Lo importante es decidir

5 de Agosto de 2025

Diana Loyola

Lo importante es decidir

DIANA LOYOLA

Una parte sustancial de mi vida en los últimos años ha sido la terapia a la que asisto semanalmente. Es una terapia gestalt y la relación paciente-terapeuta ha sido muy afortunada: la contención, la perspectiva y el aprendizaje resultantes de esta visita regular al consultorio (lugar para mi seguro, confrontador y mágico), han enriquecido mi manera de experimentar la vida. Una de las enseñanzas que este espacio único y personal ha dejado en mí (como una huella profunda), es la importancia de poder decidir.

Palabras más, palabras menos, mi terapeuta me explicó lo que es la frontera de contacto, que básicamente es nuestra frontera emocional, un límite que de alguna manera nos contiene -como la piel- y nos permite la relación con el entorno.

Cuando tenemos un acercamiento con otra persona o con el medio, hay un punto donde se hace el encuentro y a éste se le llama el self, que en la terapia gestalt es una experiencia relacional, no una intrapsíquica –como la ve el psicoanálisis-. El self es inobservable e intangible; sin embargo, podemos “verlo” a través de sus funciones que son tres:

  • El ello, que se relaciona a las respuestas corporales frente a una situación (temperatura, sudoración, palpiaciones, respiración...).
  • La personalidad, que tiene que ver con la identidad, el bagaje, los aprendizajes… y le da estructura a la función ello, lo justifica y le da cuadratura (por ejemplo: tengo acelerado el pulso porque estoy nerviosa) y,
  • La función ego o yo, que lo que hace es alienar o consentir; es decir, dice que si o Gestalticamente hablando, la salud emocional es nuestra capacidad de elección frente a una situación. Entra la función ego y decide si sí o si no, no obsante, cuando estamos en un proceso de rigidez emocional, la función ego se deprime y ya no elegimos. Por ejemplo, un fóbico no elige, las respuestas fisiológicas frente al objeto de su fobia son incontroladas, la personalidad no logra justificar su aversión y el ego está deprimido.

Nuestro sistema a través de esas tres funciones (ello, personalidad y ego) hace ajustes creativos para poder enfrentar una situación difícil. Así pues, cuando la vida vuelve a repetir ese reto, nuestra salud emocional hace que en conciencia elijamos la misma pauta, cuando se rigidiza este patrón y no tenemos capacidad de elección, hablamos de una enfermedad.

Del mismo modo, si tendemos a generar relaciones codependientes no estamos eligiendo, por lo que el problema reside más en la falta de elección que en la codependencia en sí.

Lo importante aquí es que trabajemos por tener la capacidad de elegir (en todos los aspectos de nuestra vida), por no renunciar a ella, por hacer lo necesario para poder tomar decisiones con plena conciencia, que eso no sólo nos dará libertad, si no nos va a permitir relacionarnos más sanamente con todo aquello con lo que tenemos contacto. Decidamos pues.

¡Hasta la próxima!

@didiloyola.