Al actual régimen no le gustan las autonomías, aquellas que permiten a las instituciones públicas cumplir con sus atribuciones sin miramientos políticos ni intereses particulares. Si no puede desaparecerlas (como ya lo hizo con el Instituto Nacional de Evaluación Educativa), las coopta (siendo el caso de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y Comisión Reguladora de Energía), y ahora lo quiere hacer con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Institución baluarte de la educación pública, laica y gratuita, la UNAM se encuentra en una etapa de normalidad universitaria, en crecimiento, aumento exponencial de su prestigio y alto compromiso irrenunciable con la Nación.
La UNAM ha enfrentado con éxito el reto de ampliar su oferta educativa, echando mano de todos los medios a su alcance en términos presupuestarios, de infraestructura y servicios docentes, sin perder un ápice de la calidad educativa que la ha consolidado como el semillero de juristas, ingenieros, economistas, internacionalistas, politólogos, odontólogos y de cada una de las 133 licenciaturas, 42 carreras técnicas, tres planes de bachillerato, 42 programas de posgrado y 42 programas de especialización que ofrece a los casi 374 mil miembros de su comunidad y a la nación entera, contribuyendo todos ellos de manera trascendental en el progreso nacional.
La Universidad de México se encuentra presente y actuante en las 32 entidades federativas y cuente con seis campus y 17 planteles en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México; siete polos de desarrollo regional en Michoacán, Querétaro, Morelos, Baja California, Yucatán, Guanajuato y Oaxaca, y presencia en Estados Unidos, Canadá, España, China, Costa Rica, Francia, Reino Unido, Alemania y Sudáfrica.
Ello, sin perder de vista que la Universidad es la responsable de operar y custodiar el Servicio Sismológico Nacional, Observatorio Astronómico Nacional, Jardín Botánico Nacional, Biblioteca Nacional, Hemeroteca Nacional, Red Mareográfica Nacional, Herbario Nacional, tres reservas ecológicas, el monitoreo del volcán Popocatépetl y 40 laboratorios nacionales; tareas, todas ellas, que las y los universitarios llevan a cabo de manera profesional, constante y oportuna.
La voz de la Universidad, que es la de la ciencia y el conocimiento, se ha escuchado con fuerza y claridad aún en los momentos más difíciles que ha vivido el país, siendo el Rector Enrique Graue Wiechers el portador de una luz de conocimiento y de alternativas para superar los retos más intrincados y poner la capacidad intelectual y operativa de la UNAM al servicio de la Nación.
En este contexto, la UNAM está a punto de ejercer de manera palpable su autonomía al ser la propia responsable, a través de su Junta de Gobierno, de organizar, realizar y decidir sobre el proceso que se abrirá para elegir al Rector número 35 en su fecunda y larga vida.
Se trata de un acontecimiento que reviste gran importancia no solo para quienes tenemos la honra de ser universitarios, sino para toda la Nación mexicana que, al tiempo de sostener con sus impuestos a la Máxima Casa de Estudios, es la principal receptora de los beneficios de contar con una institución de la trascendencia, magnitud y prestigio internacional como lo es la UNAM.
Sin embargo, fuerzas externas han emprendido una campaña abocada a desestabilizar la vida interna de la UNAM y pretender influir indebidamente en la elección de su Líder Nato.
A través de libelos, noticias falsas y videos calumniosos se pretende denostar al Rector de la UNAM, intentando tiznar su imagen y prestigio y con ello, afectar a la Máxima Casa de Estudios.
Como si el país no estuviese inmerso en una profunda crisis de seguridad, desarrollo, convivencia y crecimiento, desde el gobierno federal se enfilan baterías en contra de una de las instituciones clave para superar problemas y lograr que México salga adelante.
Por tal razón, los directivos de facultades, institutos y centros de la UNAM han cerrado filas en torno al Rector y denunciado esos intentos por violar la autonomía universitaria y utilizar políticamente a la Máxima Casa de Estudios.
Las y los universitarios levantamos la voz y hacemos valer la razón y la Constitución para detener esos intentos y se respete la autonomía de la UNAM; autonomía que se verá reflejada en la decisión ponderada y visionaria de las y los 15 integrantes de la Junta de Gobierno de la UNAM.
Por ello, ni un paso atrás en la conquista histórica de la UNAM y de México. ¡Todo a favor de la UNAM, nada en su contra!
@jlcamachov