La novela de Anita Diamant “La Carpa Roja”, cuenta la historia de Dinah, hija de Jacob y hermana de José. En la Biblia ella tiene un rol menor, pero la autora le da voz y la hace narrar en primera persona una historia llena de matices. El título de la novela refiere al lugar en el que las mujeres de la tribu de Jacob, se reunían mientras menstruaban o daban a luz, y en la cual encontraban apoyo y sabiduría de parte de abuelas, madres o tías. Ahí Dinah aprendió a honrar la sapiencia y poder creador del útero, sobre los ciclos lunares y su relación con los ciclos femeninos, entendió que el cuerpo de la mujer era sagrado y aprendió a venerarlo por su conexión con la tierra que da vida y con el cosmos que contenía la luna.
Más allá de la novela, las carpas rojas son mencionadas en antiguas narraciones de los pueblos nativos americanos. Durante la estancia en la carpa roja -también llamada hospedaje lunar u hospedaje para sangrar (de ahí que sea roja)-, las mujeres conectaban con su cuerpo, con su intuición, con sus ancestras; aprendían sobre sexualidad, reproducción y alumbramientos. Se transmitían costumbres e historias, reflexionaban y comentaban los problemas que vivían y buscaban caminos para solucionarlos.
Este lugar sagrado, donde la sensibilidad, la introspección, la sabiduría y la conexión femenina habitaban y convivían, ha ido desapareciendo hasta tocar casi la extinción. Los nuevos modelos hacen que las mujeres padezcamos nuestros periodos menstruales, nos quejemos de incomodidades, molestias y latigazos hormonales. El vínculo con lo divino, con la luna mágica, con la fertilidad y su poder creador, con la intuición y el saber femenino, se perdió hace algunas generaciones.
Sin embargo, yo formo parte de una carpa roja, una simbólica donde mujeres guerreras, creativas, intuitivas, valientes y sensibles nos reunimos a hablar de confianza, de gozo, de empoderamiento femenino, de miedos y cómo ser más fuertes que ellos, de nuestras angustias y alegrías... Lloramos, reímos, nos apoyamos, nos acompañamos y nos escuchamos.
Porque podemos volver a conectarnos desde un lugar más profundo, más sano, más genuino, porque el conocimiento del divino femenino nos hace más dueñas de nuestro cuerpo, de nuestra capacidad creadora, formemos nuevas carpas rojas.
Sugiero.
La novela es inspiradora, la historia de Dinah es la historia extraordinaria de una mujer resiliente, que logra superarlo todo gracias a las enseñanzas y a la contención que recibió en aquella carpa roja.
¡Hasta la próxima!
@didiloyola