Como todo conflicto, el desacuerdo entre Camboya y Tailandia, tiene su origen en el pasado. De acuerdo a un reportaje de la BBC, la rivalidad entre ambos países tuvo origen hace más de 100 años, al momento de trazar la frontera entre ambas naciones tras la ocupación francesa de Camboya. En años más recientes, las hostilidades se reactivaron en 2008, tras el intento camboyano de registrar como Patrimonio de la Humanidad de la Unesco el templo Prasat el Ta Muen Thom, ubicado en la región de Surin, lo cual causó fuertes protestas por parte de Tailandia.
Posteriormente, de acuerdo al New York Times, en noviembre de 2013 la Corte Internacional de Justicia de las Naciones Unidas declaró que Camboya tenía soberanía sobre el área inmediata alrededor de un templo distinto, llamado Preah Vihear, dando una “victoria” parcial a este país con respecto de las disputas territoriales que tiene con Tailandia. Sin embargo, el órgano judicial de la ONU dejó sin resolver cuál de los dos países controla el área más grande alrededor del templo, donde tropas camboyanas y tailandesas han tenido enfrentamientos. Más recientemente, en mayo de este año, volvieron los problemas entre ambos países del sudeste asiático tras la muerte de un soldado camboyano, con ambos países acusando al otro de haber reiniciado el conflicto.
Por otra parte, la situación interna de ambos países es inestable debido a dudas en torno a la posición política real de sus mandatarios y el nivel de confianza que sus ciudadanos pueden tener hacía ellos. De acuerdo a información de la BBC, en el caso de la Primer Ministro de Tailandia, Paetongtarn Shinawatra, ésta fue suspendida por la Corte Constitucional de su país a raíz de un escándalo que involucra al ex líder de Camboya, Hun Sen, quien es sabido que era amigo cercano de la familia de esta funcionaria. El suceso se originó por la filtración de una llamada telefónica entre ambos, donde inclusive la líder tailandesa le llamó “tío”. En el caso de Camboya, a pesar de que Hun Manet es el Primer Ministro de este país, se piensa que el verdadero poder político es su padre, el anteriormente mencionado Hun Sen, que actualmente se ostenta como líder del senado, y quien fue Primer Ministro, antes de cederle el lugar a su hijo.
En este contexto, y tras un conflicto armado de 5 días, que de acuerdo al medio español El País, habría dejado al menos 35 muertos y alrededor de 300,000 desplazados a ambos lados de la frontera, se reporta que gracias a la mediación del Primer Ministro de Malasia, Anwar Ibrahim, los líderes de Tailandia y Camboya habrían acordado este lunes un alto el fuego “inmediato e incondicional” en la ciudad administrativa de Putrajaya; siendo efectivo el cese de hostilidades desde la medianoche de este lunes.
Ante esta noticia positiva, Estados Unidos fijó un posicionamiento a través de un comunicado atribuido a Marco Rubio, emitido por su Departamento de Estado, en el cuál se lee que “los Estados Unidos aplauden la declaración del cese de hostilidades entre Camboya y Tailandia que fue anunciada hoy en Kuala Lumpur. El Presidente Trump y yo estamos comprometidos a un cese inmediato de la violencia y esperamos que los gobiernos de Tailandia y Camboya honren completamente sus compromisos de poner fin a este conflicto. Estamos agradecidos con el Primer Ministro de Malasia, el Ministro Anwar Ibrahim, por su liderazgo y por haber sido anfitrión de las conversaciones del cese al fuego. Hacemos un llamado a todos los involucrados a mantener sus compromisos. Los Estados Unidos permanecerán comprometidos y siendo parte de este proceso organizado por Estados Unidos y Malasia para poner fin a este conflicto”;
Esta declaración busca apropiarse de los positivos alcanzados por el Primer Ministro de Malasia, sumando al encuadre de Presidente de la Paz en el que se ha intentado enmarcar Donald Trump desde el inicio de su gobierno, donde en caso de tener éxito, podría decir que ha acabado hasta ahora con dos guerras, sumando a una narrativa que le ayude a fortalecer ese posicionamiento, afianzando su búsqueda de alcanzar el Premio Nobel de la Paz al que se comprometió Benjamín Netanyahu de nominarlo durante una reunión el pasado 7 de julio de este año. ¿Logrará este objetivo? Al tiempo lo sabremos.