La Portada | Ricardo Sevilla, el tejedor de propaganda
De ser uno de los proveedores de información para golpear a López Obrador y tratar de impedir su llegada a la Presidencia, se transfiguró en una de las plumas que se reclutaron para atacar a intelectuales y periodistas que los criticaban
Su trayectoria como periodista es una auténtica telaraña, como lo son también sus intereses. Esta madeja de conexiones le permitieron a Ricardo Sevilla transitar de los medios convencionales a los digitales y desde ahí realizar su metamorfosis y arremeter contra quienes en el pasado trabajó.
Pasó de participar en un centro de investigación —conocidos en el mundo como opposition research centers—, que recababa información sobre Andrés Manuel López Obrador, para luego desacreditarlo a través de diferentes plataformas digitales —durante la campaña presidencial de 2018—, a insistir en redes que el ahora Presidente “protagoniza un contexto histórico importantísimo”, sin dejar de celebrar su “entereza”.
Eso sí, haciendo todo lo anterior mientras cobraba como empleado del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). En ese trabajo, de acuerdo a su último sueldo, percibió más de 62 mil pesos mensuales, pero fue despedido el pasado 30 de septiembre, porque era un especie de “aviador”. Sevilla rechaza esto totalmente.
Para entender la camaleónica carrera de Sevilla, hay que comenzar por el principio. Nacido en Ciudad de México el 8 de julio de 1974, el periodista creció en un humilde barrio de Azcapotzalco y aunque inició una carrera en medios a temprana edad, fue hasta 2002 cuando formalmente comenzó sus estudios de licenciatura en Ciencias de la Comunicación en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que concluyó en 2006, de acuerdo con la ficha curricular que hay en el repositorio del IMSS.
Para 2001 Sevilla ya escribía en Arena, el suplemento cultural de Excélsior, que tenía una periodicidad semanal. A partir de entonces transitó por diversas publicaciones también de corte cultural.
Sevilla volvió a las páginas de Excélsior en agosto de 2014 y cinco meses después, en enero de 2015, comenzó a escribir una columna de opinión que fue publicada por última vez en marzo de 2016. De su salida él habló públicamente hasta abril de 2020 en lo que entonces era su incipiente cuenta de Twitter. Pero fue allí donde los ataques comenzaron y le redituaron.
¿Recuerdas Pascal Beltrán del Río el acoso y la persecución que sufrimos muchos periodistas, editores, fotógrafos y diseñadores de parte de Fabiola Guarneros en Excélsior? Te lo dijimos y te valió madre. ¿Perseguido por Andrés Manuel López Obrador? ¡Hipócrita! Atento, en estos días te paso el video”, escribió Sevilla.
Beltrán del Río aún es director editorial de Excélsior, al igual que Fabiola Guarneros es subdirectora editorial. Ninguno respondió públicamente a las acusaciones, pero tampoco Sevilla reveló el supuesto video. ejecentral buscó a los periodistas de Excélsior, a través de sus correos electrónicos, pero no obtuvo respuesta.
La furia de Ricardo Sevilla contra sus trabajos del pasado no quedó allí. En junio de este año arremetió contra el periódico La Razón. “Cuando en La Razón quisieron imponerme un tema en la sección que coordinaba, renuncié. Cuando la subdirectora de Excélsior, Fabiola Guarneros me pendejeó, la mandé al carajo a ella y a Beltrán del Río. Tengo una dignidad que estos cobardes jamás podrán disputarme ni pisotear”, se ufanó. Para profundizar sobre este tema, ejecentral buscó, vía correo electrónico, a la redacción de La Razón, sin obtener respuesta.
Sin embargo, en ese lapso y de hecho antes de haber finalizado la carrera en la UNAM, Sevilla no sólo recibía ingresos como periodista. Ya aparecía como empleado del IMSS y cobraba mensualmente su salario. Los registros de la Secretaría de la Función Pública (SFP) en poder de ejecentral revelan que comenzó a percibir un salario en el Instituto como auxiliar de servicios de intendencia desde enero de 2004 hasta 2006, en donde debía cubrir, de acuerdo a los reglamentos internos, ocho horas diarias.
