Italia. Una nueva estrella diplomática en el firmamento

27 de Noviembre de 2025

Omar Hurtado
Omar Hurtado

Italia. Una nueva estrella diplomática en el firmamento

Omar Hurtado Ok

Y vaya que en la semana pasada reventó una bomba en el ámbito diplomático del país, con la designación política del nuevo embajador en Italia Genaro Lozano, cuyos señalamientos en parte están dirigidos al deterioro y destrucción que causan estos nombramientos a la institución del Servicio Exterior Mexicano de carrera, que lejos de responder a un trabajo profesional y especializado en función de una política exterior de Estado, prevalecen designaciones diplomáticas de lealtades ideológicas, componendas políticas y servilismo.

Si bien el nuevo embajador en Italia tiene formación académica en ciencia política y relaciones internacionales y experiencia en medios de comunicación, no queda exento de la tendencia antes descrita, quien es considerado -afirman analistas- un fehaciente defensor de la 4T y crítico de la oposición, lo que le habría valido tristemente el tan anhelado premio, en desplazo de embajadores de carrera. La presidenta destacó la formación de Lozano como internacionalista y defensor de los derechos de la comunidad LGBT+, su compromiso con la pluralidad y quien, subrayó la mandataria, “apoyó mucho, de muchas maneras” a la 4T. Ahí está el detalle chato.

El nuevo embajador fue ratificado por esa Comisión Permanente del Congreso, como lo estipula el Artículo 89 constitucional, controlada por el oficialismo, que baila al son que le toquen desde arriba, de bote pronto y a puro ritmo de fast track, sin previo análisis ni mínima consideración ética y una cancillería ociosa, ambas sin opiniones propias. La ratificación fue aprobada por MORENA y aliados y el Movimiento Ciudadano, con la oposición del PRI y PAN.

El escenario no es menor, ya que estamos otra vez ante la continuidad de las inescrupulosas y características asignaciones políticas diplomáticas del ex - presidente Andrés Manuel López Obrador, por cuestiones de lealtades al gobierno de la 4T, a una ideología y movimiento político y personajes.

A ojo de buen cubero, es muy obvio, pero muy obvio, que las designaciones políticas en embajadas, consulados y en la UNESCO, que a la fecha ha hecho la presidenta mexicana no responden al interés nacional del país y a la buena diplomacia, sino más bien a cuestiones políticas; podemos observar a exgobernadores (Chiapas, Tlaxcala y Sonora), exdiputados y exdirigentes del tan odiado priismo por la 4T, cobijados por la diplomacia mexicana de la 4T, así como a exfuncionarios y militantes morenistas, a lo que se agregan casos especiales como el del doctor Hugo López-Gatell a la OMS/OPS.

Los nombramientos políticos no son intrínsicamente negativos si se equilibran con una política exterior de Estado y no sólo a cuestiones políticas de interés personal, caudillismos o autocracias, bajo la sombrilla del “clientelismo” y las recompensas. La práctica de combinar nombramientos políticos con diplomáticos de carrera es común en las relaciones internacionales, pero requiere regulación, criterios claros y ética, que no conlleve a la erosión del profesionalismo diplomático e instituciones profesionales, como en el caso de México, del Servicio Exterior Mexicano, que se ha forjado desde 1923, de amplio reconocimiento internacional.

La diplomacia de carrera asegura institucionalidad, su conocimiento técnico negociación desde una posición bien informada y estratégica, lejana de la improvisación; los diplomáticos de carrera aseguran memoria institucional y conocimiento histórico, expertos en negociación y protocolo diplomático, fortalecen la posición internacional de México; los nombramientos políticos pueden derivar en desestímulos al observar que los cargos diplomáticos se otorgan por razones políticas y no por méritos. Aquí la importancia de contar con un sólido servicio exterior de carrera y evitar la depresión del profesionalismo.