A raíz de la pandemia de Covid-19, la recesión económica y la pérdida masiva de empleos, el Programa Universitario de Estudios del Desarrollo (PUED) llegó a la conclusión de que el objetivo central de la política social del gobierno federal debería ser evitar que los mexicanos padezcan hambre.
Para tal fin, el centro de estudios de la UNAM calculó cuánto dinero se necesitaría para eliminar —al menos por un año— la pobreza extrema por ingresos, lo que permitiría a todos los mexicanos tener acceso a una canasta básica y a una buena alimentación.
Su conclusión es que se requieren 198 mil millones de pesos para garantizar un ingreso suficiente y una canasta básica a 28 millones de personas que tienen sueldos paupérrimos; pero si la idea es cubrir las necesidades de otros cuatro millones de personas inactivas o desempleadas, la cifra llega a los 226 mil 800 millones de pesos en un año.
Los 198 mil millones de pesos necesarios para eliminar el hambre en México por un año representan 3.2% del presupuesto de 2020 (6.1 billones de pesos) y 0.8% del Producto Interno Bruto (24.3 billones).
La cifra equivale también a una cuarta parte de las Aportaciones Federales para Estados y Municipios de este año (759 mil 760 millones de pesos) y es muy similar a los 189 mil millones de pesos que costará la refinería de Dos Bocas, Tabasco; a los 181 mil 457 millones que le fueron asignados este año a la Secretaría de Bienestar y a los 165 mil millones que costará el Tren Maya.
Al celebrarse hoy el Día Mundial de la Alimentación, el estudio “Estimación del costo de eliminar la pobreza extrema por ingreso en México, en tiempos de Covid” (bit.ly/3nUm7Ix) elaborado por los investigadores Héctor Nájera y Curtis Huffman, recuerda que “la falta generalizada de ingresos en amplios sectores del país lleva a preguntarse por las diversas estrategias de política social que se podrían usar para paliar las consecuencias económicas de la crisis. Enfrentados a esta situación un objetivo central de la política social, independientemente de los medios para lograrlo, sería evitar que los mexicanos padezcan hambre”.
De acuerdo con el PUED, aproximadamente 10 millones de mexicanos han caído en una condición de pobreza extrema de ingresos, lo que les impide adquirir la canasta básica de alimentos que definen la dieta indispensable para asegurar su nutrición necesaria.
“Sin menoscabo de los programas en curso destinados a grupos vulnerables y necesitados de la sociedad, resulta crucial ir más allá de estos para alcanzar a cubrir a la mayoría de los contingentes de mexicanos que ya sufren los efectos letales de la carencia básica elemental y se enfrentan a la fatalidad del hambre”, expuso Rolando Cordena, coordinador del PUED, al presentar la estimación.