El gran reto para México en el mediano plazo es encontrar la forma de seguir siendo un destino razonablemente atractivo para la inversión a pesar de haberse convertido en un país sin Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, pues por mucho que haya disminuido el número de pobres, esa tendencia será insostenible si la economía no recupera el crecimiento mínimo de dos por ciento anual que tuvo en los años hoy maldecidos del neoliberalismo.
Aunque hay otras variables, la ecuación puede simplificarse así: sin TMEC no hay inversión y sin inversión no hay empleo. Además, sin inversión ni empleo creciente no hay consumo ni impuestos que sostengan los programas del bienestar que han apuntalado, a la par del aumento al salario mínimo, el terreno ganado a la pobreza.
El TMEC enfrenta varios desafíos, pero el principal es la intención de Donald Trump de renegociarlo por adelantado para convertirlo, de un acuerdo comercial antiarancelario, en un instrumento de sometimiento a los intereses de su país en lo comercial, y también en las materias de seguridad y migración.
El secretario de Comercio de Estados Unidos, Howard Lutnick, ha declarado de manera contundente que el TMEC será renegociado. La motivación específica es evitar que los automóviles vendidos en Estados Unidos se fabriquen fuera de su territorio, incluyendo México o Canadá. En el escenario de hoy la verdad tiene menos importancia que antes. Por eso la postura proteccionista de Trump se sustenta en un dicho falso: hacer el comercio más justo y recíproco y corregir desequilibrios históricos, por los que otros países imponían restricciones a los productos de EU mientras ese país mantenía sus mercados abiertos. Eso es falso, pero hoy no importa mucho que lo sea.
El proteccionismo trumpista es menos rudimientario de lo que parecía en principio, pero no por ello acertado aunque sí más consistente como herramienta de política fiscal y, por lo tanto, más vendible a la sociedad americana. Relocalizar la manufactura automotriz persigue un triple propósito para EU: generar empleos industriales, aumentar la circulación de efectivo en comunidades manufactureras y dinamizar sectores financieros como los préstamos hipotecarios. Su visión sostiene que fabricar autos en casa generaría una derrama económica directa que hace que incluso el aumento dl precio final del auto para el consumidor valga la pena. Además, la política arancelaria de Trump recaudaría cientos de miles de millones de dólares en ingresos a los que será dificil renunciar desde ekl propio gobiernoo
Terminar con el TMEC, o desnaturalizarlo como lo pretende la administración Trump, tendría consecuencias negativas también. Fabricar un automóvil completamente en EU elevaría su costo entre un 18% y 23%. Los votantes de EU decidirán cuanto les importa eso si el trumpismo no modifica el sistema electoral norteamericano como ocurrió en México. Además. romper el esquema actual del TMEC desarticularía una red regional que tardó más de 25 años en construirse. Quitar a México de la ecuación en la lógica productiva del TMEC golpearía el corazón de la industria transacional estadounidense porque México es un pilar en la cadena de valor norteamericana integrada. México exportó más de 109 mil millones de dólares en vehículos y autopartes a EE. UU. en 2023, pero una buena parte de esas exportaciones son de insumos y tecnología estadounidenses previamente importados a México. Hay estudios que indican que uno de cada cinco empleos de la industria atomotriz en el medio oeste de EU, el territorio de mayores simpatizantes trumpistas, depende indirectamente de procesos de ensamblaje o autopartes producidas en México.
Si la administración de Claudia Sheinbaum de verdad desea mantenerse en el modelo del libre comercio, temndrá que dejar de conformarse con prorrogas de tres meses sin nuevos aranceles, para empezar a hacer pesar en la mesa de negociaciones, o en las llamadas telefónicas entre presidentes, las ventajas regionales del modelo neoliberal regional. Hacerlo, si es que se quiere hacer, no será nada sencillo cuando la contraparte es un hombre como Trump y cuando la verdad importa menos que la percepción como ocurre hoy.
@EnvilaFisher