Las calenturas de Mario

20 de Abril de 2024

Lourdes Mendoza
Lourdes Mendoza

Las calenturas de Mario

lourdes_mendoza

El presidente de Morena, Mario Delgado, seguro sufrió calenturas muy altas con las cuales debió de alucinar si no, no podemos entender cómo hace tres días pudo sentirse orgulloso de recibir una carta del Partido Comunista de Cuba siendo un neoliberal itamita.

Y justo en estas alucinaciones es que decidió agarrar al exsubsecretario de Gobernación, Ricardo Peralta, para que le maneje los dineros. Sólo alucinando rescatarías a alguien que salió de Aduanas, señalado por presuntos actos de corrupción. Y si Porfirio Muñoz Ledo, de su mismo partido, se atrevió a confrontarlo ¡imagínense los adversarios!

Siguiendo con esas alucinaciones es que creemos que Mario leyó que el expresidente de su partido, Alfonso Ramírez Cuéllar, pedía revisar la encuesta que definió la presidencia de Morena, pero para su mala suerte esa NO fue una alucinación, fue la verdad.

Pues bien, ahora que Mario Delgado anunció que está libre de Covid-19 tiene mucho que hacer para que los morenistas comiencen la operación cicatriz, ya que tienen más tribus que el mismísimo PRD en sus buenos tiempos.

En Morena no han terminado de entender que son un partido político y no un movimiento social. Si algo nos ha enseñado la historia es que la división de los militantes los lleva al desastre, pregúntenle al PRI y al PAN.

Recuerden cuando se hicieron pedazos Josefina Vázquez Mota y Ernesto Cordero, cuando ambos aspiraban a la candidatura del PAN para la Presidencia de la República, en 2012. Ese año, el blanquiazul perdió la silla presidencial.

Años más tarde, las confrontaciones provocaron que Felipe Calderón Hinojosa y Margarita Zavala salieran del PAN. El comportamiento polarizante —como el de AMLO— de Ricardo Anaya, como presidente del partido, causó que Margarita se fuera del partido en el que militó por 33 años. Calderón se fue, no sin advertir que Acción Nacional estaba controlado por “una camarilla”.

En el PRI no cantaron mal las rancheras. Cuando van separados, pierden. Baste recordar la historia con Labastida, Madrazo o con el candidato ciudadano, Meade, quien nunca quiso al Revolucionario Institucional.

O el PRD, cuando Ebrard les dijo a los Chuchos —Ortega y Zambrano— que no participarán en el pacto por México, sedición que los dividió. Y hoy en Morena hay señales contundentes de desencuentros. Si en tiempo récord lograron ser un partido político, en tiempo récord han mostrado sus pugnas. La más reciente entre Mario Delgado y Porfirio Muñoz Ledo, pero aun no hay tregua entre Ramírez Cuéllar y Yeidckol Polevnsky. Y ojo ¡eh!, porque en año electoral, el tema de las candidaturas casi siempre desata a los diablos.

Así como pinta el panorama, los enemigos más fuertes de Morena son el fuego amigo y el doble discurso.

Así que más le vale a Mario Delgado dejar sus desvaríos y ponerse las pilas porque se acercan las elecciones de 2021, las más grandes en la historia del país, donde estarán en juego 21 mil 368 cargos de elección. Se elegirán a 500 diputados federales, 15 gubernaturas, más de mil diputados locales y mil 926 ayuntamientos y, lo más importante, se pondrá en balanza el poder real del partido gobernante en México: Morena.

Hoy en día, intentar pensar quién o quiénes llegarán al 24 es una sandez, una total y absurda pérdida de tiempo, pues sin 21, simplemente no hay 24. Y separados cómo están y van en Morena , el partido se quedará en Movimiento y Mario con una silla sin poder.