Los ríos buscan su cauce

2 de Agosto de 2025

Miriam Saldaña
Miriam Saldaña

Los ríos buscan su cauce

miriam saldaña.jpg

Miriam Saldaña

/

EjeCentral

Propongo transformar los vasos reguladores en lagos artificiales de agua tratada. Así como van llegando las aguas residuales, se van transformando. En las ciudades, cuando el agua no tiene por dónde salir, encuentra su camino a la fuerza. No importa cuántas calles haya pavimentadas, ni cuántos techos se extiendan sobre la tierra: si el cauce natural está bloqueado o borrado del mapa, la lluvia lo reclamará.

En México, esto no es una metáfora. Es una realidad. El 2 de junio se activaron alertas en la Ciudad de México (Alerta Roja y Alerta Amarilla) debido a lluvias muy fuertes, cuyo pronóstico indicó 50–70 mm en pocas horas, y se registraron múltiples encharcamientos y caída de árboles. Este 20 de julio se activó la alerta Naranja por persistencia de lluvias fuertes y posible caída de granizo en las demarcaciones: Álvaro Obregón, Cuajimalpa, Iztacalco, Iztapalapa y Tlalpan. En estas alcaldías se pronosticó lluvia de entre 30 y 49 milímetros y posible caída de granizo, en el mismo lapso de tiempo.

Sin embargo, las condiciones climáticas adversas no solo afectan estas zonas. En Magdalena Contreras y Santa Fe, las lluvias han provocado inundaciones severas que se han convertido en un problema recurrente para los habitantes. Las calles se ven anegadas con rapidez y el agua se acumula hasta niveles que impiden la libre circulación, dejando a muchas personas atrapadas dentro de sus edificios y viviendas. Esta situación agrava la vulnerabilidad de las comunidades, dificultando el acceso a servicios básicos y poniendo en riesgo la seguridad de quienes viven en estas zonas.

Ahora ya hasta se habla del monsón mexicano”. Antes solo se relacionaba el monsón con Asia, pero hoy ese término cobra sentido aquí, debido a la frecuencia y volumen de lluvias intensas que afectan zonas urbanas, provocando inundaciones repentinas y riesgos crecientes para la población. Esto explica por qué nuestras ciudades están siendo golpeadas con más fuerza: carecen de drenaje eficiente, sus barrancas están dañadas o invadidas, y las áreas verdes que actúan como esponjas del agua han sido destruidas.

La doble descarga pluvial de junio es una muestra perfecta de ese escenario crítico: el exceso de lluvia no encuentra drenaje ni cauce natural; los ríos urbanos “buscan su cauce” y lo encuentran dentro de colonias, escuelas, hospitales y calles. Frente a esta realidad, el mensaje de Protección Civil es claro: hay que actuar antes de que pase, no solo responder después. Indican que, al superar esos 65–70 mm, se debían activar alertas tempranas, retirar basura y enseres de alcantarillas, y movilizar brigadas de limpieza para evitar obstrucciones del drenaje.

Hay que abogar por la recuperación de cauces, rescate de barrancas y muy explícitamente con infraestructura verde, jardines, áreas permeables que mitiguen la concentración del agua. Al agua que se acumula en minutos no se le puede combatir solo con bombas o camiones; se necesita preparar el terreno: rehabilitar drenajes, limpiar canales, preservar barrancas y plantar superficies que absorban agua.

Cuando los ríos buscan su cauce en nuestras ciudades, están haciendo lo que siempre hacen: fluir. Si no lo controlamos, lo harán donde menos conviene: dentro de nuestras casas o arrastrando nuestros vehiculos. Para prevenirlo, debemos actuar dentro de los umbrales técnicos: 65–70 mm en pocas horas no pueden dejarse pasar sin respuesta. No se trata de alarmar se trata de reconocer que esos milímetros son una señal, y que ignorarlos lleva a más familias desplazadas, más daños materiales y, lo más grave, a riesgos para la vida. Es tiempo de fortalecer nuestra capacidad preventiva: sistemas de drenaje eficientes, mantenimiento urbano constante y alerta oportuna.