El juego del aeropuerto

29 de Abril de 2024

María Idalia Gómez
María Idalia Gómez

El juego del aeropuerto

maria idalia gomez

La Terminal 2 del Aeropuerto de la Ciudad de México, desde su construcción en el gobierno de Vicente Fox significó dinero perdido. Algunas sanciones impuso la Secretaría de la Función Pública, pero al final la empresa Gutsa ganó en tribunales.

Lo sorprendente es que el presidente Andrés Manuel López Obrador, a estas alturas (más de tres años en el gobierno), no esté totalmente enterado del problema y, peor aún, se gaste más dinero para hacer un nuevo estudio para definir qué pasara y qué se debe hacer con esas instalaciones. A menos de que sea la forma en que el mandatario está presionando a las aerolíneas de la Terminal 2, para que se vayan al Aeropuerto Felipe Ángeles.

Un repaso rápido por la historia de un fracaso encabezado por Vicente Fox, nos permite recordar que como el panista no pudo construir el aeropuerto de Texcoco y el aeropuerto capitalino estaba saturado, construyó el tren y la Terminal 2, pero el entonces secretario de Comunicaciones y Transportes, Pedro Cerisola y Weber dividió en tres la obra y se encargaron de su construcción, en cada fracción, de manera independiente, las empresas ICA, Gutsa y Geotecnia.

Y comenzó el problema. El piso implicaba una construcción especial que no todas las empresas siguieron y cada fracción se hunde de manera diferenciada. Se inauguró en 2008 y no aguantó ni cinco años cuando comenzó a presentar deficiencias estructurales severas. El hundimiento llevó al rompimiento de una gran parte de la infraestructura de servicios de agua y desagüe, por ejemplo, las conexiones entre edificios y las rampas se han convertido en rampas cada vez más elevadas, entre decenas de daños.
Existen al menos dos estudios recientes elaborados por la UNAM, entre 2016 y 2018, en los que se especifica con gran detalle qué es lo que se hizo mal y dónde están las deficiencias estructurales y qué se debe hacer. Pero, definitivamente, no se caerá el edificio, sólo se seguirá degradando y el gobierno mexicanos tendrá que seguir invirtiendo para impedir un servicio deficiente.

De acuerdo a las recomendaciones de los expertos se necesitaba invertir alrededor de 300 millones de pesos en un lapso no mayor de tres años, por eso entre 2019 y 2020 se planificó ese mantenimiento. Sin embargo, desde la subsecretaría Carlos Morán no hizo su trabajo de facilitador, y menos como director del Aeropuerto capitalino. Es decir, dejó de hacer su trabajo los últimos dos años; debiendo distribuir los recursos y no sobrecargar al erario, permitiendo que la Terminal 2 mantuviera un buen nivel de funcionamiento.

Sin embargo, el olvido (que debiera ser responsabilidad que investigara la Secretaría de la Función Pública, lo cual parece lejano que haga su trabajo), ahora le está sirviendo a López Obrador, pues ante la resistencia de aerolíneas como Aeroméxico (que despacha en la Terminal 2), para irse al Felipe Ángeles con la mayoría de sus vuelos, es una buena forma de presionar la posibilidad de cerrar ese edificio de manera temporal para su mantenimiento, ante el riesgo, que aseguran hay.

Sería un buen momento para aprovechar y se detalle qué hicieron mal esas empresas, al menos para asumir su responsabilidad moral; lo mismo que los funcionarios de Fox y de Felipe Calderón que aceptaron una obra tan cara y tan mal hecha. A menos, que siga siendo sólo un juego político el aeropuerto.

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