Nearshoring, retos en la atracción de inversiones

11 de Octubre de 2024

Nearshoring, retos en la atracción de inversiones

Nearshoring

Pese a las oportunidades, México enfrenta desafíos en certidumbre jurídica, mano de obra y suministro eléctrico, dificultando la llegada de empresas

En el complejo escenario global de inversiones, México ha surgido como un atractivo destino para la Inversión Extranjera Directa (IED), impulsado por diversos factores que van desde su ubicación estratégica hasta acuerdos comerciales robustos y recursos naturales abundantes. Sin embargo, también está la otra cara de la moneda, examinando de forma crítica los desafíos y obstáculos que estas empresas podrían enfrentar en su incursión en el mercado mexicano, desde cuestiones regulatorias hasta preocupaciones sobre seguridad, incertidumbre jurídica y desafíos laborales. Aunque rica en oportunidades con el próximo corredor interoceánico del Istmo de Tehuantepec, no está exenta de desafíos significativos debido a la falta de trabajadores calificados.

Aunque hasta septiembre pasado han entrado más de 32 mil millones de dólares en inversión extranjera directa (IED), 8% ha sido de nuevas inversiones, es decir, de empresas que apenas están tocando suelo mexicano por primera vez, y pese que no es nada despreciable la cantidad de 2.8 mil millones de dólares que eso representa, todavía no llega el potencial prometido por las autoridades mexicanas.

Para expertos en el tema comercial y económico, las decisiones desde la gobernanza han sido un obstáculo para la llegada de más inversiones, ya que una baja certidumbre jurídica detiene a las compañías a invertir su dinero en países que no ofrecen garantías a largo plazo.

De acuerdo con Gabriela Siller, directora de Análisis de Banco Base, más allá de una falta de mano de obra que pudiera darse con la llegada de más empresas o la expansión de las ya ubicadas en México, el problema radicaría en el suministro eléctrico y los cambios en la política económica.

Incluso México y Estados Unidos han iniciado enfrentamientos comerciales en materia de energía y sobre el maíz transgénico, a los cuales Canadá se ha sumado en favor de los estadounidenses. En ambos casos, Estados Unidos alzó la voz al considerar que se menoscaban las inversiones de sus empresas y agricultores por parte del Gobierno de México.

Pero el nearshoring no significa inversiones que lleguen a México, sino la relocalización de las empresas que salen desde China y que buscan reubicar sus cadenas de suministro.Así, las opciones se centran en países con una situación geográfica favorable hacia los mercados objetivos, así como mayor certidumbre en varios flancos: desde lo jurídico y regulatorio, como tratados, decisiones políticas y legales, hasta la disponibilidad de mano de obra, y el suministro de energía y agua.

Siller señala que hay varios puntos que se deben abordar para atraer esas inversiones a nuestro país: asegurar que habrá suficiente infraestructura en energía eléctrica y agua; promocionar a México en el exterior; dar certidumbre desde la política económica interna; generar paquetes de bienvenida. Proporcionar seguridad en estos aspectos es una base para que las empresas decidan establecerse en México, ya que la inversión en activos es a largo plazo, y con ello, hay una generación de empleos y una contribución al crecimiento económico del país. Si se carece de ellos, las compañías lo pensarán dos veces antes de invertir su dinero.

Otro de los problemas que enfrentarán las compañías se dirige a la disponibilidad de mano de obra calificada. Directivos de empresas en México mencionan que uno de los retos a vencer con el nearshoring es el éxodo de trabajadores en sus organizaciones. Explican que, al llegar más compañías, los propios empleados salen a buscar una mejora salarial o cambiar un poco la rutina en la que se encuentran, al ser ocupaciones repetitivas. Esto podría incrementarse con la relocalización.

Antes del nearshoring, las compañías han batallado por la constante salida de su personal, atraídos por la llegada de nuevas empresas extranjeras o nacionales que se expanden a otras partes, ya sea en el norte o centro del país, lo que revela una falta de mano de obra calificada disponible desde hace tiempo.

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Juan Hernández, director de operaciones de la marca Seattle, de componentes electrónicos ubicada en Celaya, Guanajuato, explica: “Tenemos vacantes que han abandonado otros trabajadores por cambiarse a otras empresas por una mejor paga o por cambiar de aires, y hemos batallado para encontrar el personal que los sustituya. Se fueron capacitados y en algunos casos expertos, pero no los podemos retener a la fuerza, y para mí esto va a empeorar con la llegada de más empresas que ya nos han informado que entrarán en los próximos meses. Hacen falta más técnicos e ingenieros”.

El directivo indicó que esto puede ser bueno para los trabajadores capacitados porque se verá incrementado su valor, lo que traerá mejores sueldos, aunque pagarlos será decisión de las empresas.

Al igual que Hernández, otras empresas también ven un gran reto en retener su personal, pero más aún, lo que hará falta será personal capacitado para cubrir las vacantes que se generen por la relocalización, lo que también atraerá trabajadores de otras partes del mundo, como ya está sucediendo.

La consultora Human Consulting, experta en temas del mercado laboral, señala que hay un rezago de ingenieros, y que para los próximos 10 años se necesitarán más de 200 mil ingenieros en las áreas de matemáticas y tecnologías aplicadas; el mercado los demandará.

Siller, en entrevista para ejecentral, señaló que el mayor reto a corto plazo es la energía, que el Gobierno en turno garantice las redes eléctricas adecuadas y suficientes para que las empresas vean a México como la opción para invertir su dinero a largo plazo.

Asimismo, destaca la certidumbre legal, evitando cambios repentinos en leyes que desfavorezcan a las empresas.

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