Aunque para 2007 no hay registros en el gobierno de que haya sido funcionario, fue en 2008 cuando volvió a cobrar en el IMSS como empleado de base haciendo labores de auxiliar de oficinas y oficial de servicios técnicos hasta mayo de 2017, con salarios mensuales que fueron desde los mil 237 pesos hasta cinco mil 221 pesos.
El documento oficial del repositorio del IMSS señala que Sevilla terminó su relación laboral con Excélsior en agosto de 2016. Al poco tiempo, su carrera profesional dio un vuelco enorme.
La llamada Operación Berlín
Bajo el nombre Operación Berlín: Conjura AntiAMLO (que puede consultarse en https://bit.ly/3lWTb3F), ejecentral reveló que desde 2017 y hasta 2018, los empresarios Francisco Agustín Coppel Luken de Coppel y Alejandro Ramírez Magaña, presidente de Grupo Cinépolis, construyeron un centro de investigación sobre Andrés Manuel López Obrador y su entorno. En este lugar recopilaban información que pudiera servir para desacreditar al entonces candidato a la Presidencia de la República, a través de bots en redes sociales. En ese proyecto trabajó Ricardo Sevilla.
Durante poco más de 18 meses trabajé en el equipo de Enrique Krauze en una estrategia antilopezobradorista para que el actual Presidente de México no triunfara en las elecciones que, finalmente –y pese a la despiadada campaña sucia que elaboramos en su contra–, terminaría ganando. En octubre de 2016 fui reclutado por Enrique Krauze, director de Letras Libres y pagado por Coppel, a través de la A.C. Colección Isabel y Agustín Coppel”, escribió Ricardo Sevilla para el portal de Aristegui Noticias en marzo de 2019, sólo tres días después de la revelación que hizo ejecentral.
El historiador respondió de inmediato a esos señalamientos: “Yo nunca maquiné nada como dicen... Nada contra López Obrador que no sea escrito en mis ensayos y en mis libros desde 2005 para acá; eso no es una maquinación, es la expresión de una preocupación y una crítica apolítica perfectamente franca”.
Y sobre Sevilla precisó entonces: “Ese equipo lo hizo Fernando García Ramírez, mi amigo y colaborador, pero yo no intervine en absoluto, ni en la configuración, ni en el trabajo en el equipo... El hombre de quien parte esto, el señor Sevilla, yo nunca lo conocí, nunca lo he visto en mi vida”.
“Emilio Uranga: el padre de la insidia” fue el material en Excélsior que le abrió la puerta a Sevilla. Por ese texto lo contactó el crítico literario Fernando García Ramírez, de acuerdo a la versión del periodista.
Sevilla aseguró que conoció a Krauze el jueves 3 de noviembre de 2016 en el restaurante Maison Kayser de la plaza Oasis en Coyoacán. Sin embargo el historiador lo ha negado siempre. Más aún, en varias entrevistas de prensa mostró un boleto de avión que confirma que el día que Sevilla dijo que lo vio, había volado a Monterrey, de donde regresó a la Ciudad de México hasta el día siguiente. Es decir, imposible que Sevilla lo hubiera visto en el sur de la capital.
En una entrevista posterior, Sevilla cambió su versión. Dijo que la fecha en que conoció a Krauze correspondía al mes de septiembre.
Una persona que ha estado cerca de la carrera del periodista, que prefirió conservar su condición de anonimato, dijo a este periódico que Fernando García Ramírez ha negado en su círculo cercano que el encuentro de la plaza Oasis haya tenido como motivo hablar de la Operación Berlín.
De hecho, tanto Krauze como su colaborador han rechazado la existencia de esa trama digital, aunque el periodista publicó capturas de las conversaciones con García Ramírez, como prueba de que en 2016 fue “reclutado” para la Operación Berlín. En la ficha curricular del repositorio del IMSS destaca que en septiembre de ese año él ya se desenvolvía como “asesor” en la Editorial Clío —que nació en 1991 por iniciativa de Emilio Azcárraga Milmo y Enrique Krauze—, de septiembre de ese año hasta diciembre de 2018. Pero su declaración patrimonial tiene otros datos y es un documento oficial. Ahí no figura ninguna experiencia laboral, y la ley lo obliga a colocar la información.
