Los efectos económicos de la guerra, ¿dónde queda México?

19 de Abril de 2024

Los efectos económicos de la guerra, ¿dónde queda México?

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Los datos muestran que se podría aprovechar el vacío dejado por los principales socios de Rusia, en el sector de autopartes, cerveza y alimentos típicos que gustan en el país euroasiático, como chiles, frijoles y la Jamaica; sin embargo el gobierno mexicano deberá diseñar la estrategia para ello, porque por ahora la inversión rusa hacia nuestro país va a la baja desde 2020

A más de 10 mil kilómetros de distancia, Rusia y Ucrania se sienten tan lejanos de México que la guerra que acontece en aquella región pareciera no tener ningún impacto sobre el país. En un mundo globalizado, sin embargo, las relaciones son interdependientes, y en la economía como en la física toda acción genera una reacción.

Las relaciones de México con Rusia y Ucrania son menores si se comparan con el dinamismo que existe con otros países como Estados Unidos, Canadá o la Unión Europea.

En 2020, México se posicionó como el 48 socio comercial de Rusia, de acuerdo a cifras oficiales; mientras que para Ucrania, el país es su socio 71 más importante, en cuanto a exportaciones y el 37 en importaciones, según cifras públicas del país.

El comercio es por demás menor y de hecho México importa más de lo que exporta; es decir, tiene un déficit hacia los dos países, que por la cantidad que comercia es poco relevante.

En conjunto, las exportaciones mexicanas hacia Rusia y Ucrania representan apenas el 0.11% de las mercancías totales enviadas al extranjero, mientras que las compras desde esos países abarcan el 0.26% del total importado, de acuerdo con datos de la Secretaría de Economía de México.

A pesar de lo poco significativo de la relación comercial, la calificadora FitchRatings detalló en un reporte publicado en marzo, que el conflicto europeo reduce las perspectivas de crecimiento de Latinoamérica en 0.2%, para ubicarse en 2% para finales de año.

Esto se explica porque Rusia y Ucrania son líderes en el comercio de bienes básicos como el oro, gas, petróleo, trigo, aluminio o paladio. México no importa ni exporta lo necesario de estos productos a la región para ver su balanza comercial afectada, pero sus socios, sí.

Con 12 Tratados de Libre Comercio en vigor, México cuenta con cerca de 50 socios estratégicos alrededor de todo el mundo. Estos vínculos comerciales fortalecen el intercambio de las mercancías mexicanas, pero en momentos como estos también las afectan.

Ante las restricciones a ciertos productos desde y hacia Rusia, la economía europea tendrá que invertir en proveedores alternos y restringir el consumo de estos, con lo que se espera una reducción en el comercio de los países de la región, explica el Fondo Monetario Internacional.

La Unión Europea es el tercer socio comercial de México, sólo detrás de Estados Unidos y Canadá. Una desaceleración en el consumo regional significa también un menor flujo de mercancías provenientes de otros países, como México.

Ucrania, impacto directo

Al mismo tiempo, en la medida que se restringen las compras y se alteran las cadenas de suministro, el precio de algunos productos clave ya se ha elevado en las últimas semanas.

El precio por barril de petróleo, por ejemplo, se ubicó en promedio en 94.21 dólares en febrero, mientras que en marzo alcanzó los 113.61 dólares, según datos de la OPEP. Esto representa un incremento del 21% en tan sólo un mes.

›En el corto plazo, México puede beneficiarse de este aumento, en la medida que recibe más ingresos por el mismo producto, pero en el mediano y largo plazo este aumento genera presiones inflacionarias que, sin las medidas adecuadas, puede elevar las perspectivas para este año, sobre todo en
productos clave como la gasolina.

En 2021 la inflación anual de México cerró en 7.36%, frente a un crecimiento del PIB del 5%; es decir, los precios aumentaron más que las ganancias logradas. En marzo, la inflación se posicionó en 7.45%, su nivel más alto desde enero del 2001 y justamente entre los productos que más se apreciaron están el gas y la gasolina.

El control de la inflación requiere de una política más severa por parte del Banco de México (Banxico) y de mayores incentivos del gobierno para atraer la inversión y alentar el consumo. Países como Brasil aumentaron sus tasas de interés por encima de los 10 puntos, con el propósito de acelerar el control de la inflación, antes de que se genere un proceso recesivo a un más complejo. Pero en México, Banxico se mantiene aún con tasas conservadoras, mientras que el gobierno sigue generando incertidumbre en el mercado con reformas como las del sector eléctrico.

Aunado a esto, el incremento en los precios de productos como las gasolinas requerirá de mayores subsidios por parte del gobierno para poder controlar los inesperados aumentos, redirigiendo el gasto público a este propósito. Lo que al final del año se traducirá en un menor crecimiento, pues este tipo de apoyos no se traducen en una inversión redituable, sino paliativa.

efectos económicos de la guerra

Rusia, oportunidad para México

Las perspectivas no son todas negativas. Ante las sanciones impuestas por occidente, la economía rusa se está reestructurando para dejar de depender de los países que lo han castigado, y para ello estaría volteando a ver a países “amigos”, entre ellos México.

