El ahorro en México: otra brecha que no podemos ignorar

16 de Agosto de 2025

Ricardo Cantú Calderón
Ricardo Cantú Calderón

El ahorro en México: otra brecha que no podemos ignorar

columna fiscal

El ahorro es más que un indicador financiero: es un termómetro del bienestar de los hogares y de su capacidad para enfrentar crisis, invertir en educación, disponer de cuidados, mejorar su vivienda, entre otros aspectos. La recientemente publicada Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2024, analizada desde la economía generacional, revela un dato inquietante: el ahorro en México está lejos de repartirse de manera equitativa entre sexos y, como es de esperarse, entre niveles de ingreso.

Los números son contundentes. Los hombres concentran prácticamente todo el ahorro nacional (101%), mientras que las mujeres registran -1%. ¿Cómo es posible superar el 100% o tener valores negativos? Estas cifras representan la distribución del saldo entre ingresos y gastos: algunos grupos ahorran más de lo que otros gastan, y viceversa. En el caso de las mujeres, sobre todo en hogares pobres, el gasto supera al ingreso, generando desahorro a lo largo de su ciclo de vida. Sin embargo, hay que recordar que estas cifras son monetarias y no incluyen actividades no remuneradas, lo que implica una dependencia de transferencias de otros miembros del hogar o de otros hogares.

Las desigualdades no se limitan al género. El 10% de los hogares con más ingresos concentra el 43% del ahorro total del país, mientras que el 50% con menos recursos apenas alcanza el 8%. En los deciles más bajos, el desahorro es significativo: el primero gasta, en promedio, 27% más de lo que gana, y el segundo, 2.1% más.

El análisis por edad muestra que la capacidad de ahorro se concentra, como es de esperarse, en quienes están en edad de trabajar (19 a 65 años), mientras que niñas, niños y personas adultas mayores dependen de transferencias de otras generaciones. Esto forma parte del ciclo de vida y no es un problema en sí, siempre que esas transferencias sean suficientes y sostenibles para cubrir educación, salud y cuidados.

¿Por qué debería importarnos esta radiografía? Porque plantea tres retos de política pública: reducir la brecha de género en la capacidad de ahorro, fortalecer el ahorro de los hogares con menos recursos y asegurar transferencias intergeneracionales que protejan a niñas, niños, mujeres y personas mayores. Sin atender estos puntos, seguiremos con una estructura económica que reproduce desigualdades y limita el desarrollo.

La ENIGH 2024 muestra que el bienestar financiero está concentrado en pocos, que las mujeres y los hogares de menores ingresos enfrentan barreras estructurales, y que el sistema de protección social debe reforzarse para equilibrar cargas entre generaciones. Cerrar la brecha en el ahorro no es solo un acto de justicia: es una inversión en estabilidad y crecimiento. Para lograrlo, se requieren políticas que combinen mejora e igualdad salarial, empleo formal, redistribución de actividades no remuneradas, incentivos al ahorro y transferencias públicas robustas y sostenibles. La economía generacional nos da el mapa; ahora, el reto es seguirlo.

Para más información, los invitamos a leer el documento “El ahorro en México: Otra brecha por cerrar”, realizado por el Centro de Investigación Económica y Presupeustaria, A.C. y está disponible en https://ciep.mx.