Adicción a las redes sociales: ¿Es real o solo un hábito? Lo que dice la ciencia
Psicólogos expertos subrayan que confundir hábito con adicción tiene consecuencias prácticas.
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La creencia popular sostiene que pasar horas en redes sociales es una adicción moderna. Sin embargo, investigaciones científicas recientes cuestionan esta etiqueta, sugiriendo que, en la mayoría de los casos, se trata de un hábito arraigado y no de un trastorno adictivo con síntomas clínicos. La distinción es crucial, ya que aborda de manera diferente la culpa del usuario frente al diseño de plataformas creadas para captar atención.
Un estudio con 1,204 adultos estadounidenses encontró que el uso excesivo no se vinculaba consistentemente con síntomas clave de adicción, como ansias intensas, síndrome de abstinencia o persistencia a pesar de las graves consecuencias negativas. No obstante, los investigadores confirmaron correlaciones claras entre el tiempo en pantalla y problemas de salud mental, incluyendo ansiedad, depresión y una imagen corporal negativa.
¿Adicción a las redes sociales? Síntomas reales vs. percepción: Los datos de Instagram
Para medir con precisión la posible adicción a las redes sociales, investigadores del Instituto Tecnológico de California y la Universidad del Sur de California estudiaron a 380 usuarios estadounidenses de Instagram. Los hallazgos, publicados en Scientific Reports, revelaron una brecha significativa entre lo que la gente cree y lo que la evidencia muestra.
- Percepción de adicción: El 18% de los participantes estuvo parcial o totalmente de acuerdo con sentirse adictos a Instagram. Un 5% estuvo “bastante de acuerdo”.
- Síntomas clínicos reales: Al evaluar criterios médicos establecidos, solo el 2% mostró síntomas indicativos de una verdadera adicción conductual.
Este estudio sugiere que la narrativa pública influye poderosamente en la autopercepción. Un análisis de medios estadounidenses entre 2021 y 2024 identificó 4,383 artículos que usaban la frase “adicción a las redes sociales”, frente a solo 50 que mencionaban “hábito de las redes sociales”.
Por qué importa la diferencia: Hábito condicionado vs. adicción
Psicólogos expertos subrayan que confundir hábito con adicción tiene consecuencias prácticas. La Dra. Audrey Tang, psicóloga colegiada, explica a The Independent que para etiquetar algo como adicción, “debe afectar la funcionalidad de nuestra vida diaria”. Comportamientos normalizados como revisar constantemente el teléfono o responder a notificaciones suelen integrarse en la rutina sin llegar a ser discapacitantes.
Por otro lado, el Dr. David Harley, de la Sociedad Británica de Psicología, argumenta que centrarse en la “adicción” puede culpar erróneamente al individuo, desviando la atención del diseño de las propias plataformas. “Estas empresas ganan dinero con tu atención”, declara. “Estos hábitos se perfeccionan con la tecnología, así que no son solo hábitos que ocurren de forma natural, sino hábitos condicionados” diseñados para maximizar el tiempo de uso.
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El panorama global: Tendencias preocupantes en jóvenes
Aunque la evidencia científica pide precision terminológica, los datos epidemiológicos muestran tendencias preocupantes, especialmente entre poblaciones más jóvenes. Cifras recientes indican que casi la mitad (48%) de los adolescentes británicos afirma sentirse adicto a las redes sociales.
De manera paralela, la Organización Mundial de la Salud ha detectado un aumento marcado en el uso problemático de redes sociales entre 280,000 jóvenes monitoreados en Canadá, Asia Central y Europa. La Dra. Tang pone como ejemplo casos donde el hábito claramente traspasa límites saludables, como “un niño que se despierta en mitad de la noche para usarlas”. En estos escenarios, el comportamiento deja de ser un simple hábito para convertirse en un problema que requiere atención.
La evidencia científica actual indica que es necesario un discernimiento más fino al hablar del uso excesivo de redes sociales. Mientras que una minoría puede desarrollar una verdadera adicción con síntomas clínicos, para la mayoría de los usuarios se trata de un hábito profundamente condicionado por el diseño persuasivo de las plataformas. Este hábito, aunque no cumpla los criterios formales de adicción, no es inocuo y se correlaciona con impactos negativos en la salud mental.
Abordar este fenómeno requiere una doble vía: por un lado, una mayor precisión clínica para no patologizar comportamientos comunes y, por otro, una mayor responsabilidad por parte de las empresas tecnológicas cuyo modelo de negocio se basa en fomentar estos hábitos de consumo digital. La conciencia sobre esta distinción es el primer paso para desarrollar una relación más sana y controlada con la tecnología. DJ