El mundo posTrump

28 de Abril de 2024

Luis M Cruz
Luis M Cruz

El mundo posTrump

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1.

En el mundo se perfila un nuevo liderazgo en Estados Unidos. Sin embargo, lo que pudiera pensarse como un retorno esperado pudiera no ser tal. En realidad, si algo dejaron los destructivos años de Trump en la política exterior estadounidense, es el resentimiento e incredulidad en todos los países, aliados, socios o adversarios. ¿Por qué deberían creerle nuevamente? ¿Cómo es que un gran poder dejó de lado sus responsabilidades en el complejo mundo de la posguerra? ¿Cómo es que debilitó instituciones construidas tras décadas de esfuerzos para establecer algo así como la confiabilidad en reglas del juego entre los países, caracterizadas hasta entonces por el predominio de la fuerza, la guerra o intereses siempre aviesos de saqueo o sometimiento? No en vano Trump hizo pensar a muchos cómo sería un futuro sin Estados Unidos, o con unos Estados Unidos retraídos a sus propios intereses.

2.

Empero, derrotado el autócrata, el futuro Presidente habrá de emprender la reconstrucción del rol de Estados Unidos, el cual, con mucho, no habrá de ser el de la voz cantante, sino el de uno entre varios que han asumido también un papel en el concierto. Es decir, no existe ya un mundo unipolar, con una sola superpotencia para hacer su voluntad, sino uno multipolar, con varios centros de poder, bloques comerciales y conglomerados industriales, científicos y tecnológicos competitivos, a la vez que interdependientes. Finalmente, el mundo postCovid deberá ser también un mundo de entendimiento, cooperación e interdependencia como nunca antes ha existido y en el que, indudablemente, habrán de reformarse las instituciones y las prácticas de los países en un orden mundial interdependiente.

3.

Hace algunos meses, el entonces candidato Joe Biden expuso sus ideas al respecto (Why America must lead again, Foreign Affairs, abril 2020), para hacer del ejemplo la mejor manera de hacer las cosas. Criticó entonces acremente la posible herencia del gobierno de Donald Trump: una política laxa y vulnerable en términos de seguridad nacional frente a países adversarios e incómodos, como Corea del Norte, Venezuela, Siria e Irán, pero también ante rivales geoestratégicos como China y Rusia y, ciertamente, con quien ha sido un sólido aliado hasta el momento, la Unión Europea. Severa fue la carencia de visión y atención hacia las nuevas amenazas modernas (narcoterrorismo, ciberamenazas, espionaje industrial y tecnológico, cada vez más crecientes y dañinas); cambio climático, migración y la propia pandemia, entre otras.

4.

Biden propuso entonces deshacerse de Trump y recuperar el lugar de su país mediante un giro profundo en el manejo de la política, la fuerza y la diplomacia, pero, hay que decirlo, ese lugar ya no está ahí, tendrá que trabajar duro para reconstruir la confianza y el respaldo perdidos. En materia interna, propone reformas al sistema educativo y de justicia para eliminar la disparidad racial, geográfica y económica, así como revertir las restrictivas políticas fiscal, migratoria y de asilo.

5.

En política exterior, buscará fortalecer la democracia, combatir la corrupción, enfrentar la competencia económica de China mediante la atención y crecimiento de la clase media; aumentar el gasto público en investigación y desarrollo no sólo con fines económicos, sino también para reducir dependencias y fortalecer la seguridad nacional. También asumirá una postura firme hacia China en la cuestión comercial, de derechos humanos y propiedad industrial. Buscará, asimismo, respaldar compromisos con el Acuerdo de París, la OMS, la OMC y reconectarse con la OTAN y la seguridad y la defensa en el Sudeste Asiático. En este contexto, lo mejor que podría esperar México es diplomacia en la gestión, pero firmeza en el cumplimiento de acuerdos y la atención de la agenda bilateral.