En la ficha del IMSS se indica que las labores de Sevilla eran “Coordinar y realizar investigaciones periodísticas e históricas especiales para enriquecer la obra literaria del director (Krauze). Responsable del manejo de cuentas de internet del historiador. Coordinar la agenda”.
Pero la cercanía laboral descrita de manera oficial y legal ante el Instituto, contrasta con la información que dio en otras entrevistas y artículos que él mismo escribió. “No volví a ver a Enrique Krauze. Ni a tener ningún contacto con él. A decir verdad, sólo traté con él un par de veces”, dijo en marzo de 2019.
Krauze, fundador de Clío, también ha negado que Sevilla hubiera participado en ese proyecto en algún momento.
Además, en ese mismo periodo de contradicciones en su biografía —es decir entre septiembre de 2016 y hasta mayo de 2017—, los registros de la SFP confirman que Ricardo Sevilla también cobraba en el IMSS con un salario mensual de más de cinco mil pesos como oficial de servicios técnicos, de acuerdo a los reglamentos internos por plazas similares debe cubrir ocho horas de jornada cada día.
En Operación Berlín, Sevilla aseguró que se encargó de hacer una estrategia para desprestigiar a López Obrador, a su círculo de operadores más cercanos y también a su familia. Una vez que el tabasqueño venció en las elecciones de 2018, la labor del periodista llegó a su fin.
La fuente consultada y que conoce la carrera de Sevilla consideró que el periodista fue “utilizado” como testigo único de la llamada Operación Berlín, ya que fue el único que señaló como responsable a Krauze —a quien el presidente López Obrador se refiere como parte del grupo de “intelectuales orgánicos”—, a pesar de sus contradicciones. Sin embargo, de ser oficial de servicios técnicos en el IMSS, dio un salto dentro del Instituto y se convirtió, en enero de 2020 —apenas nueve meses de la revelación de la Operación Berlín—, en trabajador de confianza, con un salario por encima de los 60 mil pesos mensuales.
“(Sevilla) es un mitómano. Lo utilizaron para lo que era, pero es desechable”, lo describió la fuente.
El boom
La carrera de Sevilla se mantuvo en un bajo perfil lo que restó de 2018. En julio de 2019 comenzó a colaborar en Polemón, publicación afín al gobierno, donde el jefe de información es Jorge Gómez Naredo. Fue hasta 2020 cuando el periodista apareció con un puesto relevante. La SFP registra que en enero de aquel año, se estrenó como jefe de división en el IMSS, lo que equivale a un puesto de subdirector, y comenzó a percibir un salario de 62 mil 042 pesos mensuales. Su principal función se especificó, era “asesor de comunicación”.
En su declaración patrimonial, Sevilla omitió información relevante. Más bien, eliminó toda su información. En el documento no figura su experiencia laboral, ni sus propiedades, y su actividad financiera está en ceros. Todo lo que informó es que estudió en la UNAM, en contraposición a lo que el presidente López Obrador ha insistido, que los servidores públicos deben ser transparentes.
En abril de 2020 aquel tuit en el que arremetió contra su exjefe Pascal Beltrán del Río tuvo más de dos mil 600 retuits y casi cinco mil likes; números completamente anómalos para una cuenta que en ese momento tenía menos de mil seguidores, pese a sus 10 años de antigüedad.
Un año después, en mayo de 2021, la cuenta de Twitter de Ricardo Sevilla se convirtió en un potencial trampolín para hacer virales algunos contenidos. La pelea en redes con @LaReincomoda4, un supuesto bot creado en la misma Operación Berlín, provocó que el periodista ganara más de dos mil seguidores en solo unas pocas horas.
