemas psicológicos, interpersonales, acoso, soledad e incluso por conflictos económicos.

Este tema ha sido estudiado de forma multidisciplinaria, desde la antropología, la psiquiatría, la psicología y la sociología, entre otros; desafortunadamente el incremento de casos parece no dar tregua; tan sólo en nuestro país, de acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía en 2018 hubo 6,710 suicidios, lo que representa una tasa de 5.4 por cada 100 mil habitantes, es decir que cada día se reportaron en promedio 19 fallecimientos; así mismo, se informó que ocurrieron 641 defunciones de niñas, niños y adolescentes de 10 a 17 años, convirtiéndose en la cuarta mayor causa de muerte entre este sector poblacional.

Lo anterior refleja, al menos en números, la complicada situación en nuestro país; sin embargo, el problema trasciende a nivel mundial, ya que en cifras de la Organización Mundial de la Salud hasta 2019, cerca de 800,000 personas se suicidaron al año lo que equivale a una persona cada 40 segundos y es la segunda causa principal de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años a nivel mundial.

A pesar de los índices actuales, el suicidio ha sido un fenómeno enigmático y desconcertante que ha estado presente desde el comienzo de muchas civilizaciones; para algunas fue aceptado y hasta necesario, por ejemplo, para las culturas Maya y Azteca éste se tomaba como una ofrenda a los Dioses y en China se llevaba a cabo para demostrar lealtad y honor; por contrario los hebreos mantuvieron una actitud condenatoria junto con el islam y la iglesia católica. También ha sido un asunto constantemente abordado por escritores, teólogos y filósofos, como Sófocles, Shakespeare, Séneca o Albert Camus quien sentenció que: “No hay más que un problema filosófico verdaderamente serio y es el suicidio.”

Con el transcurrir de los años el tema se ha convertido en una cuestión que nos involucra como sociedad, ya que lamentablemente, nos llama a prestar atención a un sector de la población vulnerable: los adolescentes, como ejemplo, se encuentran los 18,000 suicidios que en su mayoría sucedieron durante el primero de septiembre entre 1972 y 2013 en Japón, ¿por qué los estudiantes deciden quitarse la vida justo en esta fecha? Mucho tiene que ver con la enorme presión y exigencia que radica en los valores de la nación del sol saliente, convirtiéndose la educación en un punto de angustia para los jóvenes quienes al sentir que defraudan a su familia deciden optar por suicidarse, antes de perder el honor.

Irónicamente en algunos países el tema educativo se ha convertido en un problema difícil para los adolescentes, la imposición y la coacción influyen determinantemente en los índices de suicidio, ya que aunado al caso anterior también se encuentra Corea del Sur, donde el suicidio ha sido una de las principales causas de muerte entre la población juvenil, incluso por encima del cáncer; pese a que este país se ubica entre los 10 mejores sistemas educativos, hasta 2017 también se encontraba en el décimo lugar con mayor índice de suicidios de acuerdo a datos de la OMS.

Si bien es cierto que en las últimas décadas, el tema se ha considerado como un problema de salud pública que afecta al mundo entero, todavía muy pocas naciones cuentan con protocolos y sistemas que permitan la prevención y detección temprana de conductas suicidas; sin embargo, además de éstos se requiere considerar dos rubros importantes: 1) mejorar la comunicación familiar y 2) eliminar los clichés y tabúes con respecto al tema.

A pesar de que el mundo pareciera un lugar cada vez más complicado, donde la celeridad en ocasiones nos consume, la violencia crece día con día y la incertidumbre domina muchos campos de nuestra vida, hoy más que nunca no debemos rendirnos ni perder la fe, en nosotros, en el prójimo y en Dios.