Sobrerreacción “diplomática”
Las tensiones entre los gobiernos mexicano y ecuatoriano se han reavivado, aunque la causa ha dejado dudas sobre el sustento de lo que se ha dicho

Daniel Noboa, presidente de Ecuador.
/RODRIGO BUENDIA/AFP
La disputa diplomática entre México y Ecuador está de vuelta. Como si no fuera más importante mejorar el funcionamiento de los consulados mexicanos en los Estados Unidos, la Cancillería decidió darle crédito a versiones sin fuente y carentes de la más elemental consistencia, sobre el supuesto viaje de “sicarios mexicanos” al país sudamericano para atentar contra la vida de su presidente, Daniel Noboa.
Ni había acusación contra el gobierno mexicano, ni tampoco existía información firme que permitiera, siquiera, suponer que se denunciaba a México como responsable dice pretender desestabilizar a aquella nación, como para incluir en un comunicado oficial de la Secretaría de Relaciones Exteriores, un texto que decía: “nuestro país se guía y se guiará siempre bajo el principio de no intervención”.
Suponiendo que la versión fuera cierta, que no hay pruebas de que lo sea, lo que hagan los delincuentes no es responsabilidad del gobierno del o los países donde esos criminales nacieron, además de que a la Cancillería mexicana le sobran asuntos de verdad importantes y urgentes, como para perder el tiempo en chismes regionales.