En 1988, el actual titular de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), entonces Secretario de Gobernación, refirió que en la elección que disputaba Carlos Salinas de Gortari por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y Cuauhtémoc Lázaro Cardenas Solórzano —entonces exmilitante del PRI y fundador del Partido de la Revolución Democrática (PRD)— se había caído el sistema, pero que al restablecerse, el ganador de la elección fue el candidato abanderado por el PRI. Ese fue el principal hecho por el cual se tuvo que cerrar el antecedente de lo que hoy conocemos como el Instituto Nacional Electoral (INE).
La historia del INE es conocida por muchos, y para abreviar solo diré que la convocaba la Secretaría de Gobernación, la cual también tenía a su disposición lo que por muchos años se encargó de hacer la investigación de inteligencia política a través del Centro Nacional de Inteligencia (CISEN).
Fue hasta 1990 que se hizo una reforma constitucional a través de la que se crea el Instituto Federal Electoral (IFE), con la finalidad de organizar las elecciones en coordinación con la ciudadanía.
El IFE sufre una reforma en el 2014, dando paso al ahora INE. Más allá de las atribuciones y cambio de nombre, lo cierto es que coordinan y capacitan a los ciudadanos, quienes han cumplido desde hace más de 30 años encabezando el sistema de participación ciudadana y democrática en consonancia con el Estado Constitucional Democrático de Derecho.
De forma y fondo, el sistema democrático asociado a partidos políticos, ha resultado muy costoso. La participación ciudadana nunca ha sido completa, si analizamos las propuestas ideológicas de los políticos, sabemos que existe como mecanismo de excepción y no como regla general. Hay un sin número de trapecista políticos, que incluso han sido tan incongruentes como tal de mantener el poder por el poder, hay partidos políticos que parecen recolectores de cascajo, y al final del ejercicio los ciudadanos tenemos pocas opciones; pero mantenemos la libertad de elegir, lo cual ya tiene de suyo un factor de Seguridad Nacional, pues es parte de la estabilidad institucional, política y social.
El INE es entonces una institución de unidad y garante de libertades, pero sobre todo un ente democrático, de libertades y derechos, que poco a poco ha madurado, en el que todos los ciudadanos hemos confiado debido a la participación que hemos tenido ya sea como funcionarios o como votantes y para los votados, por la seguridad de que los ciudadanos cuidan las elecciones.
Es por todo ello que los ciudadanos se organizaron el día de ayer con diversas intenciones; pero el hecho de que la sociedad civil se organice y manifieste; ya sea para defender el INE tal y cuál, o bien para decir que el sistema de partidos es muy costoso, etc.
Es de gran valía el mensaje de unidad, pacífico y respetuoso que los ciudadanos han dado; es importante que acusen de recibido los legisladores. Algunos participaron y otros usaron sus redes sociales; pero como ciudadanos evaluaremos en el 2024.
Nota al pie de página:
El fin de semana será “el Buen Fin 2022” esperemos que sea un éxito en la activación económica del fin de año.
