Tratado de Aguas de 1944: qué establece y por qué Trump amenazó a México con aranceles

El Tratado de Aguas de 1944 volvió al centro de la conversación bilateral entre México y Estados Unidos luego de que el presidente estadounidense Donald Trump advirtiera que impondría un arancel del 5% si México no incrementa la entrega de agua del Río Bravo. Las declaraciones provocaron respuestas oficiales del gobierno mexicano, que reiteró su compromiso con el acuerdo, pero también expuso las limitaciones técnicas y climáticas actuales.

La presidenta Claudia Sheinbaum confirmó en la mañanera de este martes que México sostendrá una reunión con autoridades de Estados Unidos para revisar los volúmenes pendientes de entrega, al tiempo que funcionarios de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) detallaron el marco jurídico y técnico del tratado, así como las cifras reales de agua que ambos países reciben y entregan bajo este mecanismo internacional vigente desde hace más de ocho décadas.

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¿Qué es el Tratado de Aguas de 1944 y qué ríos regula?

El Tratado de Aguas de 1944 es un acuerdo bilateral entre México y Estados Unidos que establece las reglas para la distribución de aguas internacionales en tres ríos principales: el Río Bravo, el Río Colorado y el Río Tijuana. Su objetivo es garantizar un reparto equitativo y predecible del recurso hídrico entre ambos países, especialmente en regiones fronterizas altamente dependientes del agua.

De acuerdo con lo expuesto por el encargado de despacho de la SRE, Roberto Velasco Álvarez, el tratado obliga a México a entregar una tercera parte de los escurrimientos de seis ríos tributarios del Río Bravo. Esta obligación equivale a un total de 2 mil 158 millones de metros cúbicos en ciclos de cinco años, es decir, un promedio anual aproximado de 431.7 millones de metros cúbicos.

A cambio, México recibe un volumen significativamente mayor: 1 mil 850 millones de metros cúbicos anuales del Río Colorado, lo que, en términos netos, representa un beneficio hídrico para el país. Este punto fue subrayado por autoridades federales para contextualizar los señalamientos de presunto incumplimiento.

El tratado contempla ciclos quinquenales precisamente para amortiguar el impacto de eventos climáticos extremos, como sequías prolongadas, que pueden reducir los escurrimientos disponibles en determinados periodos.

México, sequía y límites físicos para entregar más agua

Durante su declaración, la presidenta Claudia Sheinbaum afirmó que México cumplirá con el Tratado de Aguas de 1944, pero dejó claro que existen límites físicos y condiciones climáticas que impiden aumentar la entrega de agua más allá de lo disponible. Señaló que el propio tamaño de la infraestructura hidráulica y las necesidades internas de consumo restringen cualquier liberación adicional.

Sheinbaum explicó que México ha entregado más agua en el periodo reciente que en ciclos anteriores, debido a que en determinados momentos existieron mejores condiciones hídricas. Sin embargo, enfatizó que esa situación no es constante y que las autoridades deben priorizar el abastecimiento de la población y la producción agrícola nacional.

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Roberto Velasco precisó que entre 2022 y 2023 el país enfrentó una de las sequías más severas registradas desde 1953 en los tributarios del Río Bravo, lo que redujo de forma extraordinaria los escurrimientos y generó un faltante superior a los 1 mil millones de metros cúbicos al cierre del ciclo quinquenal.

A esta situación se suma el estado crítico de la infraestructura de almacenamiento. La presa La Amistad cuenta actualmente con apenas 153 millones de metros cúbicos, menos del 9% del volumen que corresponde a México, mientras que la presa Falcón almacena solo 51 millones de metros cúbicos, cifra equivalente a menos del 4%. Según las autoridades, estos volúmenes están destinados principalmente a garantizar el abasto de agua potable para 13 ciudades fronterizas durante el estiaje.

Negociación con Estados Unidos: cifras, actores y puntos clave

El gobierno mexicano confirmó que el diálogo con Estados Unidos se mantiene activo para buscar una solución técnica y diplomática al cierre del ciclo actual y para los años siguientes. La reunión bilateral fue programada para el 9 de diciembre a las 14:00 horas, en formato virtual.

En estas negociaciones participan:

• La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE)
• El área de Límites y Aguas Internacionales
• La Comisión Nacional del Agua (Conagua)
• La Secretaría de Agricultura, a petición de la parte mexicana

Claudia Sheinbaum señaló que su contraparte estadounidense también pertenece al sector agrícola, lo que refleja el impacto directo del tratado en la producción rural de ambos países. La mandataria reiteró que el objetivo del diálogo es cumplir con el acuerdo sin comprometer el derecho humano al agua ni el suministro urbano en México.

Las autoridades mexicanas indicaron que el trabajo técnico busca definir cómo cubrir los volúmenes pendientes dentro de lo permitido por las condiciones climáticas y la infraestructura existente, sin afectar a comunidades, agricultores ni ciudades fronterizas.

Qué dijeron Sheinbaum y la SRE sobre el Tratado de Aguas de 1944

La presidenta afirmó que México mantendrá el cumplimiento del Tratado de Aguas de 1944, pero subrayó que existen límites físicos y condiciones climáticas: “Nos limita el propio tamaño del ducto que lleva agua al Río Bravo y las necesidades de agua en nuestro país”, declaró, al referirse a las restricciones técnicas de la infraestructura hidráulica.

La mandataria confirmó que el gobierno mexicano sostendrá una reunión virtual con autoridades de Estados Unidos el 9 de diciembre a las 14:00 horas, con el objetivo de negociar los volúmenes de agua pendientes. Sobre el enfoque de la negociación, sostuvo que México busca “defender el derecho humano al agua” y, al mismo tiempo, “buscar el beneficio para agricultores y comunidades de ambos países”.

Por su parte, el encargado de despacho de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Roberto Velasco Álvarez, explicó “entre 2022 y 2023 enfrentamos una sequía verdaderamente extraordinaria, la más severa desde 1953 en los tributarios del Río Bravo”, señaló. Añadió que los niveles actuales de las presas La Amistad y Falcón son críticos y que el volumen almacenado tiene como prioridad garantizar el suministro de agua potable para 13 ciudades mexicanas de la frontera durante el periodo de estiaje.

El Tratado de Aguas de 1944 se mantiene como uno de los pilares jurídicos de la relación hídrica entre México y Estados Unidos, especialmente en un contexto marcado por sequías recurrentes y presiones políticas. Los datos oficiales muestran que el acuerdo beneficia a México en términos de volumen neto recibido, aunque su cumplimiento depende de factores naturales fuera del control gubernamental.

Las declaraciones recientes y la negociación en curso reflejan la complejidad del manejo del agua en la frontera norte, donde el cumplimiento de compromisos internacionales debe equilibrarse con la disponibilidad real del recurso y las necesidades básicas de la población. DJ

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