A medida que el cambio climático altere y redistribuye los ecosistemas terrestres a lo largo del mundo, el capital natural global disminuirá. La pérdida causada por el fenómeno será de al menos 9% de los servicios ecosistémicos globales para el año 2100; sin embargo, para México, por su ubicación y condiciones geográficas, esa pérdida será hasta del 15 por ciento.
Estas cifras provienen de un estudio que se publica hoy en la revista Nature y que es encabezado por el científico mexicano Bernardo Bastien-Olvera, quien explicó en entrevista con ejecentral que aunque las pérdidas en servicios ecosistémicos calculadas para México son altas en comparación con el promedio global, hay países que pierden más, como Egipto, para donde la reducción será de alrededor del 40 por ciento.
También afectaría al PIB
“Capital natural” es el concepto que científicos, economistas y tomadores de decisiones utilizan para representar el flujo de beneficios que los recursos naturales aportan a las personas, como el aire respirable o el agua limpia, y a la producción de un país, como los bosques sanos con posibilidad de producir maderas o los polinizadores para los cultivos.
La investigación encontró que, para el año 2100, los cambios inducidos por el cambio climático en la vegetación, los patrones de precipitación y un CO2 más alto ocasionarán una reducción promedio del 1.3% en el Producto Interno Bruto (PIB) en los países analizados.
Sin embargo, también encontraron que las pérdidas en el PIB serán profundamente desigualdades en los distintos países, ya que el 90% de los daños al PIB ocurrirá “en el 50%
más pobre de los países y regiones del mundo. En contraste, las pérdidas para el 10% más rico podrían limitarse a solo un 2%”, dijo Bastien-Olvera.
En este aspecto, las pérdidas del PIB de México serán menores que el promedio mundial, de alrededor del 0.5% para finales de siglo, comenta Bastien. Con respecto al PIB de México de 2022, las pérdidas calculadas sólo para 2100 serían de alrededor de 1.5 billones de pesos.
“Realmente suena a poco, pero medio punto de porcentual del PIB son palabras mayores; imagínate que de aquí a finales de siglo, cada año le vas quitando cada vez más y más porcentaje del PIB hasta que hasta que llegas al 0.5 por ciento”, comenta Bastien, quien empezó esta investigación cuando estudiaba el doctorado en la Universidad de California (UC) en Davis, y la terminó como investigador postdoctoral en el Instituto de Oceanografía Scripps en la UC en San Diego.
¿Es inevitable?
Para Bernardo Bastién, los acuerdos alcanzados en la reciente Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático (COP28), se quedan cortos, “tanto en el lenguaje como en las ambiciones políticas de reducir los gases de efecto invernadero, más cuando ya tenemos nuevas estimaciones… (las negociaciones) no van con la velocidad que deberían”.
Bastién agrega que haber cuantificado los efectos del cambio climático en el PIB de los países, podría ser muy útil para discusiones como los pagos que se harán por pérdidas y daños, que muchas veces ni siquiera son calculados con con estimaciones económicas y científicas, no como las que usamos, sino simplemente con, entre comillas, la buena voluntad de los países más ricos que han causado esta crisis climática”.
En la COP se juntaron alrededor de 700 millones de dólares en el fondo para pérdidas y daños. Desafortunadamente, el cálculo de Bastién-Olvera y colaboradores revela que eso es sólo “una ínfima parte” de los impactos que realmente se producirán.
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