“Nuestra economía tendrá que reconstruirse… si las sanciones se mantienen al mismo nivel que ahora, tomará alrededor de dos años” declaró el 13 de abril el ministro de Finanzas ruso, Alexei Kudrin.

En el contexto de la actitud pasiva de la actual administración ante el Kremlin, México podría aprovechar el vacío dejado por los principales socios de Rusia y explotarlo a su favor.

Como el quinto productor de autopartes a nivel mundial, México podría aumentar los envíos de estas manufacturas hacia la nación euroasiática, un mercado que ya conoce, pues las principales exportaciones hacia Rusia son de estos bienes.

En el mismo sentido, y como el séptimo productor y primer exportador de cerveza en el mundo, México podría exponenciar su presencia en Rusia, capturando la participación dejada por Italia o Francia. México, al fin de cuentas, ya es el 15 y 11 proveedor más importante de autopartes y cerveza al país.

“Este distanciamiento entre Occidente (sobre todo Estados Unidos) y China/Rusia, estaríamos en una posición inmejorable de salir fortalecidos de esta crisis”, escribió Luis Durán, presidente del comité de difusión de la Coparmex en un artículo el 2 de marzo en Forbes.

A pesar de las oportunidades, el comportamiento reciente de los flujos de capital indica que la Inversión Extranjera Directa (IED) desde y hacia la región europea está yendo en un sentido puesto.

En línea con la tendencia percibida a nivel general, desde 2019 la inversión rusa hacia México ha ido hacia la baja. En 2020 sumó 1.7 millones de dólares, una cifra considerablemente menor si se compara con los 62.9 millones alcanzados en 2018, de acuerdo con datos de la Secretaría de Economía.

No obstante, en contraste con los de Ucrania, la inversión rusa es mayor, puesto que Ucrania ni siquiera figura en los datos a detalle del gobierno por lo mínima de su participación.

›En general, la reciente caída de los flujos de capitales a nivel global se explica principalmente por las afectaciones económicas y financieras derivadas de la pandemia de la Covid-19. En México, sin embargo, a este factor debe añadirse la incertidumbre generada por las políticas adoptadas por el gobierno como la renegociación de contratos firmados por el sector público o la cancelación de proyectos de infraestructura.

En los tres primeros trimestres de 2021, la inversión rusa apenas alcanzó 0.6 millones de dólares y para 2022, debido a las sanciones interpuestas al país como a los principales magnates rusos, los flujos al exterior podrían disminuir aún más para atender las responsabilidades financieras y alentar el desarrollo interno del país.

A pesar de todo, el gobierno se muestra confiado del aumento de la inversión hacia el país de socios que dirigían sus capitales a Rusia o Ucrania y que en el conflicto deben redirigir sus inversiones.

“Ahora, con esta nueva crisis económica, producto de la guerra, México se convierte, sino en el primero, en el segundo o tercer país con más oportunidades para la inversión en el mundo (…) ha habido un desplazamiento y, afortunadamente, nuestro país está en los primeros niveles”, aseguró el presidente López Obrador en su mañanera el 22 de marzo.

Sorpresivamente, a pesar de la distancia y las diferencias culturales, en Rusia pueden encontrarse fácilmente en los supermercados productos de calidez mexicano: chiles jalapeños, salsa chipotle, frijoles, tortillas y hasta flor de Jamaica. Muchas de estas mercancías, sin embargo, no provienen de México, sino de países con un paladar similar al nuestro, no obstante, sí hay marcas familiares como Casa Sauza o chiles Carey.

En el contexto de las sanciones impuestas por el conflicto, sin embargo, empresas mexicanas con operaciones en Rusia han decidido frenar su producción o pausar sus inversiones en el país.

Tal es el caso de la panificadora Bimbo y la empresa de autopartes Nemak. Mientras que la compañía a cargo de productos como Maseca, Gruma, anunció el cierre de su planta en Ucrania, más no así la de Moscú.

Otras empresas como Kidzania anunciaron que no detendrán sus servicios en Rusia. En tanto que otras como Jumex no se han pronunciado al respecto.

Tras más de dos años de enfrentar el corte en las cadenas de suministro y el cierre de negocios debido a la Covid-19, la economía mundial se encaminaba hacia la recuperación. La invasión de Rusia sobre Ucrania ha puesto al mundo nuevamente bajo una fuerte presión al afectar a una región que alberga a varias de las economías más grandes del planeta.

México como participante en el concierto de las naciones, indudablemente resentirá los impactos del conflicto armado, no obstante, la profundidad de sus efectos y el aprovechamiento de las oportunidades que se presentan queda, una vez más, en las manos del gobierno.

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