¿Qué es el “blood money” en las apuestas de la WNBA? La polémica de apostar por la menstruación
La comunidad científica y médica es clara al respecto: no existe un patrón universal que permita predecir el rendimiento deportivo basándose únicamente en la fase del ciclo menstrual.
Jugadoras de la WNBA.
/Foto: WNBA
Una nueva y polémica tendencia ha surgido en el mundo de las apuestas deportivas en Estados Unidos: el llamado “blood money” (dinero de sangre). Consiste en que algunos apostadores intentan predecir el rendimiento de las jugadoras de la WNBA (la liga profesional femenina de baloncesto) basándose en supuestas fases de su ciclo menstrual. Esta práctica, que se ha viralizado en foros y redes sociales, ha generado una fuerte condena por considerarse una intrusión misógina en la vida privada de las deportistas.
El fenómeno surge en un momento histórico para la WNBA, que en 2025 registra récords de asistencia y audiencia, superando los dos millones y medio de espectadores. Paralelamente al crecimiento legítimo del deporte, han proliferado mercados de apuestas absurdos y no regulados que, según críticos, reducen a las atletas a variables biológicas para monetizar su cuerpo sin consentimiento.
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¿Cómo funcionan las apuestas de “blood money” en la WNBA?
Las apuestas de “blood money”, basado en la menstruación de las deportistas, no son un mercado oficial regulado por las casas de apuestas legales. Operan principalmente en foros en línea, redes sociales y canales de creadores de contenido especializados en predicciones deportivas. El método, carente de rigor, sigue estos pasos:
- Creación de un ciclo menstrual hipotético: Los apostadores asignan arbitrariamente un ciclo menstrual teórico a jugadoras mediáticas, sin tener acceso a información médica real o consentimiento.
- Cruce con estadísticas de rendimiento: Superponen este ciclo inventado con datos públicos como el porcentaje de tiros, minutos jugados o eficiencia en la cancha.
- Elaboración de pronósticos: Afirman que una jugadora tendrá un “bajo rendimiento” porque supuestamente está en su fase menstrual (fase lútea) o que rendirá más porque está en su fase de ovulación.
- Monetización y viralización: Algunos creadores de contenido presumen de aciertos en redes sociales, atrayendo seguidores y generando ingresos a través de sus plataformas, a pesar de que sus “predicciones” se basan en puras especulaciones y coincidencias.
¿Qué dice la ciencia sobre el ciclo menstrual y el rendimiento deportivo?
La comunidad científica y médica es clara al respecto: no existe un patrón universal que permita predecir el rendimiento deportivo basándose únicamente en la fase del ciclo menstrual. El Consejo Superior de Deportes de España, en su guía “Mujer, Deporte y Salud”, enfatiza que las variaciones hormonales afectan a cada mujer de manera profundamente individual.
- Influencia variable: Mientras algunas atletas pueden experimentar cambios en energía, fuerza o recuperación durante su ciclo, para otras estas fases son imperceptibles en su desempeño.
- Uso profesional vs. explotación: Equipos de élite sí estudian el ciclo de sus jugadoras con su consentimiento y bajo supervisión médica, con el único objetivo de adaptar cargas de entrenamiento y prevenir lesiones, jamás para predecir resultados.
- Falta de base científica: La premisa del “blood money” —que todas las mujeres rinden igual en cada fase— es falsa. No hay respaldo científico para afirmar que el ciclo menstrual sea un predictor fiable del éxito en un partido de baloncesto.
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¿Por qué se critica esta práctica y se la considera misógina?
La condena al “blood money” va más allá de lo absurdo de la apuesta en sí. Expertas en deporte, género y medios señalan que esta tendencia refleja una mirada profundamente misógina por varias razones:
- Objetivación del cuerpo femenino: Reduce a las deportistas a sus funciones biológicas, tratando su ciclo menstrual como un dato público y monetizable, sin su permiso.
- Menosprecio a su profesionalismo: Sugiere que su rendimiento, fruto de años de entrenamiento y dedicación, puede ser reducido a una variable hormonal, invisibilizando su talento y esfuerzo.
- Doble estándar: No existe un equivalente en los deportes masculinos donde se apueste sobre aspectos biológicos privados de los atletas. La práctica nace de la especulación sobre el cuerpo de la mujer.
- Intrusión y falta de ética: Constituye una violación a la privacidad y autonomía corporal, convirtiendo un proceso natural e íntimo en un espectáculo para el debate y la ganancia económica de terceros.
El fenómeno del “blood money” es un recordatorio sombrío de cómo el auge de las apuestas deportivas puede derivar en la explotación y la cosificación, incluso en un momento de máximo crecimiento y reconocimiento para el deporte femenino. Lejos de ser una “ocurrencia aislada”, esta práctica pone de manifiesto una misoginia latente que subsiste en ciertos sectores, dispuestos a monetizar cualquier aspecto de la vida de las mujeres, por más privado que sea.
Mientras la WNBA rompe techos de vidrio y atrae a nuevas generaciones de fans, la existencia de estas apuestas absurdas plantea una pregunta incómoda sobre hasta qué punto la sociedad valora y respeta a las atletas profesionales. La respuesta de la liga, las casas de apuestas formales y la opinión pública será crucial para delimitar lo que es una apuesta deportiva y lo que es, simplemente, una violación disfrazada de juego. DJ
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