Un mes antes de ese salto en seguidores, Sevilla comenzó a trabajar en RegeneraciónMX un portal digital caracterizado por su tendencia a favor del gobierno y cuyo jefe editorial es Enrique Legorreta. Ahí, el periodista publicó un polémico texto sobre los nombramientos de miembros del Comité Técnico Asesor del Programa de Resultados Electorales Preliminares (COTAPREP) del Instituto Nacional Electoral (INE), acusando que dos de ellos eran cercanos al empresario Claudio X. González, y a los intelectuales Héctor Aguilar Camín y Enrique Krauze, que también han sido criticados por el presidente López Obrador. Además sugirió que se trataba de una infiltración que pondría en riesgo la objetividad de los resultados electorales.
›El texto se volvió viral. Pero la agencia internacional de información Associated Press (AP) desmintió las afirmaciones que ya circulaban en redes sociales, y apuntó que las personas del COTAPREP no tenían forma de alterar los resultados de la elección. RegeneraciónMX calificó como “censura” el ejercicio de verificación.
Con una cuenta en redes que seguía creciendo, Sevilla usó su Twitter para promocionar sus publicaciones en RegeneraciónMx y en Polemón, además de insistir en que tenía mucho más que decir de la Operación Berlín, aunque sólo reciclaba la misma información
El empresario Enrique Krauze, a través de su personero Fernando García Ramírez, espió a López Obrador. En una casona ubicada en Coyoacán, tenían alrededor de 500 cintas electromagnéticas con audios y videos de AMLO. Y sobre eso platiqué hoy en Sin Censura, con Vicente Serrano”, dijo Sevilla en julio de este año.
Vicente Serrano es dueño de tres canales en YouTube, que en conjunto superan los dos millones de seguidores, y es uno de los perfiles más notables entre el grupo de blogueros que comenzó a adquirir relevancia por sus críticas a los medios que ahora llaman tradicionales y su respaldo al gobierno. En Sin Censura, Sevilla inició como colaborador ocasional en 2021, y en mayo de ese mismo año, tras el reportaje de COTAPRED, se formalizó su participación en el canal, con la sección #LosDatosDuros.
Mayo fue un mes crucial para Sevilla, pues su boom en redes sociales le trajo también notoriedad en espacios de los youtubers afines al gobierno, como en el de José Manuel Fuentes, dueño del canal de YouTube De Buenas Fuentes, con tres mil suscriptores, y el de Manuel Pedrero que tiene 96 mil suscriptores.
De acuerdo con el análisis de Follower Search, las etiquetas más usadas en la cuenta de Sevilla son las relacionadas a RegeneraciónMx, Polemón y Sin Censura, mientras que los usuarios que más etiqueta en su posteos son los mismos que el presidente López Obrador critica, como Enrique Krauze, Héctor Aguilar Camín, Claudio X. González y Felipe Calderón. Actualmente tiene más de 15 mil seguidores en Twitter.
Otro ejemplo de los ataques de Sevilla, en los que no ofrece pruebas, apenas ocurrió en días pasados, cuando citando fuentes anónimas, acusó en su Twitter el 28 de septiembre pasado, que el intelectual Guillermo Sheridan ordenó en el año 2010 a miembros del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM que estaban bajo su cargo, robar el busto del poeta López Velarde en el jardín que lleva su nombre en Ciudad de México y reemplazarlo con una cabeza de mono. El escritor no respondió sobre esto.
Esa plataforma también ha sido utilizada por Sevilla para sostener fuertes enfrentamientos con destacados morenistas. Tal fue el caso con Gibrán Ramírez Reyes. Con el ácido tono que lo caracteriza el periodista señaló al académico de buscar dividir al partido:
Tú qué vas a querer democratizar (a Morena). ¿Sentadito, con tu arrogancia de petimetre, en los foros de Televisa? Lo que quieres es apropiártelo. Divides, eres sectario y encabezas una guerrilla de pacotilla. ¿Y con qué dinero exactamente? Cuéntanos. ¿O te ayudo?”.
Todo lo que sube...
El presidente López Obrador lo nombró y él desde su asiento en la última fila se puso de pie. Con una mano sujetó su computadora y con la otra el micrófono, entonces comenzó: “Buenos días, señor presidente. Muchas gracias. Ricardo Sevilla, de RegeneraciónMx. No me gusta el equilibrismo verbal, señor presidente, y por eso voy a hacer una pequeña introducción sobre los dos planteamientos que quiero plantearle”. Aquel fue el inicio del final.
Durante su participación en la conferencia matutina, Sevilla cuestionó al presidente por el espacio que tenian en el Canal 11 —que es gubernamental— Amparo Casar, Leonardo Curzio y otros analistas que mantienen una posición crítica hacia el gobierno federal.
“Ya no debaten, señor presidente, le llaman pendejo, ese no es un debate”, dijo el periodista al mandatario con el tono confrontativo que lo caracteriza.
Horas después, Sevilla escribió en su cuenta de Twitter que había sido llamado por la dirección del IMSS.
Lo lamento. No puedo quedarme callado. Hoy, un par de horas después de mi participación en la Conferencia Mañanera, me llamaron del IMSS y, luego de 20 años de trabajar en esta institución, solicitaron mi renuncia. ¿El motivo? no me lo supieron explicar. Y yo tampoco entiendo”, escribió en un tuit que luego borró, pero su salida la confirmó en un segundo posteo.
“Gracias a quienes escribieron para saber cómo me fue en la reunión con IMSS. Hoy cerramos un ciclo. De 1998 a 2021, han transcurrido 22 años. Una vida, experiencias buenas y malas. Mañana comienzo una nueva etapa en el periodismo: en RegeneraciónMx”, escribió Sevilla.
Sin embargo, los registros de SFP muestran su ingreso al IMSS en realidad a partir de enero de 2004, y en el portal digital RegeneraciónMx hay muestras de su trabajo desde mayo.
En una respuesta a un usuario de Twitter, Sevilla responsabilizó al director de IMSS, Zoé Robledo, de su salida, “no hay que ocultarlo”, agregó.
ejecentral contactó al Instituto para saber si existía algún posicionamiento sobre la acusación del periodista. No se obtuvo respuesta hasta el cierre de esta edición. De manera extraoficial, se informó que Robledo no tuvo nada que ver con su caso.
Días después, en Sin Censura, Sevilla dio una entrevista donde aceptó que en efecto cobraba en el IMSS desde hace años, y aseguró que tener dos empleos no es un delito.
“Yo entré de intendencia, fui camillero (...) me he recorrido esa dependencia de pies a cabeza y ellos deciden como gente muy básica que no puedes tener tú dos o tres trabajos. La mayoría de los mexicanos eso es lo que hacemos. Los sueldos son muy malos, desafortunadamente. La vida es cara”, dijo el pasado 30 de septiembre, aunque no precisó que desde hace más de un año su salario era de más de 60 mil pesos mensuales.
Poco después Sevilla anunció también su salida del portal que comanda Legorreta. “Hoy decidí terminar una etapa con RegeneraciónMx. Agradezco profundamente al equipo editorial, al de opinión y, sobre todo, al público. El medio seguirá dando la batalla. Acompáñenlo. Es un medio valioso. Yo seguiré haciendo periodismo, libre e independiente, en otra parte”, escribió.
Recientemente en Twitter, luego de haber participado en Operación Berlín y quedarse sin su salario en el IMSS, ahora el periodista se refiere de forma muy diferente a López Obrador:
Aunque lo nieguen, este hombre de cabellera plateada, que abandona la cama de madrugada, protagoniza un contexto histórico importantísimo. La entereza con la que habla, sin bostezos ni pereza, representa una suerte de monumento, no material, pero de igual relevancia simbólica”.
Nadie sabe para dónde irá Sevilla, después de haber sido despedido de sus varios trabajos y quien se dejó utilizar por mariscales en trincheras diferentes, y que en los últimos años, lo que más se recuerde de él, es que se dedicó a ser el golpeador de medios y periodistas críticos del gobierno y del presidente. También para el gobierno, sus rendimientos comenzaron a ser decrecientes.