Red Privada: ¿Quién mató a Manuel Buendía?

23 de Abril de 2024

Alejandro Alemán
Alejandro Alemán

Red Privada: ¿Quién mató a Manuel Buendía?

alejandro aleman

Los mejores momentos de Red Privada: ¿Quién mató a Manuel Buendía? —ópera prima del director mexicano Manuel Alcalá— son cuando Daniel Giménez Cacho, mediante voz en off, lee varios de los textos que Buendía publicó en su famosa columna Red Privada. La elegante prosa del michoacano, plena en humor negro y crítica mordaz, se vuelve aún más disfrutable con las animaciones (a cargo de Samuel Kishi) que acompañan las palabras del columnista en este documental exclusivo de Netflix.

Con una edición (a cargo de Yibrán Asuad y Jonás García), que por momentos recuerda al JFK de Oliver Stone (1991), y una musicalización que abona al suspenso, el director Manuel Alcalá decide narrar la historia del asesinato de Manuel Buendía (abatido en plena vía pública un 30 de mayo de 1984), justo como lo que es: una novela negra con policías, políticos y chivos expiatorios.

Para esto el director no se conforma con las clásicas cabezas parlantes: lo mismo inserta animaciones que maquetas, así como una generosa cantidad de material de archivo, además de la ya mencionada voz en off de Giménez Cacho.

Y aunque todo esto genera una narrativa dinámica, de ritmo trepidante y algo de suspenso, lo más valioso son los testimonios de los periodistas contemporáneos de Buendía, como es el caso de Rogelio Hernández y Raymundo Riva Palacio, este último testigo privilegiado de los hechos, quien narra la forma en que la policía (entonces DFS) se llevó la noche del crimen, el nutrido archivo del periodista quien, según otros testimonios, tenía información sobre la relación entre el narcotráfico y el gobierno mexicano.

El documental ofrece un vistazo a los tantos frentes a los cuales el periodista resultaba incómodo: ¿habría jalado el gatillo el cacique de Acapulco, Rubén Figueroa, cansado de las críticas de Buendía?, ¿habrían sido los grupos de ultraderecha de Guadalajara, denunciados en Red Privada? ¿o tal vez la CIA, cuya presencia denunció en su columna. ¿O fue su propio compadre, José Antonio Zorrilla, siguiendo las órdenes de su jefe, Manuel Bartlett?

Por momentos rozando la hagiografía, el documental padece de un ángulo crítico sobre los aspectos menos luminosos del columnista: sus días como funcionario público, su paso por La Prensa (existe una famosa anécdota de cuando corrió a punta de pistola al monero Rius) y otras más que algunos de sus críticos más famosos (Julio Scherer entre ellos) en su momento mencionaron.

A pesar de esto, Red Privada sirve para ilustrar a un gobierno y un sistema que no tolera la crítica, el periodismo y a los periodistas. Es decir, un México que no dista mucho del que vivimos hoy día.

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