Los violentos
Las agresiones ocurridas durante la marcha de la llamada Generación Z reavivaron el debate sobre la actuación del Bloque Negro, un grupo señalado por provocar violencia en distintas manifestaciones de la CDMX.
El llamado bloque negro logró derribar las vallas frente al Palacio Nacional durante la marcha de la Generación Z en el Zócalo.
/Camila Ayala Benabib
No hace falta ni información privilegiada ni tampoco grandes estudios para concluir una cosa: la violencia del sábado pasado durante la marcha convocada por la llamada Generación Z fue porvocada por un agente que trata de convertirse en actor social recurrente y al que nadie atina a identificar ni a desmantelar: el Bloque Negro. Donde no hubo provocadores profesionales no hubo violencia y donde estuvieron los que siempre agreden y vandalizan, pasó lo de siempre. Es absurdo pensar que todos, o siquiera la mayoría de los ciudadanos que marcharon, acudieron a agredir policías y a tratar de tomar el Palacio Nacional como más de una versión de los voceros oficiosos del oficialismo lo sostienen. Es igual de absurdo pensar en que los granaderos van a resistir estoicamente las agresiones sin responder a ellas. Los provocadores no fueron los auténticos ciudadanos que salieron a ejercer su derecho a protestar y tampoco fueron los policías que tenían la encomienda de evitar que la violencia se desbordara. Los hechos son claros: hay un grupo violento que actúa y vandaliza en la CDMX, cualquiera que sea la causa, cada vez que tiene oportunidad. Ha atacado lo mismo el Día Internacional de la Mujer que cuando la Gentrificación fue una bandera. Ha tomado por asalto y dañado instaciones universitarias sin causa visible. Dicen muchos, y la lógica indica que pueden tener razón, que ese grupo se alquila. Dar con ellos para desmembrarlos y hacerles pagar con cárcel, debería ser una prioridad.