Frenan la lucha contra el cambio climático en EU
En plena crisis por el calentamiento global, una nueva decisión del Tribunal Supremo podría aumentar la quema de carbón en el país

Después de haberle dado un duro golpe a los defensores de los derechos de las mujeres con la anulación del aborto como derecho, la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos limitó este jueves los medios con los que contaba el gobierno federal para luchar contra el calentamiento global.
En esta ocasión, los seis magistrados conservadores del Tribunal Supremo determinaron que la Agencia de Protección Ambiental (EPA) no tiene la facultad de promulgar normas generales para regular las emisiones de las centrales de carbón, y argumentaron que pese a que se requieren soluciones la crisis energética y medioambiental, “no es creíble que el Congreso le haya dado a la EPA la autoridad para aprobar tal medida”.
La medida pasó con el rechazo de los otros tres jueces progresistas. “La Corte le ha quitado a la Agencia de Protección Ambiental el poder que le dio el Congreso para responder al ‘problema más apremiante de nuestro tiempo’”, dijo la jueza Elena Kagan.
Casi de inmediato, la Casa Blanca respondió pidiendo que “el Congreso ponga a Estados Unidos en el camino hacia un futuro energético más limpio y seguro”, mientras que otros políticos se pronunciaron en contra de lo que muchos consideran ya un retroceso. “Nuestro planeta está en llamas y esta Corte Suprema extremista está destruyendo la capacidad del poder federal de contraatacar”, declaró la senadora Elizabeth Warren, apoyada por la representante demócrata Alexandria Ocasio-Cortez, quien dijo que la acción es “catastrófica”.
Sin embargo, los miembros del partido republicano aplaudieron la resolución. “Hoy, la Corte Suprema está devolviendo el poder al pueblo”, dijo Mitch McConnell, líder en el Senado, quien también criticó al presidente Joe Biden por “librar una guerra contra las energías de bajo precio” a pesar de la inflación.
Actualmente, cerca del 20% de la electricidad que se consume en Estados Unidos se produce en las centrales de carbón, que con esta nueva decisión podrían incrementar su producción con las respectivas consecuencias ambientales. Se teme que más allá de la EPA, esta decisión podría limitar los esfuerzos de todas las agencias reguladoras federales, incluida la de salud y seguridad ocupacional.