“Si el calentamiento alcanza o supera dos grados centígrados en este siglo, los seres humanos, principalmente los más ricos, serán responsables de matar a aproximadamente mil millones de seres humanos, principalmente los más pobres, a través del calentamiento global antropogénico”.
Este señalamiento es el resultado de una revisión de 180 artículos de investigación sobre las tasas de mortalidad humana en relación con el cambio climático que se publicó en la revista Energies y que lleva a sus autores a decir que dejar que esto suceda “es comparable con el homicidio involuntario”.
Joshua M. Pearce, de la Ivey School of Business en Canadá, y Richard Parncutt, de la Universidad de Graz en Austria, explicaron que el cambio climático provoca muertes humanas de diversas formas, que se pueden dividir en directas, intermedias, indirectas y las diversas interacciones entre ellas.
El ejemplo más claro de un efecto mortal directo del cambio climático son las olas de calor, que causan muertes humanas por una combinación de calor y humedad que hacen que el cuerpo humano sea físicamente incapaz de refrescarse con el sudor.
Las causas intermedias de muerte (entre directas e indirectas) incluyen malas cosechas, sequías, inundaciones, condiciones climáticas extremas, incendios forestales y aumento del nivel del mar, y los ejemplos de las mismas se están viendo cada vez con más frecuencia en distintos lugares del mundo.
Además, los fenómenos meteorológicos extremos matan de muchas maneras; por ejemplo, al causar cortes de energía pueden provocar problemas en la atención médica.
La investigación busca propiciar políticas más agresivas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mitigar el cambio climático, y para reforzar este punto señalan que los líderes de la industria de los combustibles fósiles podrían ser considerados culpables de homicidio “si se puede demostrar que fueron informados de antemano… que sus emisiones probablemente matarán a personas en el futuro